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La malaria no va a volver al Guadalquivir, pero el CSIC alerta y la Junta toma medidas
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Dos contagios en el siglo XXI

La malaria no va a volver al Guadalquivir, pero el CSIC alerta y la Junta toma medidas

Un estudio coordinado por un investigador de la Estación Biológica de Doñana insiste en la necesidad de mantener las medidas de profilaxis contra esta enfermedad, que llega con los viajeros de las zonas endémicas

Foto: Labores de fumigación en Coria del Río, en la ribera del Guadalquivir, para prevenir brotes del virus del Nilo. (EFE/Raúl Caro)
Labores de fumigación en Coria del Río, en la ribera del Guadalquivir, para prevenir brotes del virus del Nilo. (EFE/Raúl Caro)
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Jordi Figuerola recuerda que muchos papas murieron a causa de la malaria, algo prácticamente imposible hoy, al menos si no se aleja demasiado del Vaticano. Esto era así porque Roma está en el tramo final de un río, el Tíber, uno de los ecosistemas preferidos por los mosquitos que pueden transmitir esta enfermedad. Pero esto es imposible porque la OMS declaró erradicada la malaria en Italia en 1970. En España fue unos años antes, en 1964, pero hay quien todavía levanta la voz para pedir precauciones por esta enfermedad, que todavía puede llegar a la península en viajeros que vuelvan de zonas donde todavía circula con normalidad. Y en un contexto de auge de otros males transmitidos por mosquitos, como el virus del Nilo, la situación se vuelve más relevante incluso.

La advertencia de tomar precauciones llega a partir de un estudio elaborado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), el Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII) y el Centro de Investigaciones Biomédicas en Red en Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), que han analizado la distribución en España del principal mosquito transmisor de esta enfermedad, que también recibe el nombre del paludismo. Sigue siendo endémica en África, Sudamérica y gran parte de Asia, por lo que son los viajeros que lleguen desde estos continentes los que deben tener cuidado, sobre todo en esas zonas más propicias a que haya ejemplares del insecto que hace las veces de vector.

Estas zonas son, por ejemplo, los valles y las desembocaduras de ríos donde también hay cultivos de regadío, como ocurre con los arrozales del bajo Guadalquivir, aunque esta situación no solo se da en Andalucía. También ocurre en el valle del Ebro y otras áreas repartidas por todo el levante. "El mosquito está, pero si ahora no tenemos malaria es porque se cortó el ciclo de transmisión", apunta Figuerola, científico de la Estación Biológica de Doñana e investigador principal del Ciberesp. Este experto descarta que el cambio climático, que ha elevado las temperaturas en el sur de España y se prevé que siga teniendo efectos, vaya a tener impacto en una expansión de la malaria a los países donde fue erradicada, pero insiste en la necesidad de tomar precauciones.

Los principales objetivos de la alerta son los viajeros que van a lugares donde hay todavía transmisión local. Esos viajes son el resultado de entre 700 y 850 casos importados de malaria cada año en España. "Solo el 15% de estos casos se relaciona con especies de malaria que podrían ser transmitidas eficazmente por el mosquito Anopheles maculipennis", apuntan desde el CSIC, en referencia al vector que se ha analizado en el estudio. Según recuerda Figuerola, solo se han dado dos contagios locales de malaria en España en el siglo XXI. "No es un riesgo importante, pero existe", insiste, al tiempo que recuerda que el mosquito sigue estando muy presente y por ese motivo es importante "que la gente se proteja contra la malaria".

Foto: Un operario fumiga la margen del río Guadalquivir a su paso por La Puebla del Río (Sevilla) en una imagen de archivo. (EFE/Raúl Caro)

Esa protección hay que buscarla en los centros de salud o en las oficinas de salud exterior y consiste en la dosis de un medicamento profiláctico que se empieza a tomar antes del viaje, durante la estancia en la zona de malaria endémica y después a la llegada. El peligro es la sensación de seguridad que lleva a los viajeros a no seguir el tratamiento completo y puede provocar los contagios, explica Figuerola, que también pone el foco en la importancia del diagnóstico y la formación de los profesionales sanitarios para estar preparados ante posibles casos de estas enfermedades que ya no son habituales en España.

El caso de la malaria es distinto al de otras enfermedades transmitidas por mosquitos que sí han experimentado un crecimiento en los últimos años como consecuencia del cambio en las condiciones climáticas. En Andalucía se detectaron el pasado año dos contagios de Fiebre del Nilo Occidental, con la muerte de una mujer de 84 años, aunque con patologías previas. Este mal también se transmite por medio de los mosquitos, pero de una especie distinta al que sirve como vector a la malaria. Pero las abundantes lluvias del mes de marzo y el comienzo del calor provocaron que la Consejería de Salud y Consumo de la Junta adelantase la labor de vigilancia que tiene puesta en marcha desde hace años.

Foto: Vacuna de la malaria. (EFE EPA DONGMO RODRIGUE WILLIAM)

A mediados de abril, la Junta activó el Plan Estratégico para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con incidencia en Salud (PEVA), que contempla medidas de "vigilancia y control" en colaboración con los ayuntamientos. Se trata de la instalación de trampas en zonas donde se acumula el agua, una labor en la que también ha colaborado la Estación Biológica de Doñana. Esta actuación, en parte, fue la respuesta a un contagio de un menor en la localidad sevillana de Lebrija y otro posible en Dos Hermanas, dos de las zonas próximas al Guadalquivir y con presencia de regadíos. En 2023, las trampas instaladas interceptaron a 49.629 mosquitos hembra de la especie transmisora del virus en los 26 municipios considerados de riesgo.

Jordi Figuerola recuerda que muchos papas murieron a causa de la malaria, algo prácticamente imposible hoy, al menos si no se aleja demasiado del Vaticano. Esto era así porque Roma está en el tramo final de un río, el Tíber, uno de los ecosistemas preferidos por los mosquitos que pueden transmitir esta enfermedad. Pero esto es imposible porque la OMS declaró erradicada la malaria en Italia en 1970. En España fue unos años antes, en 1964, pero hay quien todavía levanta la voz para pedir precauciones por esta enfermedad, que todavía puede llegar a la península en viajeros que vuelvan de zonas donde todavía circula con normalidad. Y en un contexto de auge de otros males transmitidos por mosquitos, como el virus del Nilo, la situación se vuelve más relevante incluso.

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