El sueño huidizo del peligroso Tyson de El Ejido tras casi matar a su última víctima

Había pasado por el calabozo en muchas ocasiones, así que no se sentía incómodo en ese espacio reducido. Amenazas, lesiones, daños, malos tratos en el ámbito familiar, detención ilegal o atentado a agente de la autoridad, entre otros delitos, adornaban un historial con 15 detenciones previas que había escrito con violencia. Pero esa madrugada del 4 de agosto era distinta. Casi había acabado con la vida de un tipo al que no conocía de nada y que simplemente se negó a darle dinero. Solo la rápida actuación de los policías nacionales evitó que en las diligencias rezase “homicidio” como motivo de la detención. Por eso no dejó de sorprender que estando en la celda se dirigiera a los agentes para pedirles una pastilla con la que “dormir bien”.

El protagonista de esta escena es el Tyson de El Ejido (Almería), un peligroso delincuente, corpulento y violento, que debe su apodo al parecido físico que tiene con el conocido boxeador Mike Tyson. Un tipo mal encarado y agresivo que se había granjeado mala fama con sus andanzas delictivas y de la que son buena muestra las seis órdenes de alejamiento que tenía vigentes antes de su último arresto. Lo lógico es que se sume una séptima.

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Agencias

De procedencia marroquí, pero con la residencia en el país concedida hace mucho tiempo, a sus 46 años acumula 13 arrestos por parte de la Policía Nacional, a los que se suman otros tres realizadas por la Guardia Civil. Su actitud agresiva y la habitual naturaleza violenta de sus delitos “han hecho que lo conozcan en todo el pueblo”, señalan fuentes consultadas por El Confidencial, que apuntaron que el delincuente “opuso resistencia” cuando los efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) lo localizaron tras huir del lugar de la agresión.

Los hechos que motivaron su última detención ocurrieron sobre las 00:30 del citado día en la avenida Bulevar del municipio ejidense. Tyson se dirigió a su víctima, a la que parece que no conocía de nada, para pedirle dinero. Ante esta negativa, el delincuente se abalanzó sobre el hombre y le clavó en el cuello un arma blanca de —posiblemente— 15 centímetros de hoja. Un testigo que trataba de socorrer al herido, en mitad de la refriega, fue herido en un brazo.

La rápida intervención de los policías nacionales, que taponaron la herida de su víctima, evitó que sumara a su historial el delito de homicidio

Cuando las primeras patrullas de Policía Nacional llegaron al lugar, el agresor ya había escapado, por lo que los esfuerzos de los agentes se centraron en salvar la vida del apuñalado. “Valiéndose del botiquín de dotación, trataron de taponar la herida mientras esperaban la llegada del personal sanitario. El sangrado era tan profuso, que los policías tuvieron que improvisar apósitos para colocarlos periódicamente sobre las gasas ya empapadas”, precisó la Comisaría Provincial de Almería.

Los sanitarios, ante la gravedad de las lesiones, optaron por trasladar a la víctima al hospital Universitario Torrecárdenas de la capital almeriense, “donde se recupera favorablemente de un traumatismo penetrante en la región cervical posterior izquierda en dirección hacia el mastoides”. La herida sufrida se corresponde con la “huella” que dejaría un arma blanca de 15 centímetros de hoja.

Oculto en la maleza

Una vez atendido el herido, los policías preservaron la escena del crimen y atendieron a los testigos, que apuntaron a Tyson como el autor de la agresión. Aunque estos testimonios no eran lo único que probaría la presunta autoría del ataque. El delincuente había sido detenido, otra vez, el día anterior y entonces llevaba un colgante muy característico que fue descubierto por los agentes junto a la víctima. La hipótesis es que lo perdió o se lo arrancaron durante el forcejeo que mantuvo tras la agresión.

Distintas unidades de la Comisaría de El Ejido, tanto de la Brigada de Seguridad Ciudadana, como de Policía Judicial, establecieron un dispositivo conjunto para tratar de dar captura a Tyson. Los resultados se obtuvieron cuando un indicativo que peinaba la zona descubrió al agresor escondido entre la maleza en la calle Haza de Oro. Aunque el delincuente no iba a poner las cosas fáciles y se requirió el apoyo de más dotaciones “para evitar males mayores”. Una medida lógica porque el tipo parecía estar bajo los afectos de alguna sustancia.

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El arrestado fue trasladado a dependencias policiales, donde no mostró arrepiento por la presunta agresión que se le imputaba, y pidió un fármaco para poder conciliar el sueño una vez ingresó en los calabozos. Tyson fue acusado de tentativa de homicidio doloso y lesiones y pasó a disposición del Juzgado de Instrucción 5 de El Ejido.