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El Ejido pone techo electoral a Vox: "Cuando los conoces de cerca, se ven sus carencias"
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EL PP SITÚA A VOX EN LA IRRELEVANCIA

El Ejido pone techo electoral a Vox: "Cuando los conoces de cerca, se ven sus carencias"

El municipio almeriense, rampa de despegue para Santiago Abascal en 2018, pone límites al discurso excesivamente ideológico y teatral de Macarena Olona, que no ahondó en los problemas cotidianos. "No conocen El Ejido", declaran

Foto: Carteles de campaña de Vox con la ciudad de El Ejido al fondo. (D. B.)
Carteles de campaña de Vox con la ciudad de El Ejido al fondo. (D. B.)
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Con el 23% de población extranjera —mayoritariamente de origen magrebí—, una economía basada en la agricultura y un sentimiento de abandono interiorizado, era lógico que Vox gravitase buena parte de su campaña electoral en torno a Almería. Hasta en cinco ocasiones se han desplazado sus principales líderes a esta provincia en la que han tenido un destino prioritario: El Ejido. El municipio referente en el desarrollo local, transformado en un mar de plástico por sus grandes extensiones de invernaderos, fue la rampa de despegue de los de Santiago Abascal en 2018. Pero la cosa ha cambiado notablemente en estos tres años y medio. Este 19-J ha diluido las opciones de esta formación de convertirse en una alternativa después de que los ejidenses hayan concedido una victoria rotunda al PP. Arrastrado por un discurso muy ideológico, despegado de las reivindicaciones reales, pareciera que el partido ha tocado techo en una región que era clave para sus aspiraciones nacionales. Como Unidas Podemos, conservará una bolsa de incondicionales, pero la frustración por las expectativas incumplidas genera una evidente insatisfacción. Su gestión marcará su futuro inmediato.

La formación verde cede la primera posición que obtuvo en los comicios de 2018 y difumina su presencia en un municipio en el que posteriormente logró siete concejales en las municipales de 2019. La candidatura de Macarena Olona se ha dejado 262 votos en una plaza simbólica para su discurso y en la que hace cuatro años obtuvo 7.377 sufragios. Los populares, por su parte, suben más de 20 puntos y 5.464 votos en relación con los anteriores comicios para acaparar casi el 50% de los votos —12.190—.

Los resultados ponen de relieve lo que algunos han interpretado como una estrategia errática, autocomplaciente, basada en un discurso destinado exclusivamente a los convencidos y ausente de cualquier transversalidad. En ella está una de las claves de que los vaticinios internos que auguraban “al menos” duplicar los 12 representantes obtenidos en 2018 no se hayan cumplido. Poco han hablado sus dirigentes de política fiscal, generación de empleo, sanidad o servicios sociales; y mucho sobre avalanchas de inmigrantes, supuestos chiringuitos, masturbación infantil e inseguridad.

Foto:  EC.
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Relación con el PP

El alcalde de El Ejido, el popular Francisco Góngora, conoce bien los mecanismos de actuación de Vox. Fue de los primeros dirigentes del PP que se enfrentó al dilema de gobernar o no con esta formación. Las municipales de 2019 le dejaron a cinco ediles de la mayoría absoluta y, ante la falta de una alianza con Ciudadanos, se apoyó en los siete concejales de este partido. La experiencia se podría considerar traumática. A comienzos del año pasado, rompieron el pacto tras meses de desencuentros. Uno de los más sonados se produjo a raíz de una campaña de Navidad que incluía el sorteo de un vehículo. La iniciativa, impulsada por el área de Comercio, en manos de su socio de Gobierno, fue un escándalo cuando trascendió que en el bombo no se habían introducido todas las papeletas participantes. La quiebra de confianza era total y acabó facilitando lo que parece imposible a nivel nacional: un acuerdo de "gobernabilidad" de los nueve concejales populares con los cinco socialistas.

Su diagnóstico sobre el frenazo de las expectativas electorales del que ahora es su principal adversario político es claro: “A medida que se le va conociendo, se ven sus carencias”. “Han venido a hacer una campaña en la que han faltado el respeto a El Ejido. Se han pasado de decibelios”, explica el regidor a El Confidencial, al que recuerda que dirigentes de este partido se han dedicado a mentir y propagar bulos “como que en las carnicerías del pueblo no se vende carne de cerdo o que en los restaurantes no sirven jamón”.

Vox ha pivotado su campaña sobre la inmigración en una región que es un problema para el 0,5%

“El pinchazo de Vox ha sido lógico. No se puede ir con esa prepotencia, creyendo que ya has ganado el partido, repartiéndose los cargos antes de jugarlo”, comenta Ángel Escobosa, un vecino que este martes paseaba por una de las arterias más concurridas del municipio, la calle Cervantes. “Y encima comparando nuestro pueblo con barrios marginales con discursos llenos de mentiras e injurias a todos los andaluces”, continúa. “Yo les voté hace cuatro años, no te lo voy a negar. De hecho, estaba decidido a hacerlo hasta que vi en el debate cómo le perdía la boca. No tenía consideración alguna con nuestro pueblo, por eso volví al PP, a los de siempre”, añade con cierto tono de decepción.

La opinión de Escobosa es compartida por buena parte de los residentes en la localidad. Paqui Sánchez, una ejidense que deambulaba por las inmediaciones del pabellón deportivo del municipio, apela al regreso de Juan José Bonilla, exportavoz de Vox en el Ayuntamiento del municipio. “Que nos compararan con un barrio marginal no me hizo ninguna gracia. He votado al PP para castigar a Vox por su malísima campaña. Creo que no ha sido la única que los ha querido castigar porque los hemos votado casi 300 menos que hace cuatro años. Tenía que haberse presentado Juanjo Bonilla, que la campaña la hizo con 20 euros, sin furgonetas y sin mítines”.

Bonilla fue concejal y cabeza de lista del partido, pero presentó su dimisión en julio de 2021 por discrepancias con su propio partido. El antiguo líder local de Vox hizo de la inmigración una de sus principales banderas, ya que su padre, Tomás Bonilla, fue una de las tres víctimas de los asesinatos que desencadenaron los disturbios xenófobos de febrero de 2000.

Desbandada al PP

La sensación generalizada es que Macarena Olona, al contrario de las expectativas del partido, ha restado. Tanto que muchos de los vecinos de El Ejido reconocían abiertamente este martes que han vuelto a decantarse por la papeleta popular tras cambiar a Vox. Mario Lupiañez, otro viandante de la calle Cervantes, expresa cómo fue el cambio. Él, votante tradicional del PP, optó por los de Abascal hace cuatro años y, desde entonces, en el resto de elecciones, esa había sido su papeleta, hasta este domingo. "Con Olona me he dado cuenta de que solo querían sillones. ¿Por qué tenía que hacer el papel de andaluza cuando no lo es? Vistiéndose con un traje de flamenca y queriendo imitar nuestro acento… ¿Y ese rollo de empadronarse en Salobreña? ¡Anda ya! Volví a lo de antes y voté al PP porque por lo menos ya sabes de qué palo cojean”, sentencia.

Vecinos y políticos populares comparten impresiones. “Han dicho muchas tonterías que han molestado a la gente”, explica Góngora, quien recuerda la entrevista al senador Jacobo González-Robatto, que se había desplazado al municipio para asistir a un mitin, y que sonríe cuando le preguntan: ¿Has visto a algún español por aquí?”. El dirigente de Vox, como se puede apreciar en la grabación, bromea diciendo que no había encontrado ningún museo del jamón, para después afirmar, sin ningún rubor, que El Ejido es un sitio “abandonado” y “apestado” que “se va nutriendo de la inmigración ilegal” y donde “los españoles están apartados” porque surgen “guetos”.

"No tienen vergüenza”, responde, al hilo de esta anécdota Alberto Enciso, otro vecino. “Sin conocer el pueblo y que hablen así... No tengo palabras, y encima se ríen. Conmigo no cuenten, voté al PP de cabeza”, confiesa.

Intervenciones de este tipo refuerzan a los que describen una desconexión del partido con la ciudadanía por su empeño en pivotar su campaña en torno a los sin papeles, sus efectos en el mercado laboral y su huella en las estadísticas de delitos en una comunidad donde la inmigración supone un problema para el 0,5% de la población y con unos altos estándares de seguridad. Una irrealidad argumental llevada a la estridencia y el esperpento en la figura de Giorgia Meloni, la líder ultra de Fratelli d’Italia que fue la estrella invitada de un mitin en Marbella y cuyos gritos desde un atril aplaudían Santiago Abascal y Macarena Olona.

El alcalde de El Ejido opina en el mismo sentido cuando señala que declaraciones como las de González-Robatto únicamente muestran el “desconocimiento de la realidad de una localidad en la que se apuesta por una política de integración que “va calando”. Y eso “se hace una manera transversal, redimensionando los servicios públicos, reurbanizando zonas o trabajando con la Junta de Andalucía en la rehabilitación de bloques residenciales”.

Francisco Góngora lamenta que “vengan aquí a ondear la bandera de la inmigración” y “usen nuestra imagen, estigmatizándonos, para rebañar votos, tanto dentro como fuera”. Sobre todo porque los datos eliminan cualquier mácula. “Los índices de delincuencia que tenemos son más bajos en términos comparativos que los de otros municipios con el mismo número de población”, advierte, queriendo dejar claro que la imagen que la formación verde transmite de su pueblo está completamente distorsionada.

placeholder La candidata de Vox por la Junta de Andalucía, Macarena Olona, pronuncia un discurso durante un acto electoral de la formación en El Ejido. (EFE/Carlos Barba)
La candidata de Vox por la Junta de Andalucía, Macarena Olona, pronuncia un discurso durante un acto electoral de la formación en El Ejido. (EFE/Carlos Barba)

Las estadísticas del Ministerio del Interior avalan sus palabras. Durante 2021, se produjo un descenso de los indicadores con mayor impacto en la ciudadanía —atracos, robos en domicilio, asalto de negocios...— y se percibe un aumento de acciones relacionadas con el crimen organizado derivado del narco. Los delitos contra la libertad sexual, otro de los mandamientos de las principales voces de este partido, caen por encima de los dos dígitos.

La influencia en el voto de los mantras antieuropeístas y contra el estado de las autonomías tampoco se pueden obviar en una economía como la almeriense en la que su sector hortofrutícola produce 3,5 millones de toneladas al año y donde las exportaciones a la Unión Europea son fundamentales.

“Vox es un mensaje populista. Una serie de eslóganes sobre temas sensibles, pero que son de cartón piedra”, porque detrás de esas siglas “no hay respuesta, ni capacidad de gestión, ni soluciones a cuestiones que son complejas”, resume el regidor, que recalca que los resultados de este domingo son una muestra de que “se les va agotando el discurso”. Cada vez menos ejidenses “compran” sus postulados. Aunque la prueba definitiva serán las municipales de 2023.

“Derrota del socialismo”

No obstante, el agotamiento del mensaje que deja traslucir la formación es menos acusado en el cómputo de Almería, donde no cede y logra un diputado más para igualar los tres del PSOE. Este dato queda desdibujado ante el crecimiento que experimenta el PP, que amplía la diferencia entre ambos partidos de los 27.082 votos de 2018 a los 64.325 de este 19-J. Un incremento del 42% en cuatro años. Poniendo de relieve las dificultades para seducir a los votantes de centroderecha que deciden migrar de siglas.

Fuentes de la dirección del partido, en declaraciones a este periódico, afirman que está “muy contentos” porque los resultados provinciales remarcan la tendencia alcista de los últimos años. “Es cierto que en El Ejido teníamos mejores expectativas”, confiesan, por lo que “hacemos autocrítica y continuamos trabajando con humildad y dando lo mejor de nosotros”.

“Somos muy respetuosos con la voluntad de los almerienses”, insiste, para apuntar que los 53.718 votos obtenidos —10.202 más que en 2018— han ayudado a lograr “una derrota histórica sin paliativos del socialismo y de los partidos que han traicionado a los españoles y andaluces”.

Foto: La carretera de Las Norias, en El Ejido, cuenta con mayoría de negocios regentados por inmigrantes. (David Brunat)

¿Pero el de Almería y El Ejido han sido excepciones electorales? No, si se observan los datos del otro gran polo de la inmigración en Andalucía: Huelva. Esta provincia guarda similitudes con la almeriense porque su economía es muy dependiente del sector primario —las exportaciones de fruto rojo superaron los 1.200 millones en 2021— y cuenta con una bolsa de población extranjera muy grande compuesta principalmente por temporeros. Un colectivo cuyas condiciones de trabajo y vida han sido objeto de debate.

Palos de la Frontera es uno de sus municipios a los que la producción de fresas ha situado en el mapa. Y es de los pocos envueltos en este contexto socioeconómico en los que no se ha producido un sorpaso de Vox al PSOE. En otros, como Cartaya o Lepe, incrementan los apoyos hasta convertirse en la segunda fuerza política.

Los socialistas se dejan en esta última localidad casi 500 votos, una dinámica casi generalizada en todas las poblaciones productoras de fresas y en las que se intuye un castigo por los planes del Gobierno central de cerrar los pozos ilegales que afectan al paraje de Doñana. Pero, al igual que en Almería, el PP logra amortiguar estos repuntes ampliando notablemente su masa electoral y retirando a Vox cualquier posibilidad de ser determinante en la acción de gobierno.

El foco de Salobreña

Lo sucedido en Salobreña también es sintomático. El controvertido empadronamiento de Macarena Olona en este municipio granadino sacudió el inicio de la carrera de los partidos a San Telmo y desencadenó un procedimiento judicial que ha transitado de forma paralela a mítines, entrevistas y debates. Los tribunales acabaron dando la razón a la formación verde, pero las urnas lo han hecho en menor medida.

Mejora los resultados logrados en los anteriores comicios autonómicos, cuando 428 salobreñeros —el 8,76% de los electores— apoyaron la candidatura del polémico juez Francisco Serrano. Esa cifra se ha incrementado hasta los 828 para repetir la tercera plaza del podio electoral de esta localidad. Pero el esperado ‘macarenazo’ no se produjo. La figura de la candidata no ha provocado esa victoria simbólica que explotar mediáticamente y sucumbió ante un PP que le dobla en apoyos —1.657—.

Olona sigue sin despejar las dudas sobre su futuro político: dijo que es una “soldado” de su partido

Aunque el caso del empadronamiento no está cerrado y puede seguir dando réditos políticos a la formación. Queda dilucidar la denuncia que Vox ha puesto a la alcaldesa socialista del municipio, María Eugenia Rufino. La regidora tendrá que hacer frente a una acusación por un presunto delito electoral y prevaricación administrativa tramitada ante la Guardia Civil.

La mayoría absoluta del PP sitúa a Vox en la irrelevancia parlamentaria y la propia Olona asumía este lunes que su objetivo inmediato para reubicarse era “liderar la oposición”. “Lo importante no es tanto 14 o 20 escaños, sino qué hacer con ellos”, aseguró para mitigar el batacazo cosechado, y antes de seguir alimentando la teoría de un posible retorno a Madrid. La candidata reconoció recientemente que aún no había entregado su escaño en el Congreso de los Diputados y no ayuda a disipar dudas que manifieste que es una “soldado” a las órdenes de los dirigentes de su partido. Un paso que generaría una gran sensación de orfandad entre sus votantes y que complicaría —aún más— las perspectivas para las municipales del próximo año.

Con el 23% de población extranjera —mayoritariamente de origen magrebí—, una economía basada en la agricultura y un sentimiento de abandono interiorizado, era lógico que Vox gravitase buena parte de su campaña electoral en torno a Almería. Hasta en cinco ocasiones se han desplazado sus principales líderes a esta provincia en la que han tenido un destino prioritario: El Ejido. El municipio referente en el desarrollo local, transformado en un mar de plástico por sus grandes extensiones de invernaderos, fue la rampa de despegue de los de Santiago Abascal en 2018. Pero la cosa ha cambiado notablemente en estos tres años y medio. Este 19-J ha diluido las opciones de esta formación de convertirse en una alternativa después de que los ejidenses hayan concedido una victoria rotunda al PP. Arrastrado por un discurso muy ideológico, despegado de las reivindicaciones reales, pareciera que el partido ha tocado techo en una región que era clave para sus aspiraciones nacionales. Como Unidas Podemos, conservará una bolsa de incondicionales, pero la frustración por las expectativas incumplidas genera una evidente insatisfacción. Su gestión marcará su futuro inmediato.

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