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BHO: el peligroso método con gas para obtener aceite de hachís y exprimir la marihuana
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HERIDOS Y EXPLOSIONES

BHO: el peligroso método con gas para obtener aceite de hachís y exprimir la marihuana

El cannabis ha inundado el mercado y los clanes granadinos exploran esta vía para aprovechar al máximo la planta. Se inyecta butano en un tubo para extraer una sustancia oleosa con un 80% de THC que se convierte en bellotas

Foto: Un agente, junto al laboratorio empleado para extraer el aceite de hachís. (Guardia Civil)
Un agente, junto al laboratorio empleado para extraer el aceite de hachís. (Guardia Civil)

Se conoce como BHO y es el acrónimo de su denominación en inglés: 'butane hash oil'. Este es el peligroso método de obtención de aceite de hachís inyectando gas que utilizan algunos clanes de la droga de Granada para exprimir la planta de cannabis. Una forma de diversificar la oferta en un momento en que la marihuana ha inundado el mercado y la reducción de la oferta ha incrementado su precio.

La Guardia Civil ha desmantelado en la localidad granadina de Pinos Puente una organización que empleaba este método y cuya fortaleza estribaba en que controlaba todas las fases de este tráfico de drogas: el cultivo de la marihuana, su doble procesamiento para extraer los cogollos y obtener el hachís y su comercialización a través de distintos puntos de venta. Sin ningún intermediario y multiplicando los beneficios.

Foto: Un fumador, con hachís y marihuana sobre la mesa. (EFE)

Este grupo organizado, 10 de cuyos miembros han sido detenidos, disponía de un laboratorio para desarrollar la técnica del BHO. El Instituto Armado explicó que consiste en inyectar el butano por un tubo de acero inoxidable relleno con la picadura de marihuana para que el gas, a su paso, arrastre los cannabinoides. “En este proceso, se utilizan partes de la planta que no se venden por sí solas, como las hojas”, explican fuentes consultadas por El Confidencial, que añaden que la toxicidad del aceite que se obtiene es “muy alta”. Algunas publicaciones especializadas cifran en un 80% su nivel de THC.

Como en esta operación, habitualmente se suelen emplear botes de gas para cargar mecheros como los que se pueden adquirir en un estanco, con los que se generan temperaturas “bajo cero” que facilitan la extracción de la sustancia. Posteriormente, se introduce en hornos para aplicarles calor y obtener un hachís de gran calidad. Un producto demandado en el mercado negro y que se puede vender a un precio elevado debido a la reducción de la oferta de esta droga frente al casi monopolio del cannabis.

El gran problema de este sistema de procesamiento es que suele realizarse en laboratorios hechos de forma “chapucera”. “Donde con un taladro se realiza un agujero por el que se inyecta el gas y siempre hay fugas. Con cualquier chispa, se produce una explosión”. Es lo que posiblemente ocurrió en marzo del año pasado en la localidad de Armilla, donde dos jóvenes sufrieran quemaduras y heridas de consideración cuando estaban manipulando marihuana con butano y se produjo una deflagración.

“Es una práctica especialmente peligrosa”, señaló la citada fuente oficial, mientras que agentes de la lucha antidroga consultados recordaron que solo en la capital granadina se habían registrado al menos tres accidentes graves. “Uno de ellos creo que fue en un piso de estudiantes que reventó. En otra ocasión se hizo una aprehensión de maría y entre las pertenencias de los detenidos se hallaron los cargadores de gas”, apuntaron.

Un agente recuerda cómo un piso de estudiantes "reventó" por este sistema de procesamiento

Lo curioso de este sistema es que parece casi autóctono de la provincia granadina. La explicación está en la necesidad de los clanes de diversificar el negocio ilícito de la marihuana para captar más cuota de mercado, como satisfacer a un consumidor que persiste pese al ‘tsunami verde’ que ha supuesto el cannabis: el fumador de hachís. Se había detectado a gente que de forma “muy puntual” utilizaba este 'modus operandi', pero eran traficantes menores que adquirían la marihuana a redes de mayor peso. La operación desarrollada en Pinos Puente —Oleum— desvela un grupo organizado que no externalizaba ninguna función. Ellos cultivaban la maría, ellos la procesaban. Y también la vendían. No en vano, se incautaron 4.030 plantas de cannabis sativa en avanzado estado de floración, 710 bellotas de hachís —ocultas en el congelador de la cocina—, 225 dosis de esta misma sustancia, otras 200 bolsas de marihuana, 5,5 kilos de picadura y 75 botellas de butano.

Habían desarrollado un “proceso global”, donde los cogollos se vendían aparte, mientras que las hojas y otras partes de la planta se empleaban para extraer el aceite. “Su intención era diversificar el producto”, como cualquier empresa, “para tener mayor cuota de mercado”. Los primeros, con destino a países extranjeros, donde su precio se dispara, y la segunda sustancia, para satisfacer la demanda interna del tradicional consumidor de hachís.

Foto: Foto de archivo de una plantación de marihuana. (EFE)

En los nueve registros domiciliarios llevados a cabo, los agentes hallaron diversa maquinaria, como una prensa hidráulica de calor, “un horno especializado para la fundición del hachís” y hornillos específicos para la elaboración de la droga. Además, localizaron una máquina para contar dinero.

Los 10 detenidos se enfrentan a cargos por un delito contra la salud pública por cultivo, elaboración y tráfico de sustancias estupefacientes, pertenencia a organización criminal y defraudación de electricidad. La investigación continúa abierta y la Guardia Civil no descarta más detenciones. En el dispositivo que posibilitó su captura participaron el Grupo de Acción Rápida (GAR), el equipo Cinológico de la Comandancia de Granada y la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Armilla (Granada).

Se conoce como BHO y es el acrónimo de su denominación en inglés: 'butane hash oil'. Este es el peligroso método de obtención de aceite de hachís inyectando gas que utilizan algunos clanes de la droga de Granada para exprimir la planta de cannabis. Una forma de diversificar la oferta en un momento en que la marihuana ha inundado el mercado y la reducción de la oferta ha incrementado su precio.

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