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La lucrativa aritmética de la maría: sextuplica su precio desde Málaga al norte de Europa
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REDES EXTRANJERAS SE TRASLADAN A ESPAÑA

La lucrativa aritmética de la maría: sextuplica su precio desde Málaga al norte de Europa

Desarticulan un grupo organizado de origen polaco perseguido en su país que decidió instalarse en el sur para crear un entramado de tráfico de marihuana con beneficios millonarios

Foto: Fotografía de archivo de una plantación de marihuana. (Reuters/Blair Gable)
Fotografía de archivo de una plantación de marihuana. (Reuters/Blair Gable)

Ha pasado de ser una sustancia casi anecdótica, a copar gran parte de trabajo de las unidades antidroga del país. La marihuana se expande a un ritmo vertiginoso entre cultivos ‘indoor’ y grandes plantaciones a cielo abierto. Un fenómeno abonado por las condenas inferiores que tiene su tráfico ilegal y, sobre todo, por los beneficios económicos que genera. Esta combinación, unida a las inmejorables condiciones climatológicas para este cultivo, está seduciendo a muchos grupos organizados de distintos puntos de Europa que se implantan en España con el objetivo de hacerse millonarios exportando cannabis.

Esto es lo que trataban de hacer cuatro individuos de origen polaco arrestados en una operación conjunta del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de la Agencia Tributaria. Se habían asentado en la Costa del Sol huyendo de la presión policial de su país y estaban obteniendo ingresos que cuadriplicaban su inversión. Como ejemplo, sólo la marihuana que se les incautó les podría haber reportado más de 1,5 millones de euros, aunque la Policía Nacional ha detectado que hay redes que han llegado a multiplicar por seis su dinero.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (Juan Carlos Hidalgo/EFE)

Fuentes cercanas al caso consultadas por El Confidencial han señalado que estos cuatro narcos eran investigados en Polonia desde finales de la década de los 90 por su presunta implicación en el crimen organizado. Alguno, incluso, pasó algún tiempo en prisión por sus nexos con grupos criminales “muy violentos”. Fue a mediados de la década de 2010, después de sufrir varios golpes policiales, cuando decidieron continuar sus negocios en tierras más cálidas. Se trasladaron al sur de España y pasaron como otros residentes extranjeros.

En la Costa del Sol han mantenido un “perfil bajo”, apuntaron las citadas fuentes, que precisaron que, a pesar de residir “en buenos pisos” y desplazarse en coches caros, no eran estridentes. Al contrario que otros narcotraficantes, que una vez tocan tierra, se entregan a los placeres del ocio nocturno y se hacen notar. “Éstos no tenían nada a su nombre y todos sus bienes eran de alquiler”, y en España únicamente les constaba algún antecedente por “cosas pequeñas”. En su país, sin embargo, arrastran un historial mucho más amplio, por lo que dos de ellos están reclamados actualmente por las autoridades polacas y es previsible que soliciten sus extradiciones.

Los investigadores estiman que la maría que tenían les habría reportado más de 1,5 millones

El 'modus operandi' era relativamente sencillo. Adquirían la marihuana a los productores por aproximadamente 1.700 y 1.800 el kilo -precio actual, aunque fluctúa según la demanda- y posteriormente la trasladaban a países del norte de Europa -al parecer- oculta en camiones. Una vez en su destino, el mismo kilogramo que aquí no llega a los 2.000 euros, lo vendían allí por unos 8.000, cuadriplicando el dinero invertido.

El beneficio obtenido, además, era mucho mayor al eliminar de la ecuación distintos intermediarios. Compraban, transportaban y vendían. La red estaba tan asentada que tenía diversos proveedores en las provincias de Sevilla, Córdoba y Málaga, por lo que el suministro era constante.

Cuando los agentes entraron en la casa de Benahavís donde residía del líder, además de 80.000 euros, muchos de ellos en los retirados billetes de 500, se incautaron numerosa documentación que pondría de relieve que estarían traficando “de manera regular”.

Las investigaciones que han permitido desmantelar esta organización comenzaron después de que se tuviese conocimiento de que un grupo criminal con ramas en Cataluña, Madrid y Murcia planeaba un envío de cocaína mientras que se nutría económicamente del comercio internacional de drogas blandas. Las pesquisas posteriores permitieron localizar una finca en Coín que era usada como almacén de cogollos de marihuana. En este caso, según señaló la Policía Nacional en un comunicado, el destino final del alijo era Suecia.

Foto: Un trabajador recolecta esquejes de una planta de marihuana. (Reuters/Chris Wattie)

Los responsables del caso observaron en ella a los cuatro investigados y a la pareja de uno de ellos cuando hacían acopio de droga. En un momento determinado, dos de ellos abandonaron la finca en dos vehículos para dirigirse a Villarrubia (Córdoba), donde cargaron 50 kilogramos de cogollos de cannabis envasados al vacío, empleando posteriormente el método ‘Go fast’ para regresar a Málaga. No obstante, durante el trayecto se vieron sorprendidos por los agentes, que lograron interceptar el vehículo lanzadera y la furgoneta en la que se transportaba la droga. Al mismo tiempo, se procedió a la entrada y registro de varios inmuebles, donde se incautaron 200 kilogramos aproximados de maría preparada para su envío a los países nórdicos.

Las cinco personas fueron arrestadas por los supuestos delitos de asociación ilícita y contra la salud pública, aunque la mujer quedó en libertad con cargos. Los principales implicados fueron trasladados a la prisión de Alhaurín de la Torre.

La operación se desarrolló en las localidades malagueñas de Benahavís, Coín y Rincón de la Victoria y en el municipio cordobés de Villarrubia y, junto a la droga y el dinero, se intervinieron cinco vehículos, dispositivos electrónicos y documentación.

Ha pasado de ser una sustancia casi anecdótica, a copar gran parte de trabajo de las unidades antidroga del país. La marihuana se expande a un ritmo vertiginoso entre cultivos ‘indoor’ y grandes plantaciones a cielo abierto. Un fenómeno abonado por las condenas inferiores que tiene su tráfico ilegal y, sobre todo, por los beneficios económicos que genera. Esta combinación, unida a las inmejorables condiciones climatológicas para este cultivo, está seduciendo a muchos grupos organizados de distintos puntos de Europa que se implantan en España con el objetivo de hacerse millonarios exportando cannabis.

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