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El PSOE andaluz libra en Sevilla la última batalla para el entierro del 'susanismo'
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CONGRESO REGIONAL

El PSOE andaluz libra en Sevilla la última batalla para el entierro del 'susanismo'

El fuego cruzado se abre en las provincias. Espadas sabe que la agrupación sevillana puede mostrar el camino de unidad que necesita el partido socialista en la región

Foto: Susana Díaz y Juan Espadas. (EFE)
Susana Díaz y Juan Espadas. (EFE)

El PSOE andaluz camina hacia su congreso regional con las provincias convertidas en un polvorín. El secretario general, Juan Espadas, tiene el reto de dar un entierro digno al 'susanismo' para acabar con las batallas internas, pero no será fácil. Quienes apoyaron a Susana Díaz se mantienen cohesionados, a la espera de tener sitio, mientras que los 'sanchistas' están balcanizados, pujando por hacerse con el poder. Sevilla tendrá un papel clave. Es un símbolo. La puja está abierta entre dos alcaldes, Antonio Conde y Javier Fernández, y, de nuevo, con la presidencia de la Diputación, el gran botín, como moneda de cambio.

En septiembre de 2016, a las puertas del sangriento 1 de octubre que defenestró a Pedro Sánchez, la secretaria general del PSOE de Sevilla y fiel escudera de Susana Díaz pronunció en el vestíbulo de Ferraz una frase que definiría desde entonces su carrera política: "En el PSOE la única autoridad ahora mismo soy yo". Cinco años después, esa cita acompañó su marcha. Minutos después de que Verónica Pérez anunciara el pasado viernes ante la ejecutiva provincial de la formación que no iba a optar a la reelección, los mensajes despedían de forma unánime a "la única autoridad".

Nunca se sabe hasta qué punto es justo que una frase, pronunciada entre una nube de cámaras y micrófonos y en la antesala de una batalla interna bestial, sentencie a un cargo público, pero ha ocurrido. La salida de Pérez se daba por hecho desde que Espadas ganó las primarias a Susana Díaz. En Sevilla, el proceso se resolvió con un 55% de apoyos para el ahora secretario general, un 41% para Díaz y un 3,2% para Luis Ángel Hierro.

Y aunque otros secretarios provinciales saltaron del barco 'susanista' con la esperanza de seguir o incluso acarician la idea de volver a repetir a pesar de haber estado frente a Espadas, la líder de los socialistas sevillanos ya tenía asumido que se tenía que ir. No solo porque sea amiga de la expresidenta de la Junta y una de las personas de su máxima confianza sino porque su carrera política siempre ha estado íntimamente ligada a aquella maniobra de derrocamiento de Sánchez. En pocas palabras, los 'sanchistas' más destacados querían su cabeza casi tanto como la de Díaz.

Las tribus del PSOE sevillano

En contra de los que muchos barruntaban, Verónica Pérez, que tiene 43 años, no ha ofrecido resistencia. Anunció con generosidad su marcha para favorecer un "proyecto político de unidad en el PSOE". Ni se ha resistido ni ha tensado la cuerda amagando con ir a primarias. Detrás de este anuncio hay muchos movimientos internos. El PSOE de Sevilla es la agrupación más importante de Andalucía, cuna de Felipe González o Alfonso Guerra y también de Susana Díaz. Su fortaleza electoral ha sido siempre innegable. Un bastión donde las guerras internas han sido marca de la casa, pero donde ese componente tribal acaba al final en acuerdos entre familias que permiten siempre a unos y otros sacar la mejor tajada. Si hay un partido entretenido es el de las tribus del socialismo sevillano.

Con todos estos componentes, Juan Espadas sabe que tiene en Sevilla la oportunidad perfecta para mostrar el camino que aspira a que sigan el resto de provincias. Lo que ocurra en el PSOE sevillano es clave para trasladar un mensaje de unidad y para demostrar que se puede enterrar al 'susanismo' con dignidad y sin heridas. Si en la cuna política de Díaz llega a un acuerdo por qué no en Cádiz, en Málaga o en Huelva, señala un dirigente próximo a Espadas. En esas provincias el PSOE también es una bomba de relojería, pero en Sevilla hay tradición de pactos y en esas otras menos experiencia.

Los candidatos

Las opciones están ya en movimiento y pasan, como no, por el municipalismo. Hay dos nombres que tienen la mayoría de apoyos. Antonio Conde, alcalde de Mairena del Aljarafe (45.471 habitantes) y Javier Fernández, de La Rinconada (38.400 habitantes). El primero es un nombre de consenso, aceptado por corrientes como 'Hacer Más PSOE' pero también por los afines a Susana Díaz. Un alcalde que podría traer la paz a los socialistas sevillanos evitando ir al choque de trenes. El segundo fue uno de los grandes valedores de Espadas y tiene el apoyo de pesos pesados como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. El otro factótum del PSOE sevillano, el alcalde de Dos Hermanas, Quico Toscano, no se define. "Estoy con el partido", se limita a decir. Es otra apuesta, la de una tercera vía de acuerdo, "que todos los compañeros participen y compartan responsabilidades". "Hay 111 agrupaciones, fíjate todo lo que puede aún surgir", apuntan quienes evitan decantarse aún.

Conde formó parte de la ejecutiva regional de Susana Díaz, pero acabó mal con el 'susanismo'. Sonó en las quinielas como presidente de la Diputación de Sevilla y terminó peleado con la expresidenta de la Junta porque ella apostó por la continuidad de su padrino político, Fernando Rodríguez Villalobos. El "tito Fernando", 69 años y sin ganas de jubilarse, fue revalidado como presidente de la Diputación, que no es ninguna tontería sino la segunda institución más importante que gobierna ahora mismo el PSOE en Andalucía, tras el Ayuntamiento de la capital, con 491,7 millones de euros de presupuesto. Díaz cerró ese pacto con Pedro Sánchez y los 'sanchistas' siempre defendieron que el acuerdo pasaba por un Gobierno de dos años y que después Rodríguez Villalobos daría un paso al lado. Eso no ocurrió.

La Diputación en el reparto

Ahora su nombre vuelve a estar en primer plano. Quienes apoyan a Conde creen que puede llegarse a un acuerdo que pase por que él sea secretario general y Javier Fernández presidente de la Diputación. "La discordia en el PSOE de Sevilla la genera hoy el presidente de la Diputación, si él se va no hay problema", defienden fuentes de la dirección socialista. "Es paradójicamente el último reducto del 'susanismo'. Si se va Verónica (Pérez) con 43 años cómo no se va a ir Villalobos, con 70", señalan quienes apuestan por un pacto a dos bandas para brindarle a Espadas esa foto de unidad en la provincia.

A diferencia de lo que ocurre en otras, como Cádiz, Granada o Jaén, donde quien ocupa la secretaría general ostenta también la presidencia de la Diputación, en Sevilla siempre se han separado los dos cargos para abrir juego. Quienes apuestan por Javier Fernández aseguran que él debe ser secretario general y en un futuro ya se verá la presidencia de la Diputación, que también ambiciona. Insisten en que ahora no toca calar ese melón. El alcalde de La Rinconada y hombre de la total confianza de Espadas no ha dicho aún nada públicamente. Sopesa, dicen fuentes próximas al regidor, cuáles son sus opciones y despejará su futuro "en los próximos días". Sí que quiere evitar “a toda costa” abrir una nueva guerra e ir a unas primarias a cara de perro. Es un hombre que busca consensos y en su Ayuntamiento, pese a una mayoría de 16 de 21 ediles, ha pactado las ordenanzas municipales por unanimidad o los presupuestos con los votos de PP, Cs y Podemos y solo IU en contra.

Foto: Juan Espadas (i) y Susana Díaz (d). (EFE)

Igualmente, quienes defienden a Conde apuestan por "el diálogo y la integración" y por mantener el modelo tradicional sevillano de separar el poder entre el partido y la Diputación. "El PSOE de Sevilla es ahora mismo un tren que va a toda velocidad, descarrilado. Podemos intentar un último movimiento que permita reconducirlo y devolverlo a las vías. Un golpe de volante que evite el descarrilamiento", aseguran fuentes en la primera línea de la formación. Espadas ha hablado con Conde y, por supuesto, con Fernández. No se sabe si se mojará en Sevilla, su agrupación, o si como ha prometido para el resto de Andalucía se mantendrá al margen.

El congreso del PSOE andaluz se celebra el primer fin de semana de noviembre (5,6 y 7) en Torremolinos (Málaga). Espadas tiene intención de ir anunciando su núcleo duro. Ya ha designado a su número dos. El secretario de Organización será Noel López, alcalde de Maracena (Granada), que, en contra de lo que cabría pensar, no está mediando para la unidad en las provincias. Espadas ha dado orden de que nadie se inmiscuya aunque en la mayoría de los territorios van al choque de trenes. Curiosamente los 'susanistas' son los únicos unidos mientras que los 'sanchistas' se han fragmentado en decenas de familias que pujan por el poder. A ellos solo les unía las ganas de relevar a Susana Díaz y una vez conseguido todos preguntan: "¿Y de lo mío qué?".

El PSOE andaluz camina hacia su congreso regional con las provincias convertidas en un polvorín. El secretario general, Juan Espadas, tiene el reto de dar un entierro digno al 'susanismo' para acabar con las batallas internas, pero no será fácil. Quienes apoyaron a Susana Díaz se mantienen cohesionados, a la espera de tener sitio, mientras que los 'sanchistas' están balcanizados, pujando por hacerse con el poder. Sevilla tendrá un papel clave. Es un símbolo. La puja está abierta entre dos alcaldes, Antonio Conde y Javier Fernández, y, de nuevo, con la presidencia de la Diputación, el gran botín, como moneda de cambio.

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