Andalucismo en horas bajas: la difícil misión de Andalucía como contrapoder de Cataluña

El 10 de agosto de 1936, un notario afincado en Coria del Río, Blas Infante, impulsor del autonomismo andaluz, fue fusilado en un paredón a las afueras de Sevilla. Este martes, en ese lugar histórico, se conmemoró el 85 aniversario de su asesinato en un acto organizado por la fundación que reivindica su legado. Un acto que se convirtió en motivo de duros reproches y acusaciones entre los partidos políticos en Andalucía y que evidenció que, en un momento en que muchos claman contra las concesiones a los nacionalistas catalanes o reivindican la comunidad andaluza como contrapoder de Cataluña, lo que manda es la división pujante que existe alrededor de un andalucismo que sin duda se ha convertido en un arma arrojadiza entre las distintas formaciones como parte clave de esa guerra ideológica o cultural que domina la escena política española.

El que fue reconocido como padre de la patria andaluza, y así consta en el Estatuto de Andalucía aprobado en 2007, aunque durante años estuvo olvidado, sigue enterrado en una fosa común. Los historiadores dicen que en la de Pico Reja, en el cementerio de Sevilla, que actualmente se está excavando. Sus restos siguen sin localizarse. Quien ordenó su asesinato, el general Queipo de Llano, sigue enterrado con honores en la basílica de la Macarena, y hasta la fecha, ni con el PP ahora ni con el PSOE antes, la Junta ha logrado cambiar el emplazamiento de su tumba. A eso se aferraron los partidos de izquierda para atizar al Gobierno andaluz. Enfrente, PP y Cs convirtieron la efeméride en argumento contra Pedro Sánchez y para agitar el discurso del agravio frente a Cataluña.

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La conmemoración del fusilamiento de Blas Infante demostró que el andalucismo que todos los partidos políticos, excepto Vox, reivindican y en el que se envuelven está muy lejos de conseguir un frente común en Andalucía en defensa de los intereses de esta tierra. El aniversario fue utilizado por los partidos de la izquierda para cargar contra el Gobierno de PP y Cs, a los que consideraron deslegitimados para alzar la voz en defensa de Andalucía y Blas Infante por haber pactado con la ultraderecha de Vox, que niega esta figura histórica. Este partido, por primera vez, ha logrado que se escuchen en la tribuna del Parlamento andaluz duros alegatos contra el precursor del nacionalismo andaluz, que defendían izquierda y derecha y que tenía el respaldo unánime del hemiciclo. También es Vox el partido que carga contra la memoria histórica y condiciona, en cada pacto presupuestario, las partidas destinadas al desarrollo de esa ley en Andalucía, que salió sin votos en contra.

De Queipo de Llano a Cataluña

Al acto acudieron la líder de Unidas Podemos en Andalucía, Martina Velarde; el coordinador regional de IU, Toni Valero; la senadora Pilar González y el diputado Nacho Molina, por Adelante Andalucía, y la dirigente de Más País Esperanza Gómez. Se evidenció la fractura de la izquierda andaluza, dividida en tres partidos, aunque todos los mensajes a este lado tuvieron las mismas trazas. Velarde cargó contra el Gobierno por pactar con Vox y acusó al presidente andaluz de enterrar la memoria histórica. Valero acusó al PP de “tirar por la borda” el autogobierno y de emplear todos los esfuerzos en “confrontar con el Gobierno central”.

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Desde el PSOE, también hubo críticas al Gobierno de PP y Cs por haber utilizado “solo un 17% del presupuesto de la Ley de Memoria Democrática”. El diputado socialista Antonio Ramírez de Arellano advirtió de que “el negacionismo”, en alusión a las posiciones de Vox, “nos puede devolver a situaciones de enfrentamiento y odio que algunos partidos de extrema derecha están intentando traer de nuevo”.

La ración de confrontación contra “el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez” la pusieron los partidos del Gobierno, PP y Cs. Desde las filas populares, la secretaria general en Andalucía, Loles López, defendió “una Andalucía libre de agravios” como los que, dijo, “sufre de forma permanente por parte del Gobierno de España”. Para ello, aludió al reparto del fondo covid o a la devolución del IVA. “Aquí no hay PSOE que defienda Andalucía sino una delegación de Sánchez, porque no alzan la voz cuando nos quitan dinero, están a favor de los indultos o se dan más privilegios a otras comunidades”, agregó la número dos del PP andaluz.

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La portavoz de Cs, Teresa Pardo, se refirió a que el legado de Blas Infante es el de “la libertad, la justicia social y la igualdad”, y criticó la actitud del sanchismo, “que ahora habla de una España multinivel con concesiones a los independentistas”.

Un acto deslucido

Nadie del Gobierno andaluz acudió al acto. En 2009, con el PSOE en el Gobierno, se decidió, para no interrumpir las vacaciones, que en lugar del aniversario del fusilamiento el acto oficial sería el del nacimiento de Blas Infante. Por eso desde entonces es el 5 de julio la fecha de la celebración institucional en el Parlamento andaluz. La conmemoración de su muerte queda en manos de la Fundación Blas Infante, que dio la palabra a Manuel Hijano, profesor universitario gran conocedor y divulgador de esta figura histórica, que denunció recortes en la escuela pública, y a su nieto, Javier Delmás Infante. Antes, numerosas asociaciones y plataformas nacionalistas fueron llamadas para hacer una ofrenda floral ante la escultura que recuerda su asesinato y las últimas palabras que pronunció Blas Infante antes de morir: “Viva Andalucía libre”. Banderas republicanas y andaluzas se mezclaron entre un público que, bajo el sol de agosto, no sumó ni medio centenar de personas.