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Blas Infante, de "hombre bueno" que no dividía a los políticos a "filoislamista"
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PADRE DE LA PATRIA ANDALUZA

Blas Infante, de "hombre bueno" que no dividía a los políticos a "filoislamista"

Vox rompe un consenso político de décadas sobre el "padre de la patria andaluza", que nunca fue un motivo de pelea y siempre fue reivindicado por la izquierda y la derecha

Foto: Homenaje al padre de la patria andaluza. (EFE)
Homenaje al padre de la patria andaluza. (EFE)

La única tormenta política con truenos en la política andaluza sobre la figura de Blas Infante se vivió en 2007. No es casualidad que la desatara el entonces eurodiputado del PP Alejo Vidal-Quadras, que después sería fundador de Vox, partido que Santiago Abascal le invitó a abandonar en 2014, cuando propuso su acercamiento a Ciudadanos y UPyD. Las vueltas que da la vida.

En una tertulia radiofónica, Vidal-Quadras arremetió contra el "padre de la patria andaluza" llamándolo "cretino" y "subnormal profundo". Los partidos del Parlamento andaluz (PSOE, PA, IU y PP) aprobaron de forma unánime su reprobación en un pleno. Solo los 'populares' se abstuvieron en uno de los puntos, el que pedía que dejara de ser eurodiputado. Durante toda la polémica, tanto Javier Arenas como su número dos, Antonio Sanz, hoy viceconsejero de Presidencia de la Junta, dejaron claro su apoyo a la figura política de Blas Infante. Advirtieron que su partido no iba a permitir "dañar ni manchar" su imagen.

Mayor Oreja y el islamismo

Un año antes de esta polémica, un dirigente del PP se desalineó del cierre de filas de su partido con el precursor de la autonomía andaluza. Fue el exministro de Interior Jaime Mayor Oreja, que consideró que las reformas de los estatutos de Cataluña y Andalucía se hacían para tapar las negociaciones con ETA. Reflexionó además en voz alta, convencido de que la adopción del término "realidad nacional" en el Preámbulo del Estatuto andaluz, lo único que mantuvo en un hilo el apoyo del PP andaluz hasta el último minuto por las resistencias de la cúpula nacional, abría las puertas a pretensiones separatistas tras las que había "un fenómeno islamista".

Hasta hoy, nunca volvió a existir conflicto político. La reforma del Estatuto andaluz, que el PSOE impulsó bajo la 'teoría de las traineras', con un ojo puesto en la reforma catalana y copiando alguno de sus pasajes para no quedar atrás en autogobierno, cerró un acuerdo político de PSOE, PP e IU y marginó al Partido Andalucista, que después terminaría desapareciendo del arco parlamentario.

La derecha se subió así, de la mano de Arenas, al carro de la autonomía y cerró las heridas abiertas por el papel de la UCD en el primer proceso autonómico, del que acabó desligándose.

placeholder Arenas saluda a Moreno. (EFE)
Arenas saluda a Moreno. (EFE)

Sin afán separatista

En realidad, el nacionalismo andaluz nunca ha tenido nada que ver con el catalán o el vasco. No ha tenido aspiraciones separatistas sino de superación del subdesarrollo y de la pobreza del pueblo andaluz. Aún hoy, las encuestas dicen que los ciudadanos de esta comunidad se consideran "tan andaluces como españoles".

Hay historiadores que marcan esa diferencia ya en el andalucismo histórico (1917-1936) pero sin duda se confirma esa teoría cuando a finales de los 70, el Partido Andalucista recupera e impulsa la figura de Blas Infante. En 1977 hubo una masiva manifestación que sacó a millón y medio de andaluces a la calle para pedir una autonomía de primera. Lo que más pesaba era el agravio frente a otras comunidades ricas. Todos los partidos asumieron entonces la figura del padre de la patria andaluza.

Cuando 40 años después de su fusilamiento se retomó el proceso autonómico de Andalucía, nadie puso en cuestión su papel como precursor del andalucismo y autor de sus símbolos: la bandera, el himno y el escudo. En 1983 el Parlamento andaluz le denomina "padre de la patria andaluza", título que también refrenda el Congreso de los Diputados en 2002 y que se recogería en el Preámbulo del Estatuto tras su reforma aprobada en diciembre de 2006.

"En los últimos 25 años, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia y se ha acercado al ideal de Andalucía libre"

El gran desconocido

En realidad, durante muchos años, la figura de Blas Infante ha sido muy desconocida, incluso para los políticos. Solo el Partido Andalucista reivindica y defiende su legado. Como gesto, el busto al que ahora rinden homenaje en el patio del Parlamento los partidos conmemorando su nacimiento estuvo mucho tiempo arrinconado bajo una escalera del edificio del Hospital de las Cinco Llagas. Fue en 2009 cuando se cambió a un patio preferente, cerca del salón de plenos.

Hasta entonces la conmemoración del político se celebraba el 10 de agosto, en el punto kilométrico de la carretera donde fue asesinado el político, ensayista y notario. "La noche del 10 al 11 de agosto de 1936 irrumpió en la prisión improvisada del cine Jáuregui de Sevilla un grupo de señoritos derechistas que querían conmemorar el fallido golpe de Sanjurjo de la misma fecha en 1932. Sacaron a un puñado de personalidades de izquierdas y los fusilaron en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona. Entre ellos estaba Blas Infante, en plena madurez intelectual a sus 51 años, que para entonces había conseguido que todos le reconocieran su liderazgo en el impulso del movimiento autonomista de Andalucía, al que había entregado la mayor parte de su vida. De hecho, los políticos de la época le habían hecho presidente de honor de la Comisión Ejecutiva Pro-Estatuto o Junta Regional Pro Estatuto, que se encargaría de aprobar el anteproyecto de Estatuto de Autonomía que preparaba la República y que quedó interrumpido con la Guerra Civil", recuerda la periodista Isabel Pedrote, que durante años estudió sobre esta figura política.

"Sin ser leído, seré despreciado"

"Sin ser leído, seré despreciado", dejó escrito Blas Infante, como recordó el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba Antonio Manuel tras conocer el plante de Vox al 134 aniversario de su nacimiento en el Parlamento. Si Vox no cree en el Estado de las Autonomías es lógico que no aplauda al padre de la patria andaluza, aunque cabría pensar por qué concurrió entonces a unas elecciones autonómicas. En sus argumentos para el rechazo al homenaje caben más dudas. ¿Promovió Blas Infante el victimismo? ¿Da alas a formaciones filoislámicas o secesionistas laicas y de izquierdas? ¿Promovió su pensamiento que Andalucía fuera saqueada por una oligarquía corrupta? ¿Abre el enfrentamiento cainita entre españoles?

Desde luego, hasta ahora, ningún historiador con reconocimiento ha analizado la obra del político andalucista desde ese punto de vista en una trayectoria plagada de cambios en la que Infante pasó de ser regionalista a nacionalista, con la idea de un Estado federal, y finalmente "liberalista", para liberar Andalucía de su postración, marginación y miseria a través de la autonomía (J.A. Lacomba, "Blas Infante y el despliegue del andalucismo"). Sus ideas cayeron con Franco en el olvido. Su cuerpo sigue enterrado en una fosa común en un cementerio de Sevilla. Su memoria política, reconstruida por los partidos desde la Transición, nunca ha dividido. Hasta que llegó Vox.

La única tormenta política con truenos en la política andaluza sobre la figura de Blas Infante se vivió en 2007. No es casualidad que la desatara el entonces eurodiputado del PP Alejo Vidal-Quadras, que después sería fundador de Vox, partido que Santiago Abascal le invitó a abandonar en 2014, cuando propuso su acercamiento a Ciudadanos y UPyD. Las vueltas que da la vida.

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