Vox insiste en trasladar el Día de Andalucía: "Va contra la libertad y la igualdad de España"

Himno andaluz y banderas blanquiverdes: el 28 de febrero se celebra el Día de Andalucía, con su correspondiente festivo y sus actos institucionales. Al menos por ahora. La irrupción de Vox en el Parlamento andaluz en las pasadas elecciones autonómicas llegó haciendo mucho ruido, incluyendo una reivindicación que a muchos pareció desafortunada: entre los 19 objetivos que el partido de Santiago Abascal propuso para dar la dirección de la Junta andaluza al Partido Popular se encontraba la de trasladar el Día de Andalucía al 2 de enero, en conmemoración de la culminación de la Reconquista.

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"Vox seguirá trabajando el Día de Andalucía", han asegurado desde el perfil del partido en la comunidad andaluza. "No daremos la espalda en actos institucionales, pero hubiésemos preferido celebrar un día en el que nuestra tierra fuese pieza fundamental para nuestro país, nunca al margen de nuestra nación. ¡Viva Andalucía y viva España!", han escrito. Con imágenes en las que se muestra a algunos de los diputados en sus puestos de trabajo, los de Abascal han señalado que celebrar el día 28 de febrero es un acto "que va contra la diversidad de España, y contra la libertad y la igualdad de todos los españoles".

El diputado por la formación verde Alejandro Hernández, abogado cordobés que en campaña aseguró que Vox concurría para demostrar la "inutilidad" del Parlamento andaluz, ha insistido en esta idea, criticando la decisión de hacer sonar el himno andaluz y no el español. "En el Día de Andalucía desde Vox echamos de menos que no haya sonado el himno de España además del andaluz", escribe Hernández, ahora uno de los doce diputados del partido.

El 28 de febrero recuerda una fecha muy vinculada al fin de la dictadura: corría el año 1977 y hacía dos años que el dictador Francisco Franco había muerto. La dictadura quedaba atrás y arrancaba un periodo de cambio en el que todos los españoles buscaban respirar profundamente, sin obstáculos. En negociaciones estaban otros estatutos y los andaluces decidieron unirse: cerca de un millón y medio de andaluces se manifestaron en Andalucía para exigir la autonomía.

Durante la marcha, que se desarrollaba en las diferentes ciudades de la comunidad, un trabajador malagueño de la cervecera Victoria, Manuel José García Caparrós, fue asesinado de un disparo mientras se manifestaba pacíficamente. Tenía 17 años y nunca se conoció al culpable. La manifestación del 4-D fue el inicio de un proceso que llevó, en mayo del año siguiente, un proyecto de decreto para regular el régimen preautonómico a la Junta de Andalucía y que acabó con la constitución de una Junta que decidió acogerse al artículo 151 de la Constitución para conseguir la autonomía.

En virtud de este artículo, que regula la conformación de las autonomías, el procedimiento de autonomía de Andalucía debía ser acordada "por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes, por las tres cuartas partes de los municipios de cada una de las provincias afectadas que representen, al menos, la mayoría del censo electoral de cada una de ellas" y que, además, fuera "ratificada mediante referéndum por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores de cada provincia en los términos que establezca una ley orgánica". Y así lo fue: el 28 de febrero de 1980 se celebraba el ansiado referéndum.

Lo que sí quieren celebrar

No obstante, Vox insiste en que el Día de Andalucía debería trasladarse al 2 de enero, en recuerdo de esa misma fecha de 1492: pocos meses antes de que Cristóbal Colón llegase a América, el emir de Granada, Boabdil, entregó la ciudad a los Reyes Católicos, quienes diez años antes habían puesto en marcha una guerra en la Península Ibérica para acabar con el reino nazarí e integrar a en corona de Castilla al último territorio musulmán.

Tras un asedio a la ciudad que duró meses, Boabdil negoció la rendición de Granada y en la madrugada del 2 de enero, miembros del ejército castellano penetraron en la Alhambra, para, al amanecer, lanzar tres cañonazos que indicaban que la capital del último reino musulmán había sido conquistada y posteriormente proceder a la entrega de las llaves de la ciudad a Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, nuevos reyes de Granada.