4-D: el día en que 300.000 andaluces pelearon en las Ramblas por el 'país andaluz'

El 4 de diciembre de 1977 miles de andaluces, hasta millón y medio, salieron a la calle en todos los pueblos y ciudades de Andalucía, también en Barcelona. Allí, 300.000 ciudadanos, según las cifras de las hemerotecas, llenaron las Ramblas hasta la plaza de Catalunya, tras un recorrido similar al que meses atrás llenó las calles de independentistas. En 1970 había 840.000 andaluces en Cataluña, la novena provincia. Hoy se calcula que los catalanes con origen andaluz son el 8% del censo.

Aquella gran manifestación fue fruto de la emigración andaluza, pero los partidos catalanistas se volcaron en un principio con los inmigrantes porque sabían que era clave para captar votos. Fueron hábiles para disfrazar que la petición de los andaluces jugaba contra la brecha norte-sur y en la tríada democracia-autogobierno-modernización, que define el catedrático de la Universidad de Jaén Salvador Cruz. Allí se explotó el nacionalismo andaluz casi más que en la propia Andalucía.

40 años más tarde, en pleno desafío secesionista catalán, todos los partidos andaluces se han lanzado a resucitar la efeméride

Lo recuerda Manuel Peña, director de la revista 'Andalucía en la Historia'. Si en el cartel de la manifestación de Sevilla solo figuraba la palabra 'Autonomía', en el de Barcelona se optó por 'Día nacional del país andaluz'. Las llamadas en los pasquines que se repartieron en la capital catalana llamando a la movilización hablaban de una "Llamada solidaria a todos los pueblos del Estado español. ¡Acudid! Concentración y marcha solidaria pro-autonomía del país andaluz". En Sevilla hubo 10 partidos entre las organizaciones convocantes y en Barcelona se sumaron seis sindicatos, 13 partidos y tres asociaciones.

Autonomistas y obreristas

Peña, investigador del Centro de Estudios Andaluces y profesor de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba, explica que entre ese 4-D de Andalucía y el que se vivió en Cataluña hubo "más diferencias que similitudes". Él, hijo de inmigrantes andaluces, estuvo allí. "Mientras que en las manifestaciones andaluzas prevalecieron reivindicaciones contrarias al subdesarrollo y al 'colonialismo', en la barcelonesa se impusieron lemas autonomistas y obreristas y se silenció el 'leitmotiv' de la mayoría de la asistencia: dejar de ser ciudadanos de segunda, en el norte y en el sur".

"El catalanismo necesitaba de esa numerosa minoría para reinstalarse rápidamente en el poder", explica para justificar que la mayoría de los partidos nacionalistas se sumaran a aquella convocatoria. A partir de esa fecha, apostilla, "el PSUC y el PSC entraron de lleno en el obrerismo calificando de 'lerrouxista' al obrero andalucista". "Fue una estrategia del catalanismo que inoculó el movimiento obrero con la máxima de 'no se puede ser de izquierdas sin ser nacionalista". En las elecciones de 1980, una parte sí se sumó, otra votó PSA, que obtuvo dos diputados en el Parlamento catalán, y una tercera parte optó por la abstención.

Los nacionalistas catalanes necesitaban de la inmigración para instalarse en el poder. En 1980, en el Parlamento catalán hubo dos diputados del PSA

El martes 7 de diciembre, el primer día de periódico tras la manifestación del 4-D, 'La Vanguardia' narraba el asesinato del joven Manuel José García Caparrós, ahora reconocido como 'mártir' de la autonomía andaluza, a manos de la policía en la manifestación de Málaga. "Manuel José, hoy sé que el disparo que te mató podría haberse alojado en cualquiera de los que estábamos cerca de ti", narraría en 2013 el actor Antonio Banderas al recoger su mención como Hijo Predilecto de Andalucía, que compartió con su paisano, mencionado a título póstumo gracias a la insistencia de IU, entonces en el Gobierno. "Luctuoso balance en Málaga: Un joven muerto por arma de fuego", tituló 'La Vanguardia', junto a una columna que decía: "Fervor autonómico en las capitales andaluzas". "Ondeando banderas, bufandas y hasta sombreros cordobeses verdiblancos y gritando la palabra 'Autonomía' desfilaron por las calles de las capitales andaluzas", narró ese rotativo.

Ese mismo día un artículo del periodista Lluís Permanyer daba cuenta del "Día de Andalucía en las Ramblas". "Una de las cosas que más me emocionaron cuando la oceánica manifestación de la Diada, en septiembre, fue la apasionada y unánime participación de cientos de miles de inmigrantes [...] Todos ellos, junto con nosotros los indígenas, pedían a gritos la concesión del Estatut y en castellano se desgañitaban para corear las reivindicaciones catalanistas. El pasado domingo se vivió el Día de Andalucía como en ninguna otra ciudad. Banderas verde y blanco junto al rojo y amarillo de las señeras. Se gritó 'Viva Andalucía' y 'Visca Catalunya' y después del himno andaluz corearon 'Els Segadors' [...]Ya no cabrá hablar de los otros catalanes, sino como muy agudamente afirmaba Candel, de los 'nous catalans".

La revista 'Primera Plana', dirigida por Manuel Vázquez Montalbán y publicada en Barcelona en 1977, llevaba en portada una foto de la manifestación. "Andalucía altiva", titulaban, con un especial de la autonomía y un reportaje interior muy extenso sobre el asesinato de García Caparrós.

La efeméride

40 años más tarde, en pleno desafío secesionista catalán, todos los partidos andaluces se han lanzado a resucitar la efeméride del 4 de diciembre, solapada durante años por el 28 de febrero, cuando Andalucía celebró su referéndum por la autonomía y elegida como la fecha oficial. El 4-D era cosa del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), de Izquierda Unida y del Partida Andalucista. Desde que Podemos e IU anunciaron hace un año que iban a pelear por hacerse con la bandera andalucista, el PSOE decidió desempolvar los fastos, que coinciden además con las cuatro décadas del partido de los socialistas andaluces.

El de hoy no tiene nada que ver con aquel 4-D en Cataluña. Ahora ni siquiera las casas de Andalucía tienen previstos actos. Este día comenzará la campaña de unas elecciones decisivas para Cataluña y para España, y ya el voto inmigrante está mucho más diluido. Daniel Salinero, presidente de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña (Fecac), explica que los actos se celebrarán como siempre, el 28 de febrero, con un mes programado con diferentes actividades.

Ahora, la participación de los inmigrantes andaluces en las elecciones catalanas estará dividida, observa Salinero. Los de primera generación entran en el núcleo duro de ciudadanos en contra de la independencia. Entre los de segunda generación, hijos directos de andaluces ya nacidos en Cataluña, a los que durante años se les siguió llamando 'charnegos', hay más sensibilidades. "En esos casos depende mucho de cada familia" y de otros factores muy distintos al identitario, por ejemplo, según cómo les haya castigado la crisis económica. Entre estos hay más indignados con España, señala Salinero.

¿Y es cierto que los de tercera generación han sido una cantera clave para los independentistas más radicales, por encima de los de 'los ocho apellidos catalanes'? Salinero ríe. "Es un mito, es un mito, bueno, ahí está Gabriel Rufián, como botón de muestra", añade aludiendo al diputado de ERC, hijo y nieto de jiennenses. Es verdad que en esta última generación los nacionalistas podrán contar más votos que en las anteriores. "Pero la mayoría de andaluces e hijos de andaluces en Cataluña han tenido una participación directa y activa en contra de la independencia", concluye Salinero. Aquella vez, en la que los andaluces salieron en Barcelona por el 'país andaluz', es hoy poco más que un espejismo.