Es noticia
La derecha que viene: por qué Sánchez salió a responder a Aznar
  1. España
análisis

La derecha que viene: por qué Sánchez salió a responder a Aznar

La contestación del presidente del Gobierno en una red social a José María Aznar sobre el Estado palestino tiene una lectura que va más allá del simple enfrentamiento electoral

Foto: Abascal en la Conservative Political Action Conference en 2024. (Michael Reynolds/Efe/Epa)
Abascal en la Conservative Political Action Conference en 2024. (Michael Reynolds/Efe/Epa)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Aznar declaró la pasada semana que no hay un Estado palestino, y Sánchez le respondió rápidamente en la red social X afirmando que "existe y existirá". La posición favorable a los dos Estados, que el Gobierno español está promoviendo de forma activa, y la campaña favorable al reconocimiento expreso del Estado palestino, encontró en el expresidente del PP una voz opositora de una resonancia políticamente poderosa. Suponía el regreso de la derecha española que llevó a España a la guerra de Irak, la de la foto de la Azores, la de las armas de destrucción masiva: 2003 y 2004 veinte años después. Inmediatamente, los ojos se volvieron hacia el PP para saber si seguía la senda marcada por su expresidente y cambiaba su posición sobre Palestina. Feijóo no se dejó llevar e insistió el miércoles pasado en el respaldo a la solución de los dos Estados.

El rifirrafe dialéctico entre Aznar y Sánchez parecía uno más de este entorno polarizado, con cada una de las partes marcando una posición clara respecto de un asunto divisivo. Sin embargo, detrás del tuit del presidente contestando a Aznar hay mucho más, ya que está muy relacionado con el futuro de la derecha española y europea.

La alianza de las derechas

Las previsiones electorales respecto de Vox no parecen las mejores. Su crecimiento se ha frenado notablemente, mientras que el PP está en auge. Tampoco el contexto parece favorable a Abascal, ya que un entorno muy enfrentado beneficia a los dos partidos principales. La existencia de un foso ideológico tiende a concentrar las simpatías: las formaciones con más probabilidad de ganar ganan votos, y las más pequeñas los pierden.

Ese PP que está deseando adoptar posiciones más duras tendría en el sector aznarista un motor para el futuro próximo

En este escenario, los partidos de izquierda suelen atacar a Vox como medio para golpear al PP: el peligro no está en una formación que perciben en retroceso, sino en su capacidad de contagiar a los populares. El foco se pone en el enemigo mayor, del que se afirma que ha asumido muchos de los postulados de Vox, y que, por tanto, ambos forman parte del mismo bloque.

Las declaraciones de Aznar vendrían a ratificar ese tipo de lecturas: ese PP que está deseando adoptar posiciones más duras tendría en el sector aznarista un motor de futuro. Sánchez salió a contestar públicamente porque el asunto en sí le convenía, pero también por lo que hay de fondo. Unas declaraciones de ese estilo ratificaban el discurso que había manejado el PSOE desde un poco antes de las elecciones generales, pero también el que repetirá para los comicios europeos. Un acuerdo entre el Partido Popular Europeo y los grupos a su derecha, como el ECR, supone la creación de un nuevo eje de gobernabilidad. Los socialistas saldrían de la ecuación que ha dominado Europa y se conformaría una nueva entente de las derechas.

Las razones para la calma de Vox

En Vox, a pesar del ruido electoral de fondo, afirman estar tranquilos. Su calma está basada en tres elementos. El ciclo electoral no dará buenos resultados en País Vasco y Cataluña, pero las cifras serán mejores que en las generales, aseguran desde Bambú. No conseguirán una gran representación, pero subirán en votos. Además, están convencidos de que las elecciones europeas les favorecerán y alcanzarán unas cifras más que positivas.

Algunos de los asuntos en los que pondrán el foco, como la inmigración, la agenda 2030 o la soberanía, son plenamente compartidos por las formaciones europeas de su espectro ideológico, de modo que la ola general tendrá repercusión en España. Entienden que son las elecciones que más les favorecen en lo discursivo y en las que mejor pueden marcar la diferencia con el PP.

"Los jóvenes a los que se está dando presencia son los que heredarán el partido. Vox va a estar ahí durante mucho tiempo"

En segundo lugar, está su convicción de que esta es una partida de largo plazo y que no es necesario tener prisa. Desde Bambú insisten en que las derechas europeas de su espectro han vivido estos vaivenes, han subido en algunas ocasiones y han bajado en otras, pero siempre han resistido, porque los tiempos acompañan. Subrayan que hay que tener en cuenta el ciclo largo, no el corto, y que los cambios internos también tienen un sentido estratégico. Los jóvenes a los que se está dando presencia en la formación son los que heredarán el partido. Vox va a estar ahí durante mucho tiempo.

El tercer elemento, ligado con el anterior, son las tendencias internacionales. Las elecciones europeas ratificarán el crecimiento de las derechas populistas y las extremas, por lo que sus marcos ideológicos están en alza. Y cuando eso ocurre, es difícil pararlos, vaya bien o mal coyunturalmente. Además, un triunfo de Trump, que ven seguro, "si no pasa nada antes, que ya vemos los ataques judiciales que está sufriendo", los concederá un espaldarazo definitivo.

Disenso contra FAES

Ha existido, y existe, una pelea continua entre PP y Vox en el ámbito internacional. FAES mantuvo un vínculo relevante con Latinoamérica y con EEUU (y el partido republicano) en la época aznarista que ha ido debilitándose. Vox ha tenido un interés especial en establecer una relación sólida a través de la Fundación Disenso con las nuevas derechas latinoamericanas y, especialmente, con la derecha estadounidense.

Son otros tiempos, ya que la llegada de Trump al poder causó "la liquidación de la vieja derecha conservadora", esa a la que pertenece el PP

Un aspecto importante es el vínculo que ha establecido con la Heritage Foundation, el think tank más importante del ámbito conservador estadounidense, como lo son los lazos que ha tejido con las derechas latinoamericanas actuales, desde Bolsonaro hasta Bukele pasando por Milei, son bastante más fuertes que los del PP. Disenso está ganando la partida a FAES.

Desde Vox lo perciben como un giro natural, "ya que hay un tipo de derecha que internacionalmente está en declive absoluto". Los cambios en el ámbito conservador en EEUU, donde el partido republicano es el partido de Trump, lo demuestran. La Heritage es el mejor ejemplo. Son otros tiempos, ya que la llegada de Trump al poder causó "la liquidación de la vieja derecha conservadora", esa a la que pertenece el PP.

La situación europea

Pero Europa es otra cosa, y ese trasvase no está conseguido. Los partidos de derecha tradicional siguen fuertes en muchos países, como en Alemania o España, y las formaciones de las nuevas derechas han conseguido gobernar en algunos lugares, pero con enormes dificultades para llegar al poder. De ahí que la mezcla se haya convertido en la fórmula habitual: puede tratarse de un líder antisistema al frente de un partido sistémico, como ocurrió con Trump y el partido republicano, o con Johnson y los tories; o se puede utilizar la fórmula inversa, y que lleve a cabo el cambio el líder sistémico de un partido antisistema, como ha sucedido con Giorgia Meloni. Esa es la fórmula que se está aventurando para la Unión Europea tras las elecciones, la unión de los dos bloques en uno que mezcle ambas posiciones ideológicas.

Por eso afirmaba Iván Redondo esta semana, a raíz de las declaraciones del expresidente del PP, que "la aznaridad es lo contrario a la CDU alemana frente a AfD, también a la Francia de Emmanuel Macron versus Marine Le Pen o a Luis Montenegro que tampoco pacta con Chega en Portugal". Y también que la Fundación Heritage —la aznaridad al cuadrado— "promueve una comunión de las derechas en España, atlantista y alternativa a la coalición gobernante de la Comisión Europea".

Buena parte del PPE ha entendido que hay que hacer frente al socialismo y al radicalismo, así como al antiamericanismo

La valoración de Redondo es interesante porque Aznar trata de recobrar las conexiones perdidas por su partido en el ámbito internacional a través de un asunto que para esta nueva derecha, incluyendo, desde luego, a la Heritage, es esencial: Israel. Mientras que el PP de Feijóo apoya la fórmula de los dos Estados, Aznar apuesta por situarse del lado del nuevo entorno conservador, brindando todo el apoyo a Israel e incluso a su presidente, Netanyahu. Sin ese respaldo, el PP tendrá muy difícil recuperar el terreno internacional perdido con las derechas anglosajonas.

Sin embargo, desde Vox tampoco inquieta demasiado la postura del expresidente, porque no creen que le vaya a hacer ganar muchas posiciones: "Han visto a Aznar posicionándose a favor de Lula y en contra de Bolsonaro, y al PP defender las mismas políticas que el PSOE en Bruselas. Nosotros hemos hecho un trabajo muy consistente a la hora de afirmar nuestras ideas en EEUU, pero también en lo que se refiere a desmontar las mentiras de un PP que sigue sin entender nada". Y, en cuanto a Europa, "buena parte del PPE ha entendido que hay que hacer frente al socialismo y al radicalismo, así como al antiamericanismo, sabe que hay que pactar con Austria, Finlandia, Suecia o Italia. Hay otra parte del PPE, que es la de González Pons, que todavía no ha comprendido esto".

Aznar declaró la pasada semana que no hay un Estado palestino, y Sánchez le respondió rápidamente en la red social X afirmando que "existe y existirá". La posición favorable a los dos Estados, que el Gobierno español está promoviendo de forma activa, y la campaña favorable al reconocimiento expreso del Estado palestino, encontró en el expresidente del PP una voz opositora de una resonancia políticamente poderosa. Suponía el regreso de la derecha española que llevó a España a la guerra de Irak, la de la foto de la Azores, la de las armas de destrucción masiva: 2003 y 2004 veinte años después. Inmediatamente, los ojos se volvieron hacia el PP para saber si seguía la senda marcada por su expresidente y cambiaba su posición sobre Palestina. Feijóo no se dejó llevar e insistió el miércoles pasado en el respaldo a la solución de los dos Estados.

Pedro Sánchez José María Aznar Santiago Abascal
El redactor recomienda