Feijóo explora alternativas antes de confirmar a Alejandro Fernández en Cataluña

Lo mejor es enemigo de lo bueno. Desde que Alberto Núñez Feijóo desembarcó en Génova ha ido posponiendo su plan para el PP catalán. En los primeros meses, se afanó en cerrar las heridas con Isabel Díaz Ayuso. El congreso de Madrid era el más urgente. Se dio por hecho que Alejandro Fernández no sería el hombre del gallego en Cataluña, pero entonces no era una prioridad. Ya había sido sentenciado por Pablo Casado tras llevar la marca a tres escaños en los comicios de 2021. Dos años después y un adelanto electoral mediante, Fernández sigue como cabeza visible y dispuesto a dar la batalla por ser el candidato el 12 de mayo. La dirección nacional evita confirmarle mientras el líder explora alternativas. “O hay un mirlo blanco” o habrá que medir si compensa ir al choque, aseguran fuentes cercanas a Feijóo.

El tiempo corre a favor de Alejandro Fernández. En mayo del año pasado, y con la ola a favor de las autonómicas del 28 de mayo, el entonces coordinador general, Elías Bendodo, tenía en la agenda los congresos de Cataluña y País Vasco. No les temblaría el pulso. Si era necesario montar una gestora en Cataluña, se haría. Feijóo tenía su propio proyecto. Quería exportar el modelo de Galicia a estos territorios. Un PP autonomista. Se escucharon varias voces, incluso propuestas, para incorporar a figuras relevantes de otras siglas o de la sociedad civil. Ahora está en marcha la fusión con Ciudadanos bajo el paraguas de un acuerdo que se extrapole a las europeas.

El plan quedó abortado por la convocatoria de generales con la que Pedro Sánchez volvía a agitar el tablero político. Fernández respiró. El resultado del 23-J debilitó la posición interna de Feijóo y el catalán aprovechó para reivindicarse. Hubo un sonado cruce de declaraciones a cuenta del diálogo del PP con Junts. Mientras Feijóo abogaba por sentarse con el partido de Carles Puigdemont de cara a negociar los votos para su investidura, en Cataluña los suyos alzaban la voz calificando a los junteros de “rivales”. Un partido “cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un Rey fascista. Que alguien me diga de qué hay que hablar con ellos”, lanzaba el dirigente catalán.

Alejandro Fernández se parapetó detrás de las bases y jaleó frente a Alberto Núñez Feijóo al PP más “duro”, a sabiendas de que contaba con el apoyo del “aznarismo”. La diputada Cayetana Álvarez de Toledo suscribió la tesis de que Junts no era un partido con el que negociar y el gallego volvió a orillar el debate que acabó marcando la campaña de las gallegas. Con la fecha marcada en el calendario ha llegado el momento de elegir. Entre las opciones que se han manejado está la de mantener a Fernández como presidente de la formación y nombrar otro candidato. Los nombres que más han sonado son los de Daniel Sirera, actualmente al frente del grupo municipal en Barcelona y sucesor de Josep Piqué en 2007, y Manuel Reyes, alcalde de Castelldefels. Su nombramiento correspondería al comité electoral nacional.

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En paralelo, siempre ha estado sobre la mesa colocar a una mujer como candidata a la Generalitat. Feijóo ha tenido en mente a la eurodiputada Dolors Montserrat. Su vinculación al partido en Cataluña es histórica. Cuenta con gran ascendencia, pero también ha trasladado que le gustaría repetir en la lista al Parlamento Europeo de cara a las elecciones de junio. En la ecuación ha entrado en los últimos tiempos el nombre de la secretaria general, Cuca Gamarra, que podría dar el salto a Europa. El movimiento afectaría a otros peones como el portavoz Miguel Tellado, que podría pasar a ser el número dos oficialmente. En la actualidad ejerce de facto este cargo, dado que es la persona de máxima confianza de Feijóo. La vicesecretaria de Organización, Carmen Fúnez, también podría ascender en esta carambola.

Mientras Feijóo medita, hay voces que presionan para mantener el statu quo. Las encuestas son muy favorables y sitúan a los populares entre 12 y 17 escaños. El discurso de Alejandro Fernández cala frente a la amnistía y las cesiones a los independentistas. Los que empujan por el continuismo alertan de que con el PSOE acorralado por el caso Koldo no es momento de abrir guerras internas.

Los populares aspiran a cubrir todo el espectro constitucionalista. Desde los españolistas de Vox hasta los exvotantes de Ciudadanos que auparon a Salvador Illa al primer puesto en los anteriores comicios. El tique con los naranjas busca arrebatar al PSC los votantes que están en contra de la medida de gracia a los soberanistas. Entre los socialistas catalanes hay preocupación, aunque los sondeos les sonríen. Illa ha hecho de la necesidad virtud con una amnistía de la que siempre renegó. Quizás por eso, como declaró a Carlos Alsina, se encomienda a san Pancracio. Alejandro Fernández también.