Cargos del PSOE ven a Sánchez en su peor momento por el caso Koldo: "Afecta a personas muy cercanas"

A Pedro Sánchez se le ha atribuido casi desde que llegó al poder en 2018 estar bajo el síndrome del "pato cojo". El símil proviene de la política anglosajona y se utiliza para evidenciar cuando un presidente o cargo público está en su final. Ese momento en el que todos le dan por amortizado, pese a que en apariencia mantiene todo su poder. La capacidad de resistencia del presidente ha desmentido una y otra vez a los que le ha dado por amortizado. Su trayectoria nació viciada por ser el primer inquilino de la Moncloa que llegó por una moción de censura. Ahormó una mayoría contra Mariano Rajoy con la corrupción del PP como pegamento tras la sentencia de la Gürtel. Quizás por eso, hoy, en el PSOE ven al líder en "su peor momento". "Hasta ahora ha bregado con crisis políticas, es la primera vez que se enfrenta a un escándalo de corrupción".

La percepción dentro del partido es que Sánchez tiene difícil levantar un cortafuegos como ha pretendido desde que estalló el caso Koldo. "Afecta a personas muy cercanas al presidente", puntualizan altos cargos socialistas consultados por este periódico. En la memoria colectiva está que el repudiado exministro de Transportes, José Luis Ábalos, tuvo un papel determinante en el surgimiento del sanchismo. Trabajó para resucitar a Sánchez y este le entregó el partido. Eran los tiempos en los que el entonces secretario de Organización susurraba la estrategia. Algunos —declaran ahora— ya mostraban desconfianza hacia Koldo García, mano derecha de Ábalos, pero todos callaban.

El otro frente son las reuniones de la esposa del jefe del Ejecutivo, Begoña Gómez, con el comisionista del Ministerio de Transportes, Víctor de Aldama, y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, en 2020 para presentarle oportunidades de negocio y tratar de conseguir su respaldo, según desveló El Confidencial. Además, el holding propietario de Air Europa "patrocinó" eventos del Instituto de Empresa África Center, dirigido por la pareja de Sánchez, antes de que el Gobierno rescatase la aerolínea con 615 millones. En Moncloa han levantado un muro de silencio sobre estas informaciones que en el partido "son las que más preocupan", porque ya han afrontado "otros casos Koldo".

"Si ha habido cualquier anomalía en el rescate de Air Europa sería demoledor", precisa un dirigente territorial que lamenta que desde Ferraz no se hayan dado explicaciones internas sobre lo publicado. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, se limitó a defender ante los medios que "verse con empresarios" es parte del trabajo de Begoña Gómez. Los cuadros socialistas no manejan más que el argumentario habitual donde se marca posición sobre los diferentes temas de actualidad. "Ni una llamada para lanzar un mensaje de tranquilidad", se quejan las citadas fuentes.

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Varios dirigentes territoriales han estado en contacto esta semana. Lo hacen con "suma discreción" dado que bajo el mando de Sánchez queda poco espacio para la disidencia. Los toques de atención a Emiliano García-Page lo corroboran. Hay coincidencia en que entre los militantes impera el desánimo. "Se empieza a imponer una sensación de fin de ciclo", coinciden los altos cargos consultados, que ven a Sánchez "sin capacidad de reacción". Hay quinielas sobre qué "as" se sacará de la manga.

El eslabón más débil es la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que contrató con la trama la compra de mascarillas inservibles cuando era presidenta de Baleares. La oposición la ha colocado como la siguiente pieza a batir. En el PSOE se defiende que no ha habido corrupción, pero se empieza a escuchar que podría haber "alguna negligencia". Si Sánchez deja caer a la tercera autoridad del Estado se "aceleraría la descomposición", apunta un socialista que descarta que "se entregue ahora la cabeza" de Armengol. Moncloa medirá muy bien el siguiente paso. Que Ábalos se sentase en la bancada del Grupo Mixto hace una semana era impensable. El pulso del exministro se interpreta como otro síntoma de debilidad del padre del Manual de resistencia.

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"Santos no tenía autoridad para echar a Ábalos", trasladan desde el partido, donde creen que Sánchez era el único que podía "hacer reflexionar" a quien fuese su "dos" de facto en el PSOE. Recuerdan que el actual secretario de Organización introdujo en la formación a Koldo. Cerdán ha sido el único interlocutor con el exministro de Trabajo, a quien el sumario cerca cada día más. En paralelo, el navarro ha estado negociando con Junts para aprobar la ley de amnistía la próxima semana. Paradójicamente, para Moncloa sería un "alivio" centrar el debate político de los próximos días en las prebendas a Carles Puigdemont.

Sánchez tiene cintura para las adversidades políticas. Ha gestionado el primer gobierno de coalición de España, la pandemia, la erupción de un volcán y una mayoría parlamentaria endiablada. El currículum lleva a que, incluso, los más críticos del PSOE, esperen un "volantazo" para encarrilar la legislatura, aunque ven pocas opciones. "La remodelación de gobierno ya no es una baza. O ficha a Obama o a la gente no le importa", bromean desde el PSOE. Los socios también observan con recelo los titulares. Yolanda Díaz anunció el viernes en La Sexta que presentará una batería de medidas contra la corrupción. Sumar ha encontrado un camino para opacar el debate sobre el mal resultado de las elecciones gallegas.

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El PNV y Bildu, con los comicios vascos en el horizonte, tendrán que afinar bien el mensaje. Los jeltzales abandonaron a Rajoy por la corrupción y miran de reojo las ramificaciones de la trama Koldo. El resultado del 21 de abril también recolocará el tablero de acuerdos, aunque se descuente que los socialistas apoyarán a los de Andoni Ortuzar si dan los números. Para entonces, Sánchez espera tener amarrados los Presupuestos tras sacar adelante la amnistía y dar aire a la legislatura. Asume que será un vía crucis por la presión del PP que ha encontrado el talón de Aquiles del presidente.

Alberto Núñez Feijóo está en alerta electoral. La amnistía y la corrupción son para Génova un combinado "imbatible". El PP espera "arrasar" en las elecciones europeas de junio, donde el PSOE acude con mal pronóstico. Si se cumplen los peores presagios hay quienes entre los socialistas apelan al precedente de Alfredo Pérez Rubalcaba que dejó la secretaria general en 2014 tras hundirse en Bruselas. Esta semana se han publicado sondeos que disparan a los conservadores si Sánchez adelantase las parlamentarias acuciado por la corrupción. El presidente no puede disolver las Cortes hasta que pase un año de la anterior disolución. Es decir, hasta el 30 de mayo. Solo Sánchez sabe qué hará, la diferencia esta vez es que él no controla. La variable de la corrupción es imprevisible.