Génova prioriza la corrupción del caso Koldo a la amnistía para hacer descarrilar la legislatura

Alberto Núñez Feijóo no imaginó que habría un asunto más dañino para el Gobierno que la amnistía y el rosario de cesiones a Junts. Desde el primer minuto del segundo mandato de Pedro Sánchez, Génova orientó toda su estrategia de oposición a tratar de llevar al "colapso" la legislatura por las derivadas políticas y judiciales de la despenalización del procés. Se empleó a fondo. Las manifestaciones, los recursos ante los tribunales, el registro de iniciativas parlamentarias o las denuncias ante la Comisión Europea se convirtieron prácticamente en una rutina. Pero todo ha quedado en segundo plano por el vendaval de Koldo García.

Pese a la "gravedad" de la amnistía, altos cargos de la dirección del PP repiten en privado que la corrupción tiene un impacto negativo muy superior en la opinión pública porque "remueve más conciencias", y acentúa el desgaste del Ejecutivo a pasos agigantados. "Tú puedes estar muy en contra de la amnistía, pero lo que de verdad te duele es ver tu bolsillo vacío mientras otros se enriquecen con tus impuestos", ejemplifica un dirigente de Génova.

Los populares apuntan a que el amaño de dinero público, sobre todo en mitad de un episodio trágico como fue la pandemia, "destruye" la imagen de cualquier dirigente que se encuentre cerca del radio de la explosión. Y recuerdan que el daño puede ser superior para un Gobierno que se edificó precisamente en la lucha contra la corrupción tras presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy por la sentencia del caso Gürtel. Por ese motivo, con implicaciones directas o sin ellas, el caso Koldo afecta de lleno a Pedro Sánchez.

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Génova ha diseñado una medida estrategia contra el Ejecutivo para intentar arrastrarle, poco a poco, al abismo. La dirección cuenta con un equipo creado ad hoc para fiscalizar el avance de las investigaciones, judiciales y periodísticas, y dar con la tecla en todo momento. Lo que busca Feijóo es extender el escándalo todo lo posible, con el foco puesto en primer lugar en las elecciones vascas del próximo 21 de abril. De hecho, la comisión de investigación que han registrado en el Senado podría entrar en ebullición justo en una campaña en la que el PSOE se juega otro varapalo electoral y ser decisivo en la formación de gobierno.

Los socialistas han intentado taponar la fuga, pero sin éxito. Primero impulsando una comisión de investigación en el Congreso que profundice en todas las compras durante la pandemia. Y segundo por la aparición de Miguel Tellado en algunas informaciones sobre la trama, que apuntan a una reunión con Koldo García. El líder del PP negó rotundamente en los pasillos del Senado que haya existido algún contacto. "Evidentemente, no", zanjó Feijóo. "No he mantenido ninguna reunión con Koldo ni ninguna conversación telefónica. Es todo una cortina de humo", aclaró también el segundo espada del gallego en el Congreso.

Comisión de investigación

La dirección del PP convertirá dicha comisión en un auténtico desfile ministerial, sin obviar la participación de Pedro Sánchez, una fotografía inédita con la que intentar llevar el desgaste del Ejecutivo a un punto de no retorno. A esta instantánea podría sumarse otra con importantes implicaciones: la asistencia de Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, para que dé cuenta de las reuniones que mantuvo con el comisionista de la trama en 2020. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, no descartó este jueves esa posibilidad. "Llegaremos hasta el final", apuntó.

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Si el PSOE pierde un apoyo significativo en Euskadi, el PP se apuntará un nuevo tanto y los socialistas acudirían desfondados a la siguiente gran cita, entendida como un plebiscito nacional: las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Génova busca "arrasar" en la que han planteado como una especie de segunda vuelta de las generales. En el hipotético caso de que el PSOE se hunda, acorralado tanto por la trama de Koldo García como por las exigencias de Puigdemont, se producirá a juicio de Génova una especie de punto de inflexión que llevará la legislatura a un terreno desconocido.

La ofensiva contra la amnistía no desaparecerá del argumentario del PP, y menos a una semana del plazo para que se apruebe en la Comisión de Justicia el dictamen de la ley, a la espera de conocer hasta dónde llegan las cesiones del PSOE a Junts tras confirmar el Supremo la investigación a Carles Puigdemont por corrupción. Pero la prioridad han pasado a ser las "ramificaciones" del 'caso Koldo', convencidos de que el alcance del "sórdido" escándalo "haría caer a cualquier Gobierno".

Además de la comisión de investigación en el Senado, Génova ha planteado una primera batería de iniciativas en el Congreso con la comparecencia de Puente y Bolaños, pero esperará para hacer lo propio con Sánchez. Por el momento, se ciñen al discurso de que el jefe del Ejecutivo debe dar explicaciones "urgentes" y de forma voluntaria por su "responsabilidad política y personal" en el caso, sobre todo después de que el foco mediático se sitúe también sobre su mujer. Tampoco han pedido dimisiones tras la salida de Ábalos. Pero el chaparrón llegará en el momento preciso.