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Batalla sin cuartel en Igualdad: no hubo traspaso de poderes de Montero con PSOE y ahora chocan con Sumar
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CAMBIO DE CARTERA SIN DIÁLOGO

Batalla sin cuartel en Igualdad: no hubo traspaso de poderes de Montero con PSOE y ahora chocan con Sumar

El traspaso de carteras fue menos fluido en este ministerio, a diferencia de lo ocurrido en Derechos Sociales. La designación de la directora del Instituto de las Mujeres desata la guerra de Sumar y Podemos contra el PSOE

Foto: Ana Redondo e Irene Montero. (EFE/Zipi)
Ana Redondo e Irene Montero. (EFE/Zipi)
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Irene Montero se marchó del Ministerio de Igualdad sin mantener ni una sola conversación con su sucesora en el cargo, Ana Redondo. Al contrario de lo que sucedió con el resto de los miembros del Gobierno, en este caso no existió apenas contacto entre la ministra entrante y la saliente, lo que complicó aún más el relevo. Lo normal, cuando se produce un cambio, es hacer un traspaso de poderes a varios niveles, no solo de ministro a ministro, sino también entre el director de gabinete y su sustituto, e incluso entre subsecretarios o directores de comunicación. También es común que la interlocución se mantenga durante varias semanas.

Esta práctica se cumple hasta cuando quien llega al Ejecutivo es un gabinete de distinto color político, aunque, en la última ocasión, en junio de 2018, con el triunfo de la moción de censura contra Mariano Rajoy, el PP abandonó el Gobierno sin facilitar el tránsito al PSOE.

Esto es lo que ha sucedido en Igualdad, a pesar de la continuidad del Ejecutivo de coalición y de la líder del espacio, Yolanda Díaz, aunque no de los morados. Ya en su intervención en el acto institucional del intercambio de carteras, la ministra saliente mostró a las claras su malestar. Transmitió a Redondo su deseo de que "nunca te dejen sola" y de que tuviera "valentía para incomodar a los hombres amigos de 40 y 50 años del presidente del Gobierno", en referencia a una frase que pronunció Pedro Sánchez poco antes del 23-J sobre los efectos de un mensaje feminista no integrador. Montero, como la exministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, salió del ministerio entre dardos.

Esos reproches han tenido también una traslación en el ámbito administrativo y han impedido que Montero y Redondo se pusieran al día sobre la gestión del ministerio. Ha faltado comunicación en la parte más alta de la pirámide. Pero, más allá de constatar esta realidad, ni hay críticas por parte de Igualdad ni tampoco del PSOE. A pesar de que el propio Sánchez vetó la presencia de Montero en el nuevo Gobierno, tanto en público como en privado habla de ella con afecto. Los socialistas ni siquiera se tomaron a mal otras declaraciones de la exministra y de Ione Belarra en las que culpaban al presidente de echarlas del Ejecutivo porque, aseguran en el PSOE, "el problema lo tienen con Yolanda Díaz, no con nosotros". El PSOE hace todo lo posible por restar hierro a sus dardos, en público y en privado.

Foto: Traspaso de la cartera de Igualdad entre Irene Montero y la nueva ministra del ramo, Ana Rendondo. (EFE/Zipi)

De hecho, aunque Sánchez impuso quedarse el Ministerio de Igualdad en el nuevo Ejecutivo, para recuperar esta bandera y tranquilizar al feminismo histórico del PSOE, no puso pegas a que Podemos accediera a un ministerio. El presidente fue muy crítico con la gestión de Montero, marcada por el pulso librado entre PSOE y Unidas Podemos a cuenta de los efectos y la posterior reforma de la ley del sí es sí. Rechazó a Montero, pero no puso ninguna objeción a que los morados mantuvieran alguna cartera, y fue Díaz quien se negó. Ya había optado por la exclusión de la dirigente morada de las listas al Congreso de los Diputados, en junio, y su relación política y personal era gélida desde muchos meses antes.

Desde el equipo de la exministra, no quieren pronunciarse sobre cómo fue la interlocución de Montero con su sucesora, pero sí defienden que el traspaso se ha desarrollado "como en el resto de ministerios": "Todos los centros directivos, como en todos los ministerios, preparan el traspaso". Esto es, con el trabajo de los funcionarios para facilitarlo, y con el del subsecretario de Igualdad, Ignacio Sola, nombrado por Montero al arranque de 2021 y hoy aún en el cargo. Sola, según estas fuentes, habría facilitado esta transición.

Foto: Ana Redondo, junto a Óscar Puente, en un acto en Valladolid. (EFE/R. García)

Esta forma de proceder con las carteras contrasta con la registrada en otros departamentos, también en traspasos en sentido inverso, del PSOE a Sumar. Es el caso del Ministerio de Cultura, en el que el equipo de Ernest Urtasun reconoce la labor de su predecesor, Miquel Iceta, así como el esfuerzo por facilitarle su trabajo. Ambos tienen buena sintonía y han conversado habitualmente sobre los frentes abiertos.

Y contrasta, incluso, con la forma de proceder en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 (al que se ha añadido también Consumo). La cartera pasó de las manos de Ione Belarra a las de Pablo Bustinduy, exdirigente morado hoy alineado con Sumar, y muy alejado de los morados desde 2019. En este caso, en lo que toca al papel de Belarra, tampoco hay reproches. Y ella sí conversó personalmente con su sucesor, según su equipo. Fuentes ministeriales confirman que Bustinduy pudo hablar con la ministra saliente de Derechos Sociales y con Alberto Garzón (Consumo), y aseguran que fue "un traspaso intachable", por el que está "agradecido".

Foto: La exministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Distintas partes destacan, además, la labor de Nacho Álvarez, exsecretario de Estado de Derechos Sociales, para facilitar el relevo. Álvarez abandonó la política institucional en noviembre: en su día Sumar propuso a Podemos convertirlo en ministro de su cuota, aunque el partido de Yolanda Díaz era conocedor de que los morados solo contemplaban el nombramiento de Montero. Y Álvarez decidió dar un paso atrás por no contar con el respaldo de su organización.

El que fuera responsable económico de Podemos también ha contactado personalmente con los primeros espadas del ministerio. Además, el que fuera su jefe de Gabinete en la secretaría de Estado, Ricardo Molero, está hoy al frente del Gabinete del ministro Bustinduy. El exdirigente morado y negociador jefe de Podemos y de Sumar en los asuntos más complejos, así como el que fuera su mano derecha, han sido claves para allanar esta transición, según distintas partes.

En cualquier caso, el Ministerio de Igualdad era la joya de la corona para los morados, que hasta la fecha se han contenido en sus críticas hacia Redondo, con una excepción relevante. El nombramiento de la flamante directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García, por sus comentarios sobre la "dictadura queer" o el "borrado de las mujeres" sí ha levantado ampollas en la izquierda a la izquierda del PSOE, tanto en Podemos como en Sumar.

Hasta el punto de criticar con dureza que la ministra haya optado por una "tránsfoba" para este cargo, con petición de cese incluida. Hasta la fecha, Redondo, de perfil menos mediático que Montero, no había estado en el ojo del huracán. Su predecesora lo estuvo gran parte de su mandato. Especialmente durante los primeros cuatro meses del pasado año.

Irene Montero se marchó del Ministerio de Igualdad sin mantener ni una sola conversación con su sucesora en el cargo, Ana Redondo. Al contrario de lo que sucedió con el resto de los miembros del Gobierno, en este caso no existió apenas contacto entre la ministra entrante y la saliente, lo que complicó aún más el relevo. Lo normal, cuando se produce un cambio, es hacer un traspaso de poderes a varios niveles, no solo de ministro a ministro, sino también entre el director de gabinete y su sustituto, e incluso entre subsecretarios o directores de comunicación. También es común que la interlocución se mantenga durante varias semanas.

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