Puigdemont lideró la cita con el verificador en Ginebra asistido por su mano derecha

Carles Puigdemont quiso estar presente en el primer encuentro celebrado entre el PSOE y JxCAT en Ginebra (Suiza) en presencia de un equipo de verificadores internacionales especializados en mediar en conflictos. Según apuntan a El Confidencial fuentes políticas conocedoras de los contactos, el expresident acudió a la reunión acompañado del jefe de su oficina, Josep Lluís Alay. Ambos están imputados en varios procedimientos judiciales, uno de ellos, el que conduce la Audiencia Nacional sobre la plataforma Tsunami, que se mantiene abierto por delitos de terrorismo.

Pese al secreto y la precaución que rodeó la reunión, Junts no renunció a contar con una nutrida delegación. Buena parte de los participantes viajaron desde Barcelona, apuntan las fuentes consultadas. Lo hicieron en un vuelo que salió de la Ciudad Condal a primera hora del mismo día fijado para la cita, el sábado 2 de diciembre. De este modo, el grupo llegó a Suiza muy temprano y consiguió esquivar a la prensa desplegada en la ciudad para cubrir este primer cara a cara. Una de las principales preocupaciones de los participantes era salvaguardar la discreción y evitar que circularan imágenes de la cita.

Desde el inicio de las negociaciones con el PSOE, Puigdemont ha contado con el asesoramiento y el criterio de su núcleo duro. Ha sido permanente la presencia del secretario general de Junts, Jordi Turull, y el presidente de JxCAT en el Parlament, Albert Batet, y la de otros dirigentes como la presidenta del partido, Laura Borràs, o la portavoz de la formación en el Congreso, Míriam Nogueras.

En la mesa de los negociadores se situaron los dos grandes ámbitos que exigió Junts para mantener el pacto de investidura de Pedro Sánchez y alargar su apoyo al Ejecutivo del PSOE. Se plantearon, como ya especifica el acuerdo suscrito entre ambas partes, propuestas para superar "déficits y limitaciones del autogobierno" de Cataluña y vías para un reconocimiento nacional. En este contexto, se entiende la existencia de dos mesas, una para esos asuntos económicos y otra para lo puramente relacionado con el independentismo. El propio Pedro Sánchez, en una entrevista este jueves, explicó que la estructura de negociación con Junts es paralela a la de ERC, que también cuenta con dos mesas con la misma división.

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El acuerdo precisa que en la primera reunión de negociación, JxCAT propondría la celebración de un referéndum de autodeterminación "sobre el futuro político de Cataluña amparado en el artículo 92 de la Constitución" frente a la propuesta de los socialistas, basada en un desarrollo del Estatut de 2006. En el apartado del autogobierno, Junts respaldó la creación una cláusula de excepción que facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en la autonomía frente al PSOE, que apuesta por medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Cataluña, "así como un diálogo singular sobre el impacto del actual modelo de financiación".

Los socialistas defienden que el acuerdo firmado en Bruselas entre Turull y Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, no es más que una constatación de sus desacuerdos, y eso será lo que aborden en las reuniones sucesivas. El partido del puño y la rosa no tiene intención de hacer público el contenido de las reuniones y defiende la "discreción" de las conversaciones que se mantengan en la ciudad suiza. "Cuando haya avances, los contaremos", apuntaban hace unos días desde la Moncloa en una defensa cerrada de la práctica por la cual consiguieron la investidura de Sánchez: "Discreción en la negociación y transparencia en los acuerdos".

En Ferraz explicaban, antes del encuentro de Ginebra, que las primeras reuniones servirán para establecer la metodología de los encuentros, que contarán con la mediación del diplomático salvadoreño Francisco Galindo. La identidad de este verificador no se conoció hasta el pasado sábado, cuando se produjo el encuentro en la ciudad suiza, después de varios días marcados por el secretismo.

La responsabilidad jurídica

Tanto Puigdemont como Alay están siendo investigados en distintos tribunales. En el caso del expresident, a la causa que conduce el juez Pablo Llarena por el 1-O y en la que se le atribuye la comisión de un delito de prevaricación agravada y de desobediencia, se ha sumado en la última etapa la atribución de delitos terroristas. El juez Manuel García-Castellón le sitúa en el vértice más alto de la organización de Tsunami Democràtic y añade que su posición como expresidente y líder desde Bruselas del independentismo le confiere "una posición de autoridad incuestionable". La plataforma llevó a cabo acciones contra infraestructuras estratégicas como el aeropuerto de El Prat o la autovía que comunica con Francia.

En cuanto a Alay, la Justicia le atribuye responsabilidades penales en hasta tres causas distintas. Estrecho amigo de Puigdemont y su mano derecha en Waterloo, donde dirige su oficina, Alay figura como uno de los principales investigados tanto en Tsunami como en el denominado caso Voloh. Además, está procesado y afronta una petición de tres años de cárcel por malversación y prevaricación por mediar para que la Generalitat sufragase en 2018 un viaje para seguir el referéndum de autodeterminación de Nueva Caledonia.