El Gobierno de Suiza ayudó en secreto a Puigdemont y Rovira en su ofensiva contra España
Un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo llamado Roland Salvisberg se comunicó durante meses en secreto a través de una aplicación de máxima seguridad con Josep Lluís Alay, Marta Rovira y Anna Gabriel
Las comunicaciones intervenidas a los cabecillas de Tsunami Democràtic han desvelado que los políticos independentistas que huyeron para eludir la acción de la Justicia disfrutaron de ayuda del Gobierno de Suiza.
Un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado helvético se comunicó en secreto durante meses con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, la exdirigente de la CUP Anna Gabriel y la mano derecha de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, para ofrecerles apoyo en su ofensiva contra España. El Gobierno de Pedro Sánchez ha aceptado que relatores internacionales de este país inspeccionen periódicamente su acuerdo de legislatura con Junts per Catalunya. El primer examen tendrá lugar esta semana.
La Guardia Civil ha conseguido identificar al funcionario suizo. Se trata de Roland Salvisberg, un diplomático que en esa época ocupa el cargo de delegado de Políticas de Paz del Departamento de Asuntos Exteriores del Gobierno Suizo. En los últimos años, ha actuado como representante del mismo Ministerio en las conversaciones celebradas en Suiza entre Serbia y Kosovo.
Del sumario de Tsunami Democràtic se desprende que, al menos entre finales de 2018 y la primera mitad de 2019, Salvisberg compartió un grupo de conversación con Rovira, Gabriel y Alay en la aplicación de mensajería instantánea de alta seguridad Threema, desarrollada justo en Suiza. En esa época, Rovira y Gabriel ya habían salido de territorio nacional y habían fijado su residencia en suelo helvético. Alay y Puigdemont también estaban utilizando Ginebra, en aquellos meses, como uno de los principales nodos de su estrategia para la internacionalización del procés y la captación de dinero.
El grupo G4
El foro de Threema fue bautizado por sus cuatro miembros como G4. Los mensajes se comparten mediante un complejo sistema de cifrado, pero sus miembros se parapetaron tras iniciales o palabras clave para tratar de dificultar aún más una posible identificación. Rovira usó el alias de Matagalls y Gabriel, dos iniciales, A.G., por ejemplo. Por su parte, Salvisberg interactuó utilizando únicamente su nombre de pila y la primera letra de su apellido. El Instituto Armado logró acceder al contenido del grupo G4 gracias a la incautación del teléfono móvil de Alay en la operación Voloh, en octubre de 2019, y ha puesto rostro a todos los participantes.
Salvisberg escribió a Alay, Rovira y Gabriel el 18 de diciembre de 2018: "Me enteré de la visita del presidente P [Puigdemont] a Ginebra. La buena noticia es que todavía no tenemos luz roja para continuar nuestro intercambio en el mismo formato que la última vez", contó el diplomático en el foro, reconociendo implícitamente la existencia de un encuentro previo de todos ellos. "Todavía puedo unirme a una reunión celebrada por ustedes tres. También podría hacer aportes concretos como se discutió la última vez (papel de las ONG especializadas y acordar áreas de interés para capacitación futura)", añadió.
En ese mismo mensaje, Salvisberg explicó que estaba pendiente de tener una reunión "con el secretario de Estado a cargo [Mr. Balzaretti]" para informarle de las conversaciones que habían mantenido en el grupo. "Esto está programado para seguir en enero (o más tarde, en febrero)", adelantó. En esa época, el secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo que estaba al frente del Departamento de Asuntos Europeos se llamaba precisamente Roberto Balzaretti. En la actualidad, es el embajador de Suiza en Francia.
Un mensaje enviado en febrero de 2019 por Rovira con el alias de Matagalls demuestra que los dirigentes independentistas intentaron en esas fechas cerrar un nuevo encuentro con el funcionario del Ejecutivo de Berna. Ese mismo año, Suiza concedió a Gabriel un permiso de residencia temporal por un periodo de cinco años, permitiéndole permanecer de ese modo en su territorio hasta la fecha de prescripción del delito de desobediencia por el que la reclamaba el Tribunal Supremo por el referéndum del 1-O. Por su parte, Rovira ha gozado de todas las facilidades para residir en Ginebra y seguir ejerciendo como secretaria general de ERC.
Objetivo, Rusia
Puigdemont ha viajado en numerosas ocasiones a esa misma ciudad. Como desveló este diario, el expresidente de la Generalitat se reunió en junio de 2019 en el hotel de lujo Kempinski con su asesor Alay, su abogado Gonzalo Boye y el presunto enlace del independentismo con el Kremlin, el asesor comercial Alexander Dmitrenko. En esa cita se abordó el plan de Junts para obtener apoyo mediático y económico de la Administración de Vladímir Putin.
Solo unas semanas después, a finales de agosto de ese mismo verano, Puigdemont volvió a Ginebra para reunirse presuntamente con Gabriel, Rovira, Alay y otros integrantes del estado mayor del procés para perfilar los últimos detalles de Tsunami Democràtic, una plataforma diseñada para canalizar todas las movilizaciones contra la sentencia del 1-O.
El instructor de las diligencias sobre Tsunami, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, menciona la participación en ese encuentro para fundamentar la imputación por terrorismo de Puigdemont y Rovira. El magistrado ha dictado esta semana un auto en el que reclama a las autoridades suizas que localicen a la responsable de ERC para poder reclamar su entrega y también ha solicitado información sobre una cuenta bancaria en ese país que habría servido para financiar gastos relacionados con las protestas.
Las comunicaciones intervenidas a los cabecillas de Tsunami Democràtic han desvelado que los políticos independentistas que huyeron para eludir la acción de la Justicia disfrutaron de ayuda del Gobierno de Suiza.