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Sánchez privilegia a ERC y Bildu frente a un Junts que sigue anclado en posiciones de máximos
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La relación con los socios

Sánchez privilegia a ERC y Bildu frente a un Junts que sigue anclado en posiciones de máximos

El presidente en funciones, que se fotografió este viernes con EH Bildu, ha normalizado la relación con la coalición vasca entre las críticas de la oposición. Los de Otegi lo califican como un "hito"

Foto: Pedro Sánchez saluda a Gabriel Rufián, en las dependencias del grupo socialista en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)
Pedro Sánchez saluda a Gabriel Rufián, en las dependencias del grupo socialista en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)

Mismo escenario y misma corbata de Pedro Sánchez. Unas dependencias del grupo socialista en uno de los edificios anexos de Congreso de los Diputados y el tono de las ocasiones importantes. Cambia el acompañante de Sánchez, el interlocutor y, sobre todo, el rictus de la persona a la que el presidente en funciones estrecha la mano. El miércoles, Gabriel Rufián. El viernes, Míriam Nogueras. Portavoces de ERC y Junts en la Cámara baja, respectivamente. El primero llegó el encuentro después de hacerse pública la llamada del líder socialista a su jefe, Oriol Junqueras. La segunda cerró la ronda de contactos para lograr una nueva investidura y apenas esbozó una sonrisa durante el tiempo que las cámaras estuvieron encendidas. Sí lo hizo, poco después, al comparecer ante los medios sin la presencia de Sánchez.

En el escenario de la política española, inmersa en un proceso de investidura incierto, no es baladí el ambiente que se percibe en este tipo de reuniones. Sobre todo si se tiene en cuenta que Sánchez necesita los votos de los dos partidos independentistas catalanes para seguir en Moncloa. Se trata de dos partidos que han compartido gobierno en la Generalitat, pero que rompieron de forma abrupta. Compiten por los votos independentistas cuando el contador de las elecciones catalanas cada vez está más cerca de agotarse. En Ferraz son conscientes del equilibrio que tienen que hacer. "Nadie quiere firmar el último", dice una fuente socialista. Pero eso no ha sido un obstáculo para que el PSOE haya optado esta semana por hacer ver cómo su relación con ERC distinta a la que tiene con Junts.

Foto: Pedro Sánchez saluda a Míriam Nogueras en presencia de Santos Cerdán. (Europa Press/Eduardo Parra)

La diferencia es, hasta cierto punto, lógica. Los republicanos ya se abstuvieron en la investidura de Sánchez después de las elecciones de 2019. Han aprobado presupuestos del Gobierno de coalición y algunas de las leyes clave, aunque quisieron castigar al Ejecutivo en la reforma laboral. Ya son parte de lo que Pablo Iglesias bautizó como el "bloque de la gobernabilidad del Estado". Gabriel Rufián echó un jarro de agua fría el miércoles, tras la reunión, a las pretensiones del PSOE de cerrar un pacto de legislatura, pero al mismo tiempo hizo una defensa encendida de la negociación con el PSOE y celebró que Junts se haya avenido a hacerlo después de quedarse fuera en el primer mandato de Sánchez.

La importancia de la foto con Bildu

Sánchez y sus negociadores llegan a la semana clave con Junts mostrando en público que todavía está en posiciones de máximos. Lejos de ese intento de los socialistas por convertir a los de Carles Puigdemont en un partido homologable al resto de sus socios. Incluido ahí EH Bildu, un partido que estaba proscrito en el álbum de fotos del presidente, hasta este viernes. Después de cuatro años formando parte del bloque que apoya al Gobierno de coalición, Sánchez ha cruzado el rubicón y se ha hecho la foto con Mertxe Aizpurua, que es la cara visible de los independentistas vascos en el Congreso.

No es casualidad que el vicepresidente navarro, el socialista Félix Taberna, dijera el viernes que la foto con Bildu "forma parte de la normalidad". No es lo que parece si se atiende a la reacción de Vox y el PP. Alberto Núñez Feijóo ha calificado la entente, aun por cerrarse, como "el pacto de la vergüenza". El resto de la cúpula popular ha salido en tromba, con fotos de Aizpurua entrevistando a encapuchados incluidas. Para EH Bildu la imagen se trata de un "hito", algo paradójico si se tiene en cuenta que la coalición abertzale radical es, quizás, la formación que más claro tiene el apoyo a Sánchez en este momento.

Las dudas del independentismo

En una posición similar está ERC, pese al desdén de Rufián al pacto de legislatura. Los republicanos quieren ser un elemento tractor de sus antiguos socios de la Generalitat y que formen parte del grupo de partidos que pueden negociar con Sánchez sin remilgos. A pesar de la distancia, han hecho encendidas defensas de la necesidad de que el independentismo actúe en unidad de acción en esta negociación. Teresa Jordà, número dos de ERC en el Congreso, habló de una "ocasión de oro" en la negociación de la Mesa. Este viernes, su compañero en la Carrera de San Jerónimo, Francesc-Marc Álvaro, le recordó a Junts que su influencia respecto a la investidura de Sánchez será mayor si los 14 diputados independentistas catalanes de la Cámara negocian de la mano.

El rechazo de ERC a armar un pacto de legislatura con el PSOE no es incompatible con su apuesta por negociar e investir a Sánchez

No está claro qué efecto puede tener en ese objetivo de ERC la diferencia de trato que Pedro Sánchez dedica a una y otra formación. La llamada del miércoles a Junqueras no sirvió, aseguran fuentes de los dos partidos, para "desencallar" ningún asunto concreto de la negociación entre socialistas y republicanos. "Normalidad" fue la palabra más repetida por unos y otros. Rufián dice que es lo lógico entre partidos "históricos" y "de gobierno". Con ese argumento, Sánchez podría también telefonear a Carles Puigdemont, heredero de la tradición democristiana dentro del nacionalismo catalán a pesar de su deriva. Pero los socialistas "no contemplan" que eso ocurra.

El PSOE juega en ese equilibrio, pero hay más pistas de la diferencia de trato. Después de las reuniones del miércoles pasado (Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro también acudieron), fue el propio Patxi López quien salió a dar cuenta de los encuentros en una comparecencia en el Congreso. Este viernes, el portavoz parlamentario no ha salido después de toda la mañana de dudas en el seno del partido. ¿Qué ha ocurrido en el otro lado? EH Bildu ha despachado su posicionamiento con una nota y Junts sí ha comparecido, en el patio del Congreso, para dejar claro que su postura "continúa lejos" de la socialista.

Foto: Un operario limpia la tumba de Fernando Buesa, atacada la semana pasada con heces y pintura. (EFE/Adrián Ruiz Hierro)

En su nota, el PSOE no ha hecho mención explícita a las dos reuniones, se imita a agradecer la "disposición" de los grupos y pone las bases para la siguiente fase, que comienza este lunes con una reunión en Ferraz de la comisión negociadora y los dos portavoces parlamentarios, el citado Patxi López y Eva Granados, su homóloga en la Cámara Alta. Los socialistas llevan toda la semana deslizando que esta primera ronda no es más que una ronda previa para establecer "el marco" de la negociación y que semana decisiva será la que viene. Entonces la incertidumbre sobre la fecha del debate de investidura será menor.

Mismo escenario y misma corbata de Pedro Sánchez. Unas dependencias del grupo socialista en uno de los edificios anexos de Congreso de los Diputados y el tono de las ocasiones importantes. Cambia el acompañante de Sánchez, el interlocutor y, sobre todo, el rictus de la persona a la que el presidente en funciones estrecha la mano. El miércoles, Gabriel Rufián. El viernes, Míriam Nogueras. Portavoces de ERC y Junts en la Cámara baja, respectivamente. El primero llegó el encuentro después de hacerse pública la llamada del líder socialista a su jefe, Oriol Junqueras. La segunda cerró la ronda de contactos para lograr una nueva investidura y apenas esbozó una sonrisa durante el tiempo que las cámaras estuvieron encendidas. Sí lo hizo, poco después, al comparecer ante los medios sin la presencia de Sánchez.

Pedro Sánchez Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Bildu Junts per Catalunya
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