El PSOE minusvalora la investidura de Feijóo como una "moción de censura" fallida
"Ellos en las calles, nosotros en el Gobierno", concluyen los socialistas para dar cuenta de su determinación a reeditarse en la Moncloa y tomar la iniciativa una vez que fracase Feijóo
El Gobierno asume la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo con total tranquilidad y celebrando que dos meses después de las elecciones llegue su turno. Tras tildar la investidura como fake, fuentes de la Moncloa iban un paso más allá esta mañana para señalar que, más que un pleno de investidura, la sesión de este martes "se parece a una moción de censura". Esto es, un candidato que visibiliza su papel de oposición en lugar de optar a la presidencia del Gobierno. "Ellos en las calles, nosotros en el Gobierno", concluía la portavoz del PSOE y ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, dando cuenta de su determinación a formar un nuevo Ejecutivo poco después de que termine el turno de Feijóo, el próximo viernes. Esta consigna era precedida, al borde de que arrancara el pleno, por los vítores al candidato, a las puertas de la Cámara Baja.
Los socialistas mantienen la incógnita sobre quién protagonizará la réplica a Feijóo. Lo previsible, según avanzaban fuentes de Ferraz, es que lo haga el presidente del Gobierno en funciones, pero en las últimas horas se ha evitado confirmar este escenario. Dependerá del discurso de Feijóo, afirman. Le afean su "falta de programa y de gobierno para España", y el hecho de mantener en el aire si intervendrá o no Pedro Sánchez revela su intención de rebajar la importancia de la investidura de Feijóo, ahondar en que está fracasada de antemano.
Como Sánchez, la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, tampoco confirmaba que intervendrá, aunque seguía la intervención del candidato muy atenta, tomando notas. Durante el discurso, Sánchez y Díaz dejaban ver varias muestras de esta estrategia, como cuando acogieron entre risas el llamamiento de Feijóo a subir el salario mínimo interprofesional.
El candidato cuenta con 172 votos, los mismos que tenía atados hace un mes, y los socios de la coalición en funciones llevan semanas ninguneándolo, reprochándole que acuda a la investidura sin tener opciones. Ya en la Cámara, la consigna pasaba por no alimentar el relato de un "día histórico" que pretendían trasladar desde el PP. Tanto es así que, desde las filas socialistas, tildaban que Feijóo acuda arropado por buena parte de los presidentes autonómicos del PP como una "muestra de debilidad". Su liderazgo, añaden, está lastrado por una "falta de autonomía". De ahí que, pese a haberse adelantado las líneas generales del líder de los populares, prefieren esperar a escucharlo por si algunas voces de su partido lo fuerzan a ser más o menos duro.
Por lo pronto, Feijóo ha querido protagonizar una entrada triunfal al Palacio de la carrera de San Jerónimo. Ha accedido a pie, entre aplausos y gritos de "¡Presidente!" por parte de varios simpatizantes agolpados frente a la puerta. Al otro extremo del patio, los presidentes autonómicos del PP hacían su entrada de forma escalonada, en ocasiones coincidiendo con ministros. Sánchez accedió por el mismo extremo que Feijóo, pero lo hizo en coche, como acostumbra el jefe del Ejecutivo. A diferencia del candidato a la investidura, el presidente en funciones fue acogido con algunos abucheos.
En el hemiciclo, una fila de sillones se sucedía a la última fila de escaños, en el gallinero. Decenas de senadores se agolpaban entre estas butacas y los escaños de sus compañeros para escuchar las palabras del líder de su partido. La portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, y otros destacados dirigentes, le escoltaron en su acceso a la Cámara. Además de someterse a la sesión de investidura, es la primera vez que el presidente del PP pisa la tribuna de oradores. Y, a diferencia del PSOE, el PP quería revestir este estreno de solemnidad y cierta épica.
La investidura de Sánchez, siguiente etapa
En la Moncloa mantienen que no oficializarán las negociaciones con otros grupos hasta recibir el encargo del jefe del Estado. En ese momento, delimitarán su marco para un acuerdo, que insisten en incluir dentro de la Constitución frente a la exigencia de Junts de una ley de amnistía. En esta línea, sin esperar a que fracase la investidura de Alberto Núñez Feijóo, el PSOE ha comenzado ya a explorar el apoyo a Pedro Sánchez de los partidos del bloque soberanista. A través del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en funciones, Rafael Simancas, los socialistas se han sentado durante los últimos días con los representantes de partidos como EH Bildu y BNG, según fuentes próximas a los protagonistas de dichos encuentros.
Las conversaciones con ERC y Junts se están tratando de encapsular, aunque los republicanos se han apartado de la regla de la discreción para intentar recuperar el protagonismo perdido frente al partido del expresident catalán. Si la pasada semana era el presidente del ERC, Oriol Junqueras, quien daba por hecho el acuerdo con el PSOE para una ley de amnistía, este lunes la portavoz, Raquel Sans, iba un paso más allá. En rueda de prensa, afirmaba que "corren documentos" entre los negociadores porque la ley se encontraría en fase técnica. Asimismo, concluía que "la parte política ya está resuelta".
Los socialistas siguen sin mencionar la amnistía, aunque la pasada semana Sánchez giraba el barco en esa dirección. Durante una comparecencia ante los medios desde Nueva York, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU, el presidente del Gobierno en funciones lanzó el mensaje de que estaba dispuesto a dar más pasos en la desjudicialización del procés. Su argumento fue que "una crisis política nunca tuvo que derivar en acción judicial ni en una judicialización, como vimos en toda esta crisis". Para dejar claro su viraje, defendió esta posición al ser preguntado sobre si mantenía, como antes de las elecciones, que Puigdemont debe responder ante la Justicia.
El Gobierno asume la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo con total tranquilidad y celebrando que dos meses después de las elecciones llegue su turno. Tras tildar la investidura como fake, fuentes de la Moncloa iban un paso más allá esta mañana para señalar que, más que un pleno de investidura, la sesión de este martes "se parece a una moción de censura". Esto es, un candidato que visibiliza su papel de oposición en lugar de optar a la presidencia del Gobierno. "Ellos en las calles, nosotros en el Gobierno", concluía la portavoz del PSOE y ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, dando cuenta de su determinación a formar un nuevo Ejecutivo poco después de que termine el turno de Feijóo, el próximo viernes. Esta consigna era precedida, al borde de que arrancara el pleno, por los vítores al candidato, a las puertas de la Cámara Baja.