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Así engañó la mayor red de apuestas de España a Codere, Luckia, Sportium y Winamax
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Así engañó la mayor red de apuestas de España a Codere, Luckia, Sportium y Winamax

La Audiencia Nacional investiga a 23 individuos que amañaron resultados deportivos y pincharon la señal de TV de retransmisiones deportivas para conseguir beneficios millonarios

Foto: Operación Mursal de la Policía Nacional. (Policía Nacional)
Operación Mursal de la Policía Nacional. (Policía Nacional)
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El sumario de la llamada operación Mursal contra un grupo internacional dedicado a los amaños deportivos para apuestas ilegales descubre un mundo de corrupción, engaños y dinero fácil. Los presuntos cabecillas de la red, el exjugador de tenis de mesa búlgaro Yavor Ivanov Andreev, afincado en la Costa del Sol, y el empresario rumano Bogdan Ionut Vorovenci, residente en Cabanillas del Campo (Guadalajara), formaron un cartel que adulteró decenas de partidos, generó millones de euros y contó con la ayuda del tipster (pronosticador deportivo) más seguido de España, el mallorquín Juan Gayá, investigado también por el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, responsable del caso.

Las diligencias, a las que ha tenido acceso El Confidencial, revelan que Yavor se especializó en la manipulación de partidos de ping-pong, una disciplina que practicó hasta 2017 y en la que tenía numerosos contactos. También controlaba a tenistas profesionales de segunda categoría de torneos, sobre todo, Challenger y Futures. Bogdan, por su parte, se especializó en fútbol. Tenía relación con jugadores de tres equipos de la tercera división rumana: CS Real Bradu, CS Vedita Colonesti y Muscelul Campulul. Entre los dos, eran capaces de conocer con antelación todo tipo de resultados.

placeholder Operación Mursal de la Policía Nacional. (Policía Nacional)
Operación Mursal de la Policía Nacional. (Policía Nacional)

Algunos de esos partidos de ping-pong, tenis y fútbol pertenecían a categorías tan irrelevantes que ni siquiera entraban en las parrillas de los grandes operadores de apuestas, pero tenían una colaboradora que se encargaba de incluir esos encuentros en la oferta de compañías como Codere y Luckia. Se llama Marta, es española y ejercía como trader o intermediaria de apuestas con varios empleados a su cargo. La instructora del caso, la jueza María Tardón, la implica en la presunta organización criminal. De las comunicaciones intervenidas se desprende que habría recibido dinero de Yavor y Bogdan por colocar en el mercado partidos fraudulentos y hacer la vista gorda con pronósticos claramente sospechosos.

Precisamente la firma española Codere fue una de las primeras en dar la voz de alarma. Denunció a Bogdan en la Audiencia Nacional por una presunta estafa de 100.000 euros en apuestas de ping-pong. A su vez, Bogdan se querelló con la francesa Winamax por bloquearle supuestamente otros 200.000 euros en ganancias que consideraba legítimas. El Centro Nacional Policial por la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida) de la Policía Nacional irrumpió en esos procedimientos tras recibir una alerta mundial que implicaba a esta red en la adulteración de un enfrentamiento de tenis de mesa disputado en Brasil en plena primera ola de covid.

La organización no solo corrompía resultados. El sumario revela que Bogdan desarrolló un ingenioso sistema para interceptar la señal de TV original de todo tipo de retransmisiones deportivas y adelantarse a las casas de apuestas. Los agentes encontraron en la fachada de su casa de Cabanillas dos grandes parabólicas motorizadas que podía orientar hacia cualquier satélite y recibir directamente en el salón de su casa, sin intermediarios, las imágenes de partidos que se estuvieran disputando en directo en el último rincón del planeta. Las claves de seguridad para pinchar las emisiones o feed las sacaba de un canal de Telegram especializado en el hackeo de satélites de TV.

Foto: El búlgaro Yavor Ivanov Andreev (izq.), el español Juan Gayá Salom (c.) y el rumano Bogdan Ionut Vorovenci.

Las parabólicas concedían al grupo entre 10 y 30 segundos de ventaja con respecto a las casas de apuestas, que visionan los eventos deportivos a través de los distribuidores de TV tradicionales. En el fútbol en directo, los pronósticos son bloqueados cuando el balón se acerca a alguna de las porterías o se percibe la posibilidad de algún hito clave.

Sin embargo, Bogdan sabía lo que iba a ocurrir mucho antes de que las compañías cerraran las apuestas. Podía predecir, sin ningún margen de error, qué equipo metería el primer gol o vería la primera tarjeta amarilla, quién lanzaría el siguiente córner o cómo quedaría una tanda de penaltis. La casa más afectada con esta práctica fue la española Sportium, del grupo Cirsa, porque los cabecillas de la red descubrieron que era la que más tardaba en bloquear las apuestas en directo.

Bogdan ideó otro sistema más rudimentario para engañar a las compañías del sector. Comenzó a mandar colaboradores a los estadios para que le retransmitieran los partidos por teléfono móvil. El envío de la señal de televisión es un proceso complejo y lento, pero los datos de telefonía llegan al instante. Para cuando los operadores bloqueaban una predicción, el grupo ya la había acertado. El empresario rumano llegó a trasladar a dos subalternos al Mundial de Fútbol de Qatar para que le contaran en tiempo real, desde el interior de los campos, lo que estaba ocurriendo en cada partido del torneo.

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Foto: Policía Nacional

Para evitar ser detectados, Yavor y Bogdan usaron casi un centenar de teléfonos móviles y un número ilimitado de identidades falsas. Las reponían a medida que eran descubiertas o sufrían vetos de las casas de apuestas. El grupo recurrió presuntamente a un abogado de Valencia, Salvador Pérez Alonso, para que recuperara algunas de esas identidades y poder quedarse con las ganancias que habían obtenido con ellas. Los fondos eran transferidos rápidamente a cuentas bancarias, pasarelas de pago y monederos de criptomonedas, y acababan perdiéndose en un mar de operaciones cruzadas con ramificaciones internacionales.

En esa parte de la operativa habría intervenido Juan Gayá, acusado de blanqueo de capitales en la misma investigación. El tipster mallorquín, con más de 220.000 seguidores en Telegram y otros 83.500 en la red social X (antiguo Twitter), mueve tanto dinero de tantos clientes que disfruta de cuentas de apuestas vip.

Foto: Felipe Heredia, a la izquierda, dando instrucciones en un encuentro de su equipo, el CD Huracán Melilla.

Según las diligencias, Bogdan habría aprovechado las cuentas de Gayá para hacer apuestas sin ser detectado y, al mismo tiempo, lavar el dinero conseguido con esas predicciones. A cambio, el español rentabilizaba la información privilegiada que manejaba el rumano, aumentando su ratio de acierto y llevándose un porcentaje. En las diligencias, constan conversaciones que demostrarían que Gayá era consciente de los métodos que empleaba la organización para acertar los pronósticos.

Los investigadores del Cenpida atribuyen a los implicados ingresos millonarios, aunque será necesario analizar toda la documentación intervenida en los registros para hacer un cálculo real. El volumen que pasaba por las manos de la trama era tan elevado que Bogdan llegó a crear su propia casa de apuestas en España, StarBet, y tenía un palco privado en el estadio Metropolitano del Atlético de Madrid. En total, hay 23 imputados, aunque esta cifra también es provisional.

El sumario de la llamada operación Mursal contra un grupo internacional dedicado a los amaños deportivos para apuestas ilegales descubre un mundo de corrupción, engaños y dinero fácil. Los presuntos cabecillas de la red, el exjugador de tenis de mesa búlgaro Yavor Ivanov Andreev, afincado en la Costa del Sol, y el empresario rumano Bogdan Ionut Vorovenci, residente en Cabanillas del Campo (Guadalajara), formaron un cartel que adulteró decenas de partidos, generó millones de euros y contó con la ayuda del tipster (pronosticador deportivo) más seguido de España, el mallorquín Juan Gayá, investigado también por el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, responsable del caso.

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