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Guerra congrega al PSOE más jacobino y alejado del flirteo de Sánchez con el nacionalismo
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A las 19:30 en el Ateneo

Guerra congrega al PSOE más jacobino y alejado del flirteo de Sánchez con el nacionalismo

El histórico dirigente sevillano presenta su último libro, 'La rosa y las espinas', en un acto que contará con la presencia de dirigentes críticos con Sánchez por sus negociaciones con los independentistas vascos y catalanes

Foto: Premio iberoamericano torre del oro.
Premio iberoamericano torre del oro.

Cumbre de socialistas críticos en el Ateneo de Madrid. La presentación del último libro de Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno y mano derecha de Felipe González en el PSOE que salió de Suresnes, congregará a gran parte de los dirigentes del PSOE que han mostrado reparos a la estrategia de la actual dirección del partido y sus alianzas con nacionalistas e independentistas vascos y catalanes. El sevillano estará arropado por su compañero y viejo amigo, ya que el expresidente del Gobierno será quien le presente en un acto que se prevé multitudinario. Será la segunda ocasión en la que se les vea juntos en las últimas semanas, después de que González recibiese hace unos días un premio en Sevilla que generó una expectación similar.

En la capital andaluza, un grupo de veteranos militantes del PSOE se apostaron en la puerta de la sede de la Fundación Cajasol para mostrarle su disconformidad con las críticas veladas a la estrategia de Sánchez. "Nos duele lo que haces", llegó a decirle uno de los miembros del grupo, entre quienes había compañeros de González en el mítico despacho de abogados laboralistas de la sevillana calle Capitán Vigueras. Allí fraguó el clan de sevillanos que se hizo con el control del partido después del congreso que se celebró en las afueras de París en 1973. Hay que recordar que González se hizo con la Secretaría General, en parte, por la renuncia de Nicolás Redondo Urbieta, padre del dirigente del mismo nombre que ha sido recientemente expulsado del PSOE por su acercamiento al PP y que ha generado otra ola de críticas entre ese viejo PSOE que no comulga con las tesis de Sánchez.

Foto: Alfonso Guerra durante su intervención en la presentación del libro 'Aquel PSOE, los sueños de una generación'. (EFE/Daniel González)

Ese PSOE caoba, en una expresión que ha pergeñado el periodista andaluz Juan Manuel Marqués, se dejará ver por los salones del Ateneo de Madrid, a la espalda del Congreso de los Diputados donde este martes se estrenó el uso de las lenguas cooficiales en el hemiciclo en un pleno que ya es calificado de histórico. Está prevista la presencia de los afines a Guerra y González, entre los que estará precisamente Nicolás Redondo. Pero, según ha publicado El Mundo, también acudirán dirigentes críticos con mando en el partido, como Emiliano García-Page o Javier Lambán. El castellano-manchego es el único de los barones que se mantiene en el poder al conservar la absoluta el pasado 28 de mayo, mientras que Lambán perdió el Gobierno aragonés, en manos de PP y Vox.

Guerra siempre ha formado parte del ala más jacobina del PSOE frente a otra más autonomista y cercana al federalismo. Contrasta así la apuesta de Ferraz por potenciar esa vía, acelerada por la necesidad de los socialistas de atraerse hacia ellos a los nacionalistas vascos y catalanes, necesarios para una hipotética investidura de Sánchez. Guerra siempre se ha mostrado reacio a estas alianzas y en las últimas fechas se ha mostrado partidario de un acuerdo puntual entre PP y PSOE para sacar de la ecuación a los nacionalistas, pero también a Vox y a Sumar. Su argumento es que los dos grandes partidos suman el 73% de los apoyos en el Congreso frente al 6% de los nacionalistas, aunque asegura que no está a favor de una suerte de gran coalición a la alemana.

Guerra ha reclamado un acuerdo puntual entre PP y PSOE para capar el poder de influencia de Sumar, Vox y los nacionalistas

La asistencia a este tipo de actos está siendo casi más elocuente que los discursos que los distintos protagonistas, aunque Guerra es precisamente quien más claro se ha expresado. "La aministía es una condena a la Constitución del 78", dijo en una entrevista en Cope hace un par de semanas en la que explicó a Carlos Herrera que el libro que se presenta este miércoles es la transcripción de un documental basado en una entrevista a este histórico socialista. Hace casi un año, Guerra explicitó el primer choque con Sánchez, aunque su disidencia se remonta a las primarias en las que el actual presidente del Gobierno derrotó a Susana Díaz. El sevillano iba con su paisana en esa pugna, igual que la mayoría del aparato socialista, en el que también estaba Felipe González.

Ese primer choque se originó después de que Guerra no fuera invitado al acto en Sevilla para conmemorar los 40 años de la primera victoria socialista, en octubre de 2022. Casi un año después, la aritmética que ha salido del 23 de julio ha provocado una suerte de alianza de veteranos socialistas, con exministros de González y algunos de José Luis Rodríguez Zapatero. Y también algunos de esos barones críticos que encarna García-Page. En Ferraz el mensaje es claro. La amnistía todavía no ha tomado forma, aunque es una exigencia de Junts y ERC, y no habrá respuesta oficial hasta que Sánchez sea candidato, algo que solo ocurrirá si, como parece, Alberto Núñez Feijóo no sale elegido después del debate de investidura de los días 26 y 27 de septiembre.

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno. (EFE/Pepe Torres)

La duda en todo este movimiento es si la respuesta airada de Guerra, González y compañía tiene eco en la militancia o entre los votantes. En la cúpula de Ferraz restan importancia a la situación, pero es cierto, explican cuadros socialistas, que hay militantes reacios a las cesiones a los nacionalistas, sobre todo en territorios como Andalucía. Al mismo tiempo, la mayor federación del PSOE aporta algún matiz llamativo. El primer presidente electo de la Junta, Rafael Escuredo, ha criticado a Guerra y González, con quienes ya mantuvo un choque en el proceso autonomista por su empeño en que Andalucía se equiparase a las comunidades históricas en competencias.

Eso acabó ocurriendo por una movilización social sin precedentes y un arreglo entre UCD y el Partido Andalucista. Y el pergeñador de ese acuerdo, Alejandro Rojas Marcos, ahora arropa a Juanma Moreno en su defensa del autogobierno andaluz. No es casualidad que el presidente de la Junta y líder del PP en la comunidad estuviese con Felipe González en el acto de la pasada semana en Sevilla. Otro ingrediente más para alimentar esta corriente crítica con Sánchez protagonizada por los dos principales referentes del PSOE entre los años 70 y mediados de los 90.

Cumbre de socialistas críticos en el Ateneo de Madrid. La presentación del último libro de Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno y mano derecha de Felipe González en el PSOE que salió de Suresnes, congregará a gran parte de los dirigentes del PSOE que han mostrado reparos a la estrategia de la actual dirección del partido y sus alianzas con nacionalistas e independentistas vascos y catalanes. El sevillano estará arropado por su compañero y viejo amigo, ya que el expresidente del Gobierno será quien le presente en un acto que se prevé multitudinario. Será la segunda ocasión en la que se les vea juntos en las últimas semanas, después de que González recibiese hace unos días un premio en Sevilla que generó una expectación similar.

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