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Ferraz lanza un aviso a los críticos con la expulsión de Redondo: "Hacen el juego al PP"
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Mensaje de fuerza de la dirección

Ferraz lanza un aviso a los críticos con la expulsión de Redondo: "Hacen el juego al PP"

El PSOE lleva días intentando desactivar el goteo de críticas a las negociaciones con Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez, quien recupera hoy su agenda tras 10 días apartado por covid

Foto: El ex secretario general del Partido Socialista de Euskadi Nicolás Redondo Terreros posa para una entrevista con El Confidencial. (Olmo Calvo)
El ex secretario general del Partido Socialista de Euskadi Nicolás Redondo Terreros posa para una entrevista con El Confidencial. (Olmo Calvo)
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El momento elegido por el PSOE para la expulsión del histórico exdirigente Nicolás Redondo Terreros es el mensaje. No se trata tanto del qué, con motivos ampliamente razonados con base en los estatutos del partido, sino del cuándo. En política, el manejo de los tiempos es uno de los principales recursos, y la decisión de ejecutar su suspensión de militancia en un contexto de marejada interna lanza un claro aviso. El PSOE lleva días intentando desactivar el goteo de críticas a las negociaciones con Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez, bajo la premisa de una ley de amnistía. En Ferraz, consideran que el ruido desde sus propias filas en este contexto supone "hacerle el juego al PP". La expulsión del ex secretario general del PSE por "menosprecio a las siglas" es un golpe en la mesa para reclamar mayor lealtad y unidad en un momento que tildan de crucial para la reedición de un Gobierno progresista.

La vieja guardia, encabezada por Felipe González, se ha manifestado en contra de la constitucionalidad de la amnistía y ha reiterado sus desacuerdos con el liderazgo de Pedro Sánchez. A sus críticas se han sumado los reproches del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que en su caso son habituales cuando se trata de llegar a acuerdos con partidos independentistas. Y Alfonso Guerra, que este jueves alertó de los intentos de destrucción del pacto constitucional.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en un acto del PSOE en Málaga el pasado fin de semana. (EFE/Álvaro Cabrera)

Ni en Ferraz ni en la Moncloa pronuncian la amnistía en sus declaraciones públicas ni concretan los márgenes para explorar un alivio penal a los encausados por el procés. Es más, critican al PP por convocar una manifestación contra una entelequia, en referencia a la futura ley, y por extensión evitan responder en público a las voces que desde el socialismo se oponen a una norma inexistente y sobre la que no hay negociaciones formales.

El propio García-Page, tras recordar que a las elecciones del 23-J "el PSOE y todo el Gobierno fueron con el planteamiento de que la amnistía no cabía en la Constitución", matizó que por el momento no ha escuchado lo contrario del presidente del Gobierno en funciones. Eso sí, de forma preventiva, reclamó "no alimentar ninguna ambigüedad respecto de nuestra vocación constitucional y, lógicamente, de igualdad entre todos los españoles". En los territorios críticos con la dirección, ha sorprendido la expulsión de Redondo Terreros. Tanto por el momento elegido, sin esperar a después de la investidura de Sánchez, como por dónde se sitúa el listón. Un listón de cara a las manifestaciones que han hecho o puedan hacer Felipe González o Alfonso Guerra. La expulsión se filtró antes de comunicarla de forma oficial al afectado, según fuentes cercanas a Redondo Terreros.

En la dirección del PSOE intentan restar importancia a la oposición de algunos históricos socialistas, como Ramón Jáuregui, Jordi Sevilla o Joaquín Almunia, además de González y Guerra, pero sí reconocen que se trata de nombres "significados". Con ascendencia en la opinión de militantes y simpatizantes. Interpretan también que "van a seguir" manifestando sus críticas, de forma más o menos organizada, y hacen alusión a la presentación del libro de Guerra, La rosa y las espinas (La esfera de los libros), el próximo miércoles en el Ateneo de Madrid, con la intervención de Felipe González.

Alfonso Guerra, de hecho, aprovechó un acto de homenaje al expresidente del Senado Juan José Laborda para continuar con la crítica. El exvicepresidente del Gobierno alertó de los continuos intentos de destrucción del pacto constitucional y la "inmadurez" de la política. "Cuando oigo a un político, hombre o mujer, decir que actuará sin complejos, pienso que en verdad está diciendo que actuará sin escrúpulos", dijo durante el evento, celebrado este jueves, al que también acudieron exministros y antiguos dirigentes del PSOE y el PP.

Foto: El expresidente del Gobierno Felipe González. (Reuters/Henry Romero) Opinión
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En Ferraz, apuestan por seguir la máxima de la discreción en las negociaciones y hacer pedagogía sobre la necesidad de dialogar con los independentistas en favor de mejorar la convivencia en Cataluña. Sánchez, que lleva 10 días sin intervenciones públicas y sin agenda desde el pasado jueves por dar positivo en covid, recuperará este fin de semana los actos de partido para defender su vía negociadora. Este domingo estará en A Coruña y el próximo fin de semana, en la fiesta de la rosa del PSC.

Más que cortocircuitar a las voces críticas, con la expulsión de Redondo Terreros se las intenta situar en un marco de deslealtad y de agravio a la mayoría de militantes y votantes que no tienen sus altavoces. Fuentes de Ferraz concluían sobre la ejecución de la suspensión de militancia del exdirigente socialista que "los militantes tienen derechos y obligaciones" y llamaban la atención sobre el hecho de que tienen "ocho millones de votantes y miles de afiliados a los que no se puede menospreciar".

"El PSOE tiene ocho millones de votantes y miles de afiliados a los que no se puede menospreciar"

Tras la ejecutiva del pasado lunes, en la que se materializó la decisión dada a conocer ayer, la vicesecretaria general y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, trató de minimizar también las críticas de históricos socialistas. "Lo único que puedo decir es que en este PSOE el que se mueve sí sale en la foto", ironizó Montero cambiando el clásico atribuido a Alfonso Guerra. Desde el respeto, dijo, encuadró las críticas a Pedro Sánchez de históricos socialistas en una minoría, oponiéndolas con el sentir tanto de la actual dirección como de los militantes y el resultado de las urnas el pasado 23-J. "Más allá de cualquier cuestión, este partido confía en el equipo de Sánchez para la articulación de un Gobierno progresista. La dirección del partido se siente respaldada por los militantes y el conjunto de hombres y mujeres que quieren construir una España de futuro, progreso y moderna", concluyó.

El aval de la militancia

Ante la "diversidad y pluralidad" con la que Montero adjetivó a su formación, subrayó que existen "mecanismos democráticos para asegurar que la posición de su dirección es la posición respaldada por la mayoría del partido". Si hay acuerdo, adelantó, se articulará una consulta para avalarlo. Obtener la ratificación de las bases es uno de los principales medios para encuadrar el rechazo de una parte de los históricos fuera del sentir mayoritario de la organización. La consulta a la militancia, "obligatoria y vinculante", se estableció en el 39º Congreso Federal, celebrado en 2017, para "los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE, sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Ejecutivo a otro partido político y para decidir, en su caso, la revocación de los/as secretarios/as generales".

Foto: Alfonso Guerra en la presentación del libro de Virgilio Zapatero. (EFE/Daniel González)

De forma indirecta, como ocurrió en la pasada investidura de Sánchez, se busca así avalar previamente las negociaciones para la investidura. En la consulta que se realizó en 2019 sobre el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, el 92% se decantó a favor y dejó vía libre para buscar en la investidura la necesaria abstención de ERC. Un aval que acalló las críticas desde varios territorios y las dudas entre algunos miembros de la propia dirección.

Un miembro de la cúpula del partido asegura que "no nos sorprenden" las críticas de la vieja guardia y distingue diferentes matices entre lo expresado por Guerra con otras manifestaciones que considera menos destructivas, en referencia a las de Jáuregui o Almunia. Con todo, el mensaje en estos momentos pasa por reclamar un aval para intentar reeditar el Gobierno y no enturbiar las conversaciones que mantienen con la máxima discreción, sin ni siquiera aclarar si una amnistía como la que reclama Junts cabría dentro del marco constitucional.

El momento elegido por el PSOE para la expulsión del histórico exdirigente Nicolás Redondo Terreros es el mensaje. No se trata tanto del qué, con motivos ampliamente razonados con base en los estatutos del partido, sino del cuándo. En política, el manejo de los tiempos es uno de los principales recursos, y la decisión de ejecutar su suspensión de militancia en un contexto de marejada interna lanza un claro aviso. El PSOE lleva días intentando desactivar el goteo de críticas a las negociaciones con Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez, bajo la premisa de una ley de amnistía. En Ferraz, consideran que el ruido desde sus propias filas en este contexto supone "hacerle el juego al PP". La expulsión del ex secretario general del PSE por "menosprecio a las siglas" es un golpe en la mesa para reclamar mayor lealtad y unidad en un momento que tildan de crucial para la reedición de un Gobierno progresista.

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