Feijóo descarta a Báñez como vicepresidenta y desvela que su ministro de Economía "no es político"

El líder del PP sigue sin desvelar las grandes claves de su eventual equipo de Gobierno, aunque va dejando un goteo de pistas con las que, al menos, comienzan a descartarse algunos nombres. Feijóo aseguró la semana pasada en El hormiguero que tendría "una vicepresidenta" si logra llegar a la Moncloa. Y este lunes, durante una entrevista en Telecinco, el dirigente ha avanzado que la mujer en cuestión no ha formado parte de ningún Gobierno de España, lo que descarta de forma directa a la exministra de Empleo, Fátima Báñez, y otras exministras del PP.

La actual presidenta de la Fundación CEOE se ha hecho un hueco en el equipo de confianza de Alberto Núñez Feijóo, y ha trabajado desde el think tank de los populares, Reformismo21 en el programa económico por el que el PP apuesta para las elecciones generales. Su nombre siempre ha estado en las quinielas para ocupar un puesto de alto rango dentro del aún hipotético Gobierno de Feijóo, pero el líder popular ha avanzado ante Ana Rosa Quintana que su vicepresidenta ha gobernado, pero a nivel regional o local. La actual secretaria general y exalcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, cumpliría los requisitos descritos por Feijóo, aunque su nombramiento sigue siendo una incógnita.

En la misma entrevista, Feijóo ha avanzado también que será un hombre el que esté al frente del Ministerio de Economía, cuyo liderazgo se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados del candidato popular. El dirigente ha suscrito que el nombre que tiene en mente para tal cartera no ha ocupado hasta la fecha ningún cargo político, lo que engorda la opción de que el gallego opte por Pablo Hernández de Cos, actual gobernador del Banco de España, un nombre que fuentes de la dirección del PP reconocen que "gusta" en Génova.

Feijóo se abre a una coalición con Vox

Si el PP necesita un sí de Vox a una eventual investidura de Alberto Núñez Feijóo tras el 23-J, puede haber carteras gubernamentales dirigidas por los de Santiago Abascal. Durante una entrevista en Telecinco, el líder popular ha trazado también sus condiciones para abrir o no la puerta a la ultraderecha dentro de un eventual Ejecutivo, y ha manifestado que, en su opinión, "si Vox tiene que votar sí es porque no sumamos más votos que la izquierda", y, por lo tanto, "lo lógico es que Vox entre en el Gobierno".

Por el contrario, el presidente de los populares y candidato a la Moncloa ha insistido en la idea de que, aunque no logre mayoría absoluta, pedirá la abstención a los de Abascal siempre que el PP sume por sí mismo más que el bloque de la izquierda, por lo que ha apelado una vez más al voto útil para remar hacia un Gobierno del PP en solitario. Feijóo asegura que los sondeos internos apuntan a un suelo de unos 150 escaños, si bien algunas encuestas, como el de IMOP-Insights para El Confidencial, apuntan a un retroceso de los populares, que se quedarían entre 132 y 135 escaños. A 20 días de las elecciones, Feijóo ha apuntado que necesita más de 150 diputados para garantizar que no contará con ministros de Vox.

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Feijóo ha situado los pactos autonómicos como reflejo de su criterio a nivel nacional. Por el momento, el PP ha firmado dos coaliciones de gobierno con Vox —además de los pactos en capitales de provincia y pequeños ayuntamientos— en Comunidad Valenciana y en Extremadura. En el primer caso, el bloque de la izquierda sumaba más que Carlos Mazón, que a su vez necesitaba 10 votos de los de Abascal para llegar a la absoluta; y, en el segundo, el PP perdió directamente las elecciones, pero Guillermo Fernández Vara no lograba llegar a la mayoría absoluta con Podemos. En ambos casos, Feijóo ve justificado que Vox haya asumido cuota de poder. Pero se niega en redondo a aceptar esa premisa en la Región de Murcia, donde Fernando López Miras se quedó a solo dos escaños de la mayoría absoluta.

El candidato a la presidencia del Gobierno ha reconocido también que se saltó a María Guardiola ante el bloqueo en Extremadura y la amenaza de una repetición electoral, y maniobró directamente con Santiago Abascal para desencallar la negociación. Como publicó El Confidencial, la presión de Génova fue clave para la rectificación de la candidata popular en Extremadura, que tuvo que renunciar a su "palabra" y sus "principios", y firmar el pacto que siempre dijo que nunca firmaría: un pacto de coalición con Vox. "En mi opinión, en Valencia y en Extremadura necesitábamos el sí de Vox, y así se lo trasladé a María Guardiola", admitía.

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El líder del PP ha acusado al PSOE de agitar el "miedo a Vox" en la campaña, y ha insistido en la petición de que Sánchez le deje gobernar si logra ser la lista más votada para evitar que la ultraderecha tenga opciones de entrar en el Ejecutivo. Feijóo ha lamentado que el PSOE prefiera votar con Vox en algunos casos para evitar gobiernos en solitario del PP. "Es el pacto del Tinell elevado a la enésima potencia", denunciaba.

El dirigente ha insistido en la idea de que Abascal no es su socio prioritario, sino que más bien ha aplicado una suerte de geometría variable en sus pactos: al margen de los acuerdos con la ultraderecha, el PP ha facilitado al PSOE gobernar en Barcelona, al PNV en Vitoria, y gobiernan gracias a fuerzas regionalistas en Cantabria y Canarias. "Nosotros hemos hecho mucho más por aislar a Bildu o a Podemos que el PSOE, que no ha hecho nada por aislar a Vox", señalaba.

Moreno apela a no depender "del populismo"

Juanma Moreno, que ha participado este lunes en un desayuno informativo organizado por El Mundo, ha vuelto a defender su modelo como una vía para no depender de Vox. El presidente andaluz se ha mostrado convencido de que Alberto Núñez Feijóo será presidente después del 23 de julio, pero ha apelado al “sentido común” y al “voto útil” para que el gallego tenga una mayoría “suficiente” sin “influencias del populismo”. “Los ciudadanos tienen que reflexionar cómo quieren que [Núñez Feijóo] sea presidente”, ha zanjado.

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El malagueño fue el primer barón popular en tener que vérselas con Vox y ha recomendado buscar a los de Santiago Abascal “donde nos encontramos”, como la política económica o la defensa de la integridad territorial de España. Hay otros asuntos, como la lucha como la violencia machista o la defensa del medio ambiente, donde “Vox y PP se parecen como un huevo a una castaña” y donde los dos partidos “no pueden trabajar juntos”. “El límite es no perder la personalidad, somos un partido de las clases medias urbanas y Vox tiene planteamientos excluyentes hacia una parte de la sociedad”, ha dicho Moreno en referencia a los derechos LGTBI.

Moreno ha defendido, además, la gestión de María Guardiola en Extremadura, aunque haya tenido que “tragarse sus palabras”. La tesis del presidente andaluz es que su compañera ha aprovechado su posición “dura” para salvaguardar sus ideales y poder blindar las políticas en materia de violencia machista. “Ha tenido que valorar entre el interés general de los extremeños y ha llegado a la conclusión de que lo mejor es un acuerdo que a ella en principio no le gustaba”, ha sentenciado Moreno.