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Los territorios acorralan a la dirección de Podemos con el fantasma de la ruptura
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Aviso a la cúpula de Belarra

Los territorios acorralan a la dirección de Podemos con el fantasma de la ruptura

Los morados obvian la presión de los dirigentes regionales y aseguran que no hay discrepancia alguna con respecto al discurso oficial. La líder en Aragón anuncia que dimitirá tras el resultado el 28-M y marca el camino a la cúpula

Foto: Irene de Miguel e Irene Montero. (EFE/Alba Feixas)
Irene de Miguel e Irene Montero. (EFE/Alba Feixas)

Las direcciones territoriales empujan a la cúpula de Ione Belarra. Le exigen "ceder", actuar "con generosidad y humildad" para llegar a un pacto con Yolanda Díaz, o bien asumir que toca "dar un paso al lado". La postura que el miércoles defendió con especial vehemencia la líder de Podemos en Extremadura, Irene de Miguel, no sorprende a una dirección que no está acostumbrada a las revueltas internas, salvo en casos acotados —léase Asturias—, y que se ha visto interpelada a la interna y a plena luz del día para alcanzar, sí o sí, el acuerdo con Sumar. Los territorios sostienen que no hará falta ir más allá, y que el entendimiento es deseado por la mayoría de los dirigentes de la organización, pero también saben que aún cuentan con opciones de elevar este órdago.

Están jugando a todo o nada, y este jueves han contado con un potente espaldarazo de Maru Díaz, líder en Aragón y consejera del Ejecutivo saliente. Díaz ha elevado la presión sobre la dirección de Belarra, al renunciar a su escaño tras la derrota del 28-M, cuando su partido perdió la posibilidad de reeditar el Gobierno de coalición. En un mensaje publicado en su perfil de Twitter, explica que también renunciará a ser coordinadora autonómica tras las próximas elecciones generales, para las que exige "altura de miras", "humildad" y "generosidad" a su partido para lograr revalidar el Gobierno central. "Las urnas nos mandaron un mensaje claro y contundente", afirma, defendiendo que "en las derrotas hay que ser valientes", "y saber echarse a un lado en pos de la esperanza que, confío, está por venir". El mensaje a la cúpula estatal es rotundo, como lo es por parte de 13 dirigentes de Podem en Cataluña, que se han posicionado a favor del pacto con Sumar.

Foto: Irene de Miguel. (EFE/Vicente Roso)

Entran en terreno inexplorado, y de momento solo se han contentado con señalar el botón nuclear, sin acercarse a pulsarlo. La rebelión de los territorios era una opción con la que contaban algunos de los aliados de Sumar, como penúltima vía de presión. Los morados mantienen que quieren un acuerdo, pero rechazan cualquier planteamiento que pueda suponer una "humillación". Y, aunque obvian la presión y aseguran que los territorios dicen, en esencia, lo mismo que reza el discurso oficial, tampoco descartan el riesgo de que puedan llamar a la desbandada. Hay regiones como Murcia o Castilla y León controladas por dirigentes muy cercanos al núcleo duro, que no representan un alto riesgo, pero en las que ya ha habido movimientos las aguas bajan revueltas. No había precedentes, ninguna líder regional había reclamado "dar un paso a un lado" a nadie en la cúpula estatal, la misma que fue capaz de prohibir a distintos dirigentes regionales que acudieran a la presentación de la candidatura de Díaz en Magariños, el 2 de abril. El riesgo de descubrir un nuevo escenario está sobre la mesa.

Nadie ha dado el paso hoy, es difícil que nadie vaya a hacerlo el jueves, pero el elefante en la habitación es la posible incorporación de figuras de Podemos a las candidaturas de Sumar, para intentar salvar los muebles y lograr representación institucional en sus respectivos territorios. En esas regiones, hasta el momento, no quieren contemplar esta fórmula, e insisten: habrá acuerdo. No lograrlo, a tenor de las encuestas, podría conllevar la extinción del partido morado en las Cortes Generales, haciendo volar por los aires cualquier opción de recuperar algo del poder que antaño tuvieron sus siglas.

La lealtad a las siglas es una de las señas de identidad de la organización, y fue De Miguel quien se atrevió a marcar el paso, después de días de amagos entre diferentes direcciones territoriales. Navarra —tras Extremadura, la más explícita—, Galicia, Madrid, Euskadi, Canarias, Baleares y una pequeña facción de dirigentes locales en la Comunidad Valenciana han hecho lo propio estos días, y algunos, como Euskadi, ya lo habían hecho en la recta final de la campaña. Pese a ello, a última hora de la tarde del miércoles estos movimientos no se tradujeron en avances significativos en las conversaciones de Sumar con Podemos. Sí se dan entre Díaz y otras fuerzas, que están muy cerca de anunciar acuerdos, previsiblemente este jueves. Ya los han hecho públicos la plataforma de Alberto Rodríguez, Proyecto Drago, y la Chunta Aragonesista.

Foto: Yolanda Díaz durante una visita a Doñana esta mañana. (Europa Press/A. Pérez)

Fuentes moradas señalan que, llegados a este punto, y mientras Sumar advierte de que no negociará hasta el último minuto, es probable que solo puedan superar esta pantalla con la intervención de Díaz y Belarra, en persona. El cansancio entre los equipos negociadores es reconocido por todas las partes, tras más de 10 días, con sus noches, celebrando conversaciones presenciales, telemáticas, bilaterales, multilaterales, con intercambio de documentos... Oficialmente, nadie quiere un pacto in extremis, a la andaluza, que haga peligrar el futuro de la coalición, pero distintos aliados de Sumar afirman que Podemos aún va a apurar los plazos. Y eso entre los que consideran que los morados sí están a favor del pacto.

La idea de Díaz era cerrar los acuerdos entre el miércoles y el jueves, para someterlos a la ratificación de las bases de las distintas organizaciones, como es el caso de Más Madrid, que logró el aval de sus asambleas de base el miércoles. Las posiciones de máximos que distintas fuentes presentes en las negociaciones atribuyen a Podemos el fuego a discreción desde los comunes, y los mensajes de Pablo Iglesias al arranque de la semana han contribuido a embarrar un campo de juego ya complicado de partida.

Foto: Ione Belarra y Ada Colau. (EFE/Enric Fontcuberta)

La cascada de anuncios de acuerdos que se prevé este jueves incrementará la presión sobre Podemos, que el miércoles sufrió un nuevo varapalo personificado en la número dos y ministra de Igualdad, Irene Montero, con la decisión del Tribunal Supremo a cuenta de la aplicación de la ley del solo sí es sí. Hay dirigentes que negaban que la decisión del alto tribunal haya tenido algún tipo de efecto en las negociaciones, pero también hay quienes destacan que debilita aún más a Montero, una figura que no gusta a buena parte de los aliados de Sumar, aunque repitan que nadie ha hablado de vetos. A menos de 48 horas de la presentación obligada del acuerdo, el nerviosismo se extiende entre las distintas partes.

Las direcciones territoriales empujan a la cúpula de Ione Belarra. Le exigen "ceder", actuar "con generosidad y humildad" para llegar a un pacto con Yolanda Díaz, o bien asumir que toca "dar un paso al lado". La postura que el miércoles defendió con especial vehemencia la líder de Podemos en Extremadura, Irene de Miguel, no sorprende a una dirección que no está acostumbrada a las revueltas internas, salvo en casos acotados —léase Asturias—, y que se ha visto interpelada a la interna y a plena luz del día para alcanzar, sí o sí, el acuerdo con Sumar. Los territorios sostienen que no hará falta ir más allá, y que el entendimiento es deseado por la mayoría de los dirigentes de la organización, pero también saben que aún cuentan con opciones de elevar este órdago.

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