Podemos reclama ignorar los resultados del 28-M en la negociación con Yolanda Díaz

Podemos quiere restar peso a los resultados del 28-M en su negociación con Yolanda Díaz para unirse a Sumar, tras una cita con las urnas que le ha llevado a la extinción en comunidades como Madrid o Valencia. Fuentes de las distintas formaciones alineadas con Díaz explican que esta es una de las bazas del partido morado en las conversaciones, en las que ponen el foco en la difícil aplicación entre el voto en las municipales y autonómicas y el de las generales. "No es extrapolable", afirman voces de la formación. "Las generales son nuestra liga, es donde siempre hemos dado el estirón", afirmaba recientemente un veterano dirigente. Y eso es precisamente lo que intentan hacer valer para construir una posición negociadora más fuerte.

El problema para los aliados de Yolanda Díaz es que el partido de Ione Belarra se aferra a los 3.119.000 votos logrados en las generales de hace cuatro años, cuando también concurría con Izquierda Unida. Ni entienden que pueda atribuirse la totalidad de estos resultados, ni tampoco que obvie el reciente batacazo. "Dicen que siempre sacan mucho más en las autonómicas y municipales", reconocen. Sostienen que el escenario ha cambiado considerablemente, y la prueba es la debacle del 28-M, que afectó a la izquierda en su conjunto, pero especialmente a Podemos.

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Para algunas de las formaciones alineadas férreamente con Sumar no es de recibo que los morados intenten acotar la negociación básicamente a las cifras de 2019. De hecho, la formación de Belarra no ha dejado de perder votos en las sucesivas elecciones generales desde 2015, cuando concurrió por primera y última vez en solitario. Oficialmente, el partido no quiere pronunciarse y rechaza dar detalle alguno sobre las conversaciones.

Públicamente, sin embargo, ya han dado algunas pistas. El exdirigente y cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, y el líder de Alianza Verde (dentro de Unidas Podemos), Juantxo López de Uralde, reivindicaron este jueves la importancia de que la izquierda no se haga "trampas al solitario", según Uralde, "utilizando solamente como base los resultados del 28-M. En el espacio radiofónico Carne Cruda, que emite eldiario.es, el político verde destacó las diferencias entre el voto autonómico y el de las generales, y hasta la "tradición de mucha mayor fuerza" en las elecciones al Parlamento por parte de Podemos, con el que su partido concurrió en la mayoría de territorios el 28-M.

"Hay que manejar los datos con realismo. No con oportunismo", reclamó. "No hagamos discursos que no son ciertos, intentando decir que los resultados de unas elecciones municipales son iguales que los resultados de unas elecciones generales, porque entonces nos estamos pegando un tiro en el pie", abundó Monedero. Según el director de la fundación del partido morado, uno de los rostros más conocidos de su espacio, "mucha gente querría votar a Podemos en las generales". Este planteamiento no convence, ni de lejos, a muchos de los aliados de Díaz. Otros, directamente, dudan de si los morados suman o restan, y uno de ellos incluso señala en esta dirección.

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El total de votos cosechados por Podemos en las doce comunidades autónomas, aún en coalición con IU en 10 de ellas —que les superó en Aragón y Asturias—, se quedó en 498.000. Compromís logró en la Comunidad Valenciana 349.000 sufragios, el 70% del total logrado por los morados sumando a otras 11 regiones. Y Más Madrid logró 615.000 únicamente en la región que preside Isabel Díaz Ayuso, muy lejos de los números de la coalición Podemos-IU. Una de las formaciones alineadas con Sumar apunta a otra cifra: en las elecciones municipales valencianas, en las que se elegían cerca de 5.700 concejales, la coalición de Podemos e IU ha logrado 23 ediles, la mayoría de ellos procedentes de Esquerra Unida. Cs, una fuerza que ya ha renunciado a concurrir el 23-J, logró 46, el doble. Y Compromís se hizo con 662 representantes.

El partido de Joan Baldoví —"Baldoví el eterno", como lo denominó el jueves Pablo Iglesias—, es hoy el principal objeto de crítica por parte de los morados, que insisten en que, entre sus condiciones para concurrir junto a Sumar, se incluye el "veto" a incluir a perfiles con carnet morado en sus listas. Ese extremo ha sido desmentido por Compromís, que sí reclama negociar bilateralmente con Díaz, así como liderar las listas en toda la región. La autorreivindicación de Podemos como fuerza de ámbito eminentemente estatal no es nueva, y antes de las elecciones los morados ya hacían hincapié en que ni siquiera se presentaron con sus siglas en las municipales de 2015, porque su objetivo prioritario siempre fue llegar a La Moncloa.

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Díaz y el resto de fuerzas avanzan en las conversaciones con total discreción, "con buen tono, pero aún sin abordar lo más concreto", afirman desde otra de las fuerzas presentes en las negociaciones. Ni la vicepresidenta ni la secretaria general de Podemos han comparecido aún ante los medios tras el fiasco del 28-M, y todos los esfuerzos se focalizan en estas conversaciones, que deben cristalizar en un pacto para concurrir juntos antes del 10 de junio, y en la definición de las listas electorales antes del día 20.

La idea de que, debido a lo acelerado de los tiempos, no será posible celebrar primarias, arraiga. El último en evidenciar las dificultades que entrañaría convocarlas fue Jaume Asens (los Comunes), que ha presidido el grupo parlamentario Unidos Podemos durante toda la legislatura. "No es posible [celebrarlas]", afirmó, en el mismo espacio radiofónico que Monedero y Uralde. Su tono no camufló los dardos que dirigió a Podemos: "En términos de porcentajes, en la alcaldía [de Barcelona] tenemos el 20%, y eso contrasta con las candidaturas municipales de Podemos, que tienen el 1%, el 2% o el 3%". "No a todos nos ha ido igual: Compromís, Comunes y Más Madrid han resistido bastante bien, pero el fracaso es colectivo", abundó.

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Uralde criticó después el "revanchismo en determinados ámbitos contra Podemos", que "no ayuda". Y Monedero recordó que "ni Más Madrid ni Compromís quisieron ir juntos" con su partido el 28-M. Mientras sus formaciones estaban sentadas a la mesa de negociación, los tres escenificaban algunas de las posiciones que están defendiendo en ese espacio. Con Díaz intentando cerrar un pacto que contribuya a que cicatricen las heridas causadas por el fuego amigo. O, al menos, que les fuerce a obviarlas hasta después de las generales.