Dirigentes de UP acusan a Iglesias de querer reventar el grupo al airear debates internos en su TV

La tensión en el grupo parlamentario Unidas Podemos en el Congreso ha escalado a niveles nunca vistos. Distintas fuerzas que integran este espacio manifiestan su profundo malestar por la decisión de Pablo Iglesias, líder histórico de Podemos y exsecretario general del partido, de "airear" debates de la dirección del grupo en la Cámara Baja. Fuentes consultadas aseguran a El Confidencial que se trata de un paso "gravísimo" e interpretan que busca "romper el grupo parlamentario", además de "seguir creando un clima de opinión contrario a Sumar" entre las filas de los morados.

Este miércoles, desde la televisión que dirige, Iglesias aseguró que a los diputados de IU y los Comunes, a los que tildó de "afines a Sumar", "no les parecía tan mal" la decisión de la parte socialista del Gobierno de "ofrecer los mismos privilegios fiscales de la Iglesia al resto de confesiones religiosas". "Ha habido lío", afirmó el exvicepresidente del Ejecutivo: "Ha habido un sano debate".

"Debía ser que el problema es discriminar a los testigos de Jehová respecto a los católicos", ironizó. "No creo que defender que las organizaciones religiosas paguen impuestos como todo el mundo sea estar en la esquinita del tablero", argumentó, en un nuevo dardo contra Yolanda Díaz, para concluir que "de todo tiene que haber en la viña del señor y en la izquierda".

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Parte de los debates de los órganos internos de los grupos suele trascender a los medios de comunicación, pero lo habitual no es que un exdiputado, exsecretario general de un partido que integra ese grupo, sea quien divulgue los temas internos en los que su formación estaba presente. El exvicepresidente del Gobierno asegura que la información proviene de "fuentes conocedoras del debate", que son las que trasladan que Gerardo Pisarello (los Comunes) "puso orden en sus filas". Se refiere así a los integrantes de la dirección que ya estaba al frente del grupo cuando él presidía las reuniones de más enjundia del espacio político.

Ni es habitual que, en la misma semana, la secretaria general del partido al que Iglesias dice defender como "activo mediático" pida por carta a sus militantes que contribuyan a financiar la televisión del exvicepresidente segundo. El enfado es mayúsculo en un grupo parlamentario que ya se agrietó considerablemente a cuenta del fracaso de la ley mordaza, pero que llevaba meses dividido, con Podemos enfrentado con el resto de actores, convertido en un polvorín.

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"No es ni medio normal", o "hay malestar", son las respuestas más escuetas ante una decisión que, entienden, marca un serio precedente. Iglesias se sirvió de su perfil en Twitter, en el que cuenta con 2,7 millones de seguidores, para amplificar sus palabras en La Base. Es un espacio desde el que acostumbra a criticar a la vicepresidenta segunda, al PSOE y a partidos como Más Madrid o Compromís, pero ahora también lo hace con IU y Los Comunes.

De hecho, según dirigentes de las distintas fuerzas que componen el espacio, crece el convencimiento de que Iglesias está más interesado en asentar su proyecto mediático que en remar en favor de una candidatura conjunta de la izquierda. "Cada vez más gente está convencida", apunta un dirigente, de que al "proyecto empresarial" del exsecretario general morado "le va mejor" si el próximo año gobiernan PP y Vox, y no el PSOE con Sumar. El esfuerzo de Iglesias y sus colaboradores por asentar este proyecto mediático se hizo evidente hace escasos días, cuando el presentador Sergio Gregori y otros dos colaboradores del exvicepresidente​ concurrieron al congreso del Sindicato de Periodistas de Madrid y ganaron la secretaría general con su lista.

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La indignación obedece a varios motivos. Primero, al hecho de que Iglesias, que durante años ha mantenido una estrecha relación política y personal con algunos de los dirigentes morados que se sientan en la dirección, obtenga información "de una reunión interna", para "manipularla torticeramente" contra Sumar, Izquierda Unida y los Comunes. Segundo, porque aseguran que miente. Nadie en este espacio está a favor de ayudas fiscales a las iglesias, sostienen. Por eso interpretan que "mintió descaradamente" con el objetivo de hacer daño a la interna.

Y tercero, porque esta actuación ha hecho saltar por los aires la sensación de que los dirigentes que no casen con todas las tesis de Podemos puedan expresarse abiertamente. Si lo hacen, saben que se exponen a que Iglesias utilice las redes sociales para cargar en su contra, o para divulgar detalles de estas conversaciones que puedan ponerles en un brete.

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El grupo confederal Unidas Podemos —En Comú Podem— Galicia en Común nunca fue fácil de gestionar: reúne a formaciones como Podemos, IU, los Comunes o Alianza Verde, cada una con distintas sensibilidades. Ha tenido que abordar temas complejos, y que enfrentar escenarios —como la votación de la admisión a trámite de la proposición de ley del PSOE contra la prostitución y los proxenetas— otorgando libertad de voto.

Todo lo que ha rodeado a la modificación de la ley del solo sí es sí también ha sido correoso en los últimos meses, pero el espacio se ha mostrado unido. Otra cosa es que una de las partes traslade al que fuera su secretario general lo que ocurre dentro del máximo órgano de deliberación del grupo, para que luego este lo utilice en su nuevo trabajo. Es un movimiento "gravísimo", insisten. Sin precedentes.