Feijóo da un giro a su estrategia electoral y se hará omnipresente durante la campaña

Génova ha dado un importante giro en su hoja de ruta hacia el 28-M. La junta directiva nacional del pasado lunes sirvió para ratificar una nueva estrategia que se había ido engrasando durante semanas, a medida que los nervios se habían apoderado de un PP que ha rebajado expectativas por temor a no arrebatar ningún territorio clave al PSOE tras las primeras elecciones de 2023. "Estaré con mis compañeros en las calles, no voy a lanzar a otros a dar batallas que también me corresponden a mí. Seré el último afiliado y me haré responsable de nuestro resultado electoral", dijo Alberto Núñez Feijóo. El mensaje es nítido. El líder popular no solo tiene su primer y vital examen a final de año, cuando se mida a Pedro Sánchez por la Moncloa. Los resultados de mayo hipotecarán también su futuro.

A principios de año, un Feijóo confiado aseguraba que brindaría todo el protagonismo a sus candidatos. Que durante la campaña solo visitaría aquellos territorios que pidiesen expresamente su presencia. Dirigentes de peso en el PP trasladaban entonces que el nuevo líder nacional quería enmendar la estrategia que siguió Pablo Casado, cuya "sobreexposición impuesta" en las campañas territoriales levantó ampollas en algunas baronías territoriales. Pero esa estrategia ha cambiado. Génova proyecta ahora la campaña con un Feijóo omnipresente. El líder "pisará cada rincón" en las próximas seis semanas. Todas las comunidades autónomas. La mayoría de capitales de provincia. También multitud de municipios más grandes o pequeños. En coordinación con sus candidatos territoriales, pero también al margen de ellos.

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Así las cosas, la estrategia que hace semanas parecía orientada a dejar total libertad a los candidatos territoriales —y depurar responsabilidades a posteriori si no se consiguen los resultados esperados— ha quedado atrás. Feijóo asumirá en primera persona lo que ocurra el 28-M, donde "no hay nada ganado". Salvo en Madrid y Murcia, todos los balones van directos al palo, y el cambio de ciclo del que tanto presumían en la dirección del PP podría tardar aún en llegar. En Génova se asume, además, que las elecciones de mayo podrían no servir para presentar una primera "moción de censura" a Sánchez, como se venía sosteniendo semanas atrás. "Los candidatos socialistas que se presentan a estas elecciones están menos desgastados electoralmente que Sánchez", reconocía el pasado viernes Elías Bendodo, coordinador general del PP y director de campaña.

"Feijóo se ha responsabilizado de ese resultado", incidía. Pedirá cuentas a sus barones y alcaldables al día siguiente de que se cierren las urnas, pero asegura que también las rendirá él mismo. Los populares siguen confiando en que el efecto Feijóo puede traducirse en nuevas alegrías electorales, y la cercanía del líder a las regiones y pueblos puede tener un efecto positivo para decantar resultados. Entre sus atribuciones orgánicas e institucionales, el líder popular suele tener una agenda apretada. Pero esta prevé multiplicarse. El cuentakilómetros de Alberto Núñez Feijóo puede fácilmente llegar a las cuatro cifras en cuestión de semanas. Visitas a fábricas, paseos por el centro de las ciudades, reuniones con colectivos, mítines... Todo en clave territorial para labrar una campaña "pegada a la gente".

Opinión

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Aunque no estaba previsto, para cuadrar la intensa agenda de Alberto Núñez Feijóo en su primera gira electoral al frente del PP, Génova ultima una caravana para pisar el acelerador cuando arranque oficialmente la campaña, que se celebrará entre el 12 y el 26 de mayo. El partido planea celebrar uno de sus últimos actos en Valencia, el territorio al que la dirección popular ha dedicado más presión. "Es la llave de la Moncloa", repetían en la cúpula del PP. El resultado sigue estando muy ajustado entre el socialista Ximo Puig y el candidato popular, Carlos Mazón, cuyo hipotético aterrizaje a la Generalitat llegaría únicamente de la mano de Vox. Es precisamente uno de los territorios en que tanto el PP regional como Génova asumen la necesidad de entenderse con el partido situado a su derecha.

Valencia es precisamente la ciudad en que el PP de Feijóo logró la imagen de la que se sienten más orgullosos en la nueva era: la de la reconciliación entre Mariano Rajoy y José María Aznar, que se volcarán también en la campaña del 28-M. Los expresidentes viajarán a territorios clave, como Castilla-La Mancha, donde el popular Paco Núñez se encuentra al borde de desbancar a Emiliano García-Page, según apuntan los sondeos.

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Se prevé que Isabel Díaz Ayuso cuente también con los expresidentes para una campaña de la que ya se preparan los últimos detalles. Aznar ya protagonizó junto a la presidenta regional un coloquio en Madrid hace unas semanas, y se desplazó hasta Villaviciosa de Odón para arropar al candidato popular en el municipio. Cuentan con una magnífica relación. La victoria de la dirigente se da por descontada, pero Ayuso aspira a una mayoría absoluta que aún se le resiste en los sondeos, con lo que igualaría así a su homólogo andaluz, Juanma Moreno. Feijóo se la juega a una sola bala en las generales, y la batalla por la sucesión comenzaría si el líder popular no lograse desbancar a Sánchez.