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Podemos limita el alcance de Sumar: "Yolanda ha prometido por encima de sus posiblidades"
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Podemos limita el alcance de Sumar: "Yolanda ha prometido por encima de sus posiblidades"

Las amenazas de ruptura entre Podemos y Díaz, que son ya frecuentes y parecen a punto de realizarse, no son ratificadas por los partidos, que afirman necesitarse para las elecciones. La configuración de las listas es el problema

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
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“La hipótesis Díaz es que Podemos debe desaparecer, y al PSOE le parece bien, porque contarían con un socio mucho más domesticado”. Desde el partido de Pablo Iglesias han insistido mucho en la tesis, y la repiten en este momento de crisis: el gobierno de Pedro Sánchez ha sido mucho más sencillo con Yolanda, “que le ha dado lo que ha querido”, por lo que es normal que ambos coincidan en el objetivo. Alberto Garzón ha salido a refutar esa idea, y ha insistido en que vivió discusiones parecidas cuando, en 2014, IU tuvo que hacer frente al nacimiento de Podemos y se afirmaba que los medios concedían mucha más cobertura a los de Iglesias porque los morados eran mucho más funcionales. El ministro de Consumo asegura que negó esas tesis entonces y que ahora tampoco son válidas.

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el acto de Sumar en el polideportivo Magariños. (Reuters/Isabel Infantas) Opinión
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Sin embargo, y por más que salga a relucir ahora, esa es una perspectiva que solo sería relevante a posteriori. Es posible que, una vez en el Gobierno, se prefiera a un socio u otro, pero la pregunta no es esa, sino si se puede aspirar a mantener la Moncloa con una izquierda fragmentada en tres o cuatro opciones. Y, hasta el momento, ninguno de los actores principales ha afirmado que la fragmentación aporte ninguna ventaja, más al contrario. Hubo quien lo pensó, pero se desechó la idea cuando la demoscopia no la ratificó. En consecuencia, la ruptura está mucho más en la posibilidad de que la cuerda se tense en exceso que en una intención de partida.

Las negativas de Díaz

Los problemas aparecen en el terreno decisivo en estas peleas por el poder: el reparto de las listas. La idea inicial de Podemos era pactarlas con Díaz, negociándolas únicamente entre el partido de Iglesias y Sumar. La vicepresidenta segunda hizo caso omiso de la propuesta. Además, pretendía demorar toda decisión al respecto hasta después de las elecciones autonómicas y municipales, a las que no concurre como Sumar. Tenía su lógica: si Podemos e IU sufren un resultado negativo en esos comicios, resultará mucho más sencillo que Díaz maneje el nuevo espacio sin el contrapeso de Iglesias. Por ese mismo motivo, Podemos ha estado intentando forzar un acuerdo antes de esas fechas, lo que explica las tensiones de las últimas semanas.

"Díaz no acepta las primarias porque ya ha prometido a todo el mundo que les dará esto o aquello: le romperían todos los planes"

En ese marco cabe encuadrar la propuesta de unas elecciones primarias abiertas que ha lanzado Podemos y que también ha rechazado la vicepresidenta. Desde la formación morada explican esa negativa porque “Díaz ha prometido por encima de sus posibilidades". "No puede aceptar las primarias porque ya ha prometido a todo el mundo que les dará esto o aquello, y someterse a unas elecciones le rompería los planes. Máxime cuando, en muchos territorios, apenas tiene fuerzas propias para tener un mínimo éxito con sus listas”, explican.

La venganza de los purgados

El problema añadido para Podemos es que no solo tiene que vencer la animadversión de Díaz o las dificultades de encaje con otras formaciones. El peso del pasado es muy relevante. En Sumar se han reunido muchos de los expulsados por Iglesias, y ha llegado el turno de la venganza de los purgados. Ahora, cuando las tornas se han invertido, es normal que los socios de Díaz se nieguen a dejar en manos de Podemos espacios que creen que les corresponden: los viejos rencores ayudan poco.

Ese conjunto de factores coyunturales y personales explica las dificultades para conformar un espacio político que todos ellos necesitan, y en el que están maniobrando para conseguir el mayor peso posible. Después de las municipales y autonómicas, y una vez vista la correlación de fuerzas y las necesidades reales, llegará la hora de la verdad, la de la concreción en las listas, con todo lo que significa de reparto de poder y de supervivencias políticas y profesionales. Sumando todos estos elementos, resultan comprensibles las tensiones, cuajadas de justificaciones de toda índole, en que se desenvuelven las negociaciones.

La otra izquierda

Más allá de Sumar, queda por ver la reacción de Bildu y de Esquerra. La relación de Rufián con Díaz es muy negativa, debida a desencuentros frecuentes que han provocado que la confianza entre ambos haya desaparecido. A Bildu las propuestas de Díaz les resultan bastante ajenas. Y la posición de ambos partidos es relevante porque en España aparecen tres izquierdas: la socialista, la de Sumar y la nacionalista, y todas ellas parecen necesarias para repetir Gobierno.

"Si al final vamos a un momento de reconfiguración y de reinvención del espacio, Yolanda no pintará nada en esa tesitura"

ERC y Bildu tienen un vínculo directo con Iglesias, un mediador muy relevante para que esas fuerzas estén plenamente integradas en la vida institucional española y se hayan alejado de las prioridades secesionistas. Desde Podemos, entienden que esa participación “es un regalo”, que sería un error perderlos y que Díaz no es capaz de articular las relaciones con esas fuerzas, por lo que se necesitaría un puente que ella no puede establecer.

La guerra que no ganaron

De todos modos, tampoco es descartable que las tensiones presentes lleven a enfrentamientos más enconados. Dada la relevancia de los factores personales, conforme las encuestas vayan arrojando unas cifras u otras, y vistos los resultados de las municipales y autonómicas, las tentaciones de ceder menos o de presionar más regresarán a la mesa. Dado que hay partes de Sumar que creen que llegarían electoralmente más lejos sin Podemos, si la tesitura es la adecuada, “intentarán echarnos para ganar ahora la guerra que perdieron entonces”, afirman desde la formación morada.

También avisan de que este movimiento es de doble dirección. La energía que se está gastando en las luchas internas provoca que se estén descuidando otras tareas, ligadas al programa, y el mundo se está moviendo mucho y muy rápido. Esa unión de nuevas prioridades políticas, generadas por cambios geopolíticos y económicos, y de fuertes tensiones internas, puede acelerar los acontecimientos y provocar que “haya que reinventar todo el espacio de la izquierda. Es algo que pensamos que nos lo iba a ahorrar Yolanda, pero está claro que no será así, porque cree que las posiciones más moderadas ofrecen mejores resultados. También lo creía Errejón y no fue así. Si al final vamos a un momento de reconfiguración y clarificación, a una reinvención del espacio, Yolanda no pintará nada”.

“La hipótesis Díaz es que Podemos debe desaparecer, y al PSOE le parece bien, porque contarían con un socio mucho más domesticado”. Desde el partido de Pablo Iglesias han insistido mucho en la tesis, y la repiten en este momento de crisis: el gobierno de Pedro Sánchez ha sido mucho más sencillo con Yolanda, “que le ha dado lo que ha querido”, por lo que es normal que ambos coincidan en el objetivo. Alberto Garzón ha salido a refutar esa idea, y ha insistido en que vivió discusiones parecidas cuando, en 2014, IU tuvo que hacer frente al nacimiento de Podemos y se afirmaba que los medios concedían mucha más cobertura a los de Iglesias porque los morados eran mucho más funcionales. El ministro de Consumo asegura que negó esas tesis entonces y que ahora tampoco son válidas.

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