El PP asume que la coalición "resistirá", pero acusa a Sánchez de perder "autoridad" frente a UP

PSOE y Unidas Podemos han protagonizado múltiples disputas a lo largo de la legislatura, pero nunca se habían escuchado reproches tan duros como los que este martes se dedicaron en la Cámara Baja, donde se dio el primer paso para la tramitación de la reforma de la ley del solo sí es sí. La evidente voladura de puentes volvió a llevar a primera página la posibilidad de una ruptura en el Gobierno, si bien desde la Moncloa niegan la máxima y se comprometen a salvar la alianza hasta el final de la legislatura. En el PP compran ese marco, y opinan que el Ejecutivo "resistirá" pese al envite procedente de la formación morada, que acusó al PSOE de "aliarse" con la derecha para volver al marco en que se pregunta a las mujeres "si cerraron bien las piernas".

Ahora bien, en el PP toman nota de la crisis en el Gobierno y se lanzan a capitalizar el desgaste. "Del Gobierno de la coalición se ha pasado al de la colisión. Y de la colisión, a la demolición", sitúan fuentes de los populares cercanas al líder nacional. "Si dentro de tu propio Gobierno te llaman fascista, esa persona debería dejar de formar parte de ese Gobierno", insisten las mismas voces, en alusión a la expresión que empleó ayer la diputada de Podemos encargada de fijar posición en el debate de la ley del solo sí es sí, y que afeó que un "puñado de fascistas" quieran volver a llevar a las mujeres "al silencio y a la culpa" por eliminar el consentimiento de la norma.

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Pese a que alejan la posibilidad de una ruptura efectiva derivada de la expulsión del socio minoritario a pocos meses de las generales, en Génova abanderan el mensaje de que la sesión que este martes se vivió en el Congreso acredita que "el Gobierno está en funciones", y que en la Moncloa "no existe un proyecto común", sino que solo "pasa páginas" para mantenerse en el poder. En este punto, los populares creen que Sánchez ha perdido su "autoridad" frente a Unidas Podemos, un extremo que, a juicio de las mismas fuentes, el presidente del Gobierno escenificó ayer negándose a votar la toma en consideración de la reforma del solo sí es sí.

En efecto, Pedro Sánchez fue de las pocas señorías que no participó en la votación, además de diputados como Miriam Nogueras o Tomás Guitarte. "No votó para no votar en contra de su propio gabinete", censuran en el PP. El PSOE intentó un acuerdo in extremis hasta el último momento, tanto con Unidas Podemos como con socios habituales como ERC o Bildu, para evitar por todos los medios la foto con los populares en la votación. Pero fue imposible. Con todo, en el bloque del sí se posicionaron también otras fuerzas como Ciudadanos, PDeCAT, PNV o Coalición Canaria. Vox pasó a la abstención, mientras que ERC y Bildu apoyaron a Podemos en el no.

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Los populares censuran también que, ante la "desesperación" del Gobierno por las polémicas que le rodean —además del solo sí es sí, el Partido Socialista trata de salir del agujero provocado por el escándalo de Tito Berni—, el Ejecutivo haya llevado a primera página la corrupción del PP en general; y la supuesta relación de Feijóo con un narco gallego en particular. Este miércoles, durante la sesión de control, Pedro Sánchez ha sacado precisamente a colación las imágenes que revelaban la amistad que hace décadas mantuvo el actual líder de la oposición con Marcial Dorado. "Cuando subo a un barco, lo primero que hago es comprobar quién es el patrón. Y creo que me entienden", saltaba.

En el PP creen que el Ejecutivo está quemando balas antes de tiempo, y en Génova esperaban que el Gobierno les tirase a la cabeza los casos de corrupción del pasado cuando se acercasen las elecciones generales, que enfrentará de forma directa a Sánchez y Feijóo. Por ejemplo, el PSOE ha decidido activar en la Cámara Baja una comisión de investigación sobre el caso Kitchen, que llevaba meses estancada tras su aprobación en pleno, como contraataque a la ofensiva que ha desplegado el Partido Popular sobre el caso Mediador. Además de decenas de preguntas parlamentarias y peticiones de comparecencia, el Grupo Popular registró también una comisión de investigación en la Cámara Baja, por haberse convertido en el centro de operaciones de la trama que afecta al exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo.