Marcial Dorado, el capo de la buena estrella

Marcial Dorado, el contrabandista cuya supuesta relación de amistad con Alberto Núñez Feijóo airean los partidos de oposición para poner contra las cuerdas al presidente de la Xunta de Galicia, bate todos los récords de precocidad en la larga historia del narcotráfico en Galicia: entró en el negocio del contrabando a la temprana edad de siete años. Dorado, hijo de una sirvienta del patriarca Vicente Otero, capo entre los capos del contrabando de tabaco, comenzó a hacer trabajos para su patrón a esa edad.

La leyenda dice que Dorado siempre ha estado tocado por la buena estrella. Mientras los grandes nombres del narcotráfico en Galicia caían en manos de la Policía durante la década de los noventa, Dorado se mantuvo limpio: nunca le cogieron con las manos en la masa pese a que siempre estuvo bajo la lupa de los agentes destinado a la lucha contra el contrabando. De hecho, cuando en 1998 le tocó la lotería, muchos pensaron que el destino mimaba a Dorado.

Otro buen ejemplo de la buena suerte que le rodeaba, fue la manera tan espectacular de la que logró escabullirse cuando detuvieron a una de sus hijas, María Dorado Fariña, en el año 2009. María, colaboradora en la gestión de negocios familiares junto a su padre, llevaba un año de colegiada como abogada, cuando sus bufetes en Vilagarcía de Arousa fueron registrados por orden judicial. Los investigadores encontraron varios documentos que después incautaron.

El apellido Dorado no parece una casualidad. Teniendo en cuenta las múltiples propiedades que el supuesto amigo de Feijóo posee, parece un nombre hecho a medida. Cuatro fincas en Portugal, dos de ellas dedicadas exclusivamente a la producción de vinos, es sólo el aperitivo de un largo elenco. En total, Dorado posee 150 fincas en todo el territorio gallego, 10 locales comerciales en la ciudad de Santiago, y una antigua fábrica situada en la localidad de Vilanova de Arousa.

Además cuenta con diversas propiedades en Madrid, Sevilla, León, Ávila y Málaga. Por otro lado, le embargaron cuentas bancarias por un valor total de 3 millones de euros en Suiza y Bahamas.

La relación entre Marcial Dorado y Alberto Núñez Feijóo tiene su inicio a mediados de la década de los noventa. Ambos tenían un conocido perteneciente al grupo popular, que entre 1992 y 1996, ocupaba el cargo de vicepresidente y secretario general del Servicio Gallego de Salud. Una época en la que el actual presidente de la Xunta era el número dos de la Consejería de Sanidad dirigida por Romay; y Dorado, por su parte, ya había sido detenido en alguna ocasión por contrabando de tabaco.

Ese fue el inicio de una relación que Feijóo ahora describe tajantemente como indirecta: “en un contexto de ocio, nunca en el ámbito estrictamente laboral”, y que, según el presidente gallego, terminó en el momento en el que supo de los asuntos pendientes que Dorado tenía con la Justicia.

A pesar de ello, las últimas fotografías publicadas por el El País, y que han hecho saltar la supuesta relación de amistad a la primera línea mediática, muestran cómo de alguna forma el presidente de la Xunta de Galicia y el narcotraficante sí compartieron algunas vivencias juntos -más propias de una amistad que de una simple relación- como viajes varios, paseos en barco, e incluso cenas en casa del 'narco' según publica el citado diario.

Sin embargo, tras la polémica, Nuñez Feijóo, se ha apresurado hoy en rueda de prensa a afirmar que no dimitirá porque siempre actuó “dentro de la ley”, y ha asegurado que "no firmó en absoluto" contratos con la "persona que aparece en las fotos".