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Feijóo amplía la brecha con Vox y Cs y apoya el cupo vasco sin debatirlo en el Congreso
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Feijóo amplía la brecha con Vox y Cs y apoya el cupo vasco sin debatirlo en el Congreso

El PP blinda su apoyo al régimen foral y persiste en un acercamiento al PNV para afianzar futuras sinergias parlamentarias. Abascal y Arrimadas reprochan que Génova avale el trámite de urgencia, que no admite enmiendas

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Mariscal)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Mariscal)
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El PP ha sido una de las fuerzas de la oposición que más han criticado el uso de la tramitación parlamentaria de urgencia por parte del Gobierno como vía para acelerar los pactos del Ejecutivo con sus socios parlamentarios. A juicio de la dirección del Grupo Popular, liderada por Cuca Gamarra, acortar los tiempos implica, en parte, recortar la "participación de la sociedad" por la ausencia de un "debate sereno" en las Cortes. Pero ese razonamiento tiene excepciones. Y la renovación del cupo y concierto vasco es una de ellas. Este martes, el partido de Alberto Núñez Feijóo unió sus votos a los de PSOE y PNV para tramitar el proyecto por este procedimiento y por lectura única, que reduce los plazos y envía la norma directamente al pleno del Congreso, sin pasar por ponencia ni comisión y sin admitir enmiendas.

En realidad, la postura esgrimida no es una novedad en el PP, pero constata su compromiso con un frente vital para el PNV que certifica su intención de persistir en un acercamiento a los nacionalistas vascos de cara a futuras sinergias parlamentarias. En el pasado, la actualización del cupo no levantaba tanto alboroto parlamentario, pero el rechazo frontal de Cs y Vox evidencia la soledad de los populares a la hora de avalar, junto al PSOE, la autonomía del País Vasco y la especificidad de su sistema tributario.

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el consejero de Hacienda vasco, Pedro Azpiazu. (EFE)

Así las cosas, el Congreso aprobará el próximo jueves y con los citados apoyos el proyecto de ley sobre el régimen foral vasco, al que se suma la modificación del convenio económico con Navarra para concertar nuevos impuestos, como el gravamen a la banca y a las energéticas o el impuesto a grandes fortunas. En lo referente al País Vasco, el PP avalará con sus votos que la aportación de esta región al Estado para el quinquenio comprendido entre 2022 y 2026 se fije en los 1.472 millones de euros anuales, un cálculo que, a ojos de Ciudadanos y Vox, se realiza de forma totalmente opaca. "El PP decide ponerse una venda en los ojos solo para agradar al PNV", recelan fuentes cercanas a Santiago Abascal.

Desde el Grupo Parlamentario Popular, por su parte, se desmarcan de las dos fuerzas de la oposición y denuncian que se critique un procedimiento que, históricamente, ha seguido la vía rápida y por lectura única en el Parlamento porque proviene de un acuerdo ya cerrado entre la Administración central y la regional, y que cuenta con el respaldo del partido que en ese momento ocupa el liderazgo de la oposición. El portavoz popular que se encargó este martes de fijar posición en el Congreso, Gabriel Elorriaga, explicó que ningún partido debería oponerse a la "singularidad vasca y navarra" porque "emana" de la Constitución. Borja Sémper, por su parte, destacó horas antes del debate parlamentario que podría existir un "problema" si el cálculo del cupo "responde a intereses políticos", un detalle que, a su juicio, está bien cuidado por la dirección de su grupo en el Congreso.

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy (i) y el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Salvador Sas)
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"Cada cinco años, PSOE y PP siguen pagando el peaje al PNV y siguen tirando a la papelera el principio básico de la igualdad de todos los españoles", se despachó por su parte la líder de Ciudadanos en la Cámara Baja, Inés Arrimadas, que censuró especialmente la elección de la tramitación urgente avalada por el PP, pese al rechazo frontal que suelen exhibir los populares a este tipo de procedimiento. "Se avergüenzan de lo que hacen, es un ejercicio de absoluta opacidad", criticó.

El razonamiento de la dirigente liberal fue ratificado horas después desde la tribuna por el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, que volvió a poner el acento en el veto conjunto de PSOE y PP a la participación de "expertos" y "técnicos" que avalen el montante a deber al Estado para financiar los servicios centralizados de los que también se benefician los ciudadanos vascos, y que técnicamente se denominan cargas no asumidas. "Esto es el cheque que les tienen que pagar a estos señores", exclamó, señalando a la bancada del PNV. "Esto se llama vivir de gorra en el País Vasco", reiteró.

En el mismo sentido se expresó la diputada de Vox en el Congreso Inés Cañizares, que señaló también al PP por tratar de "beneficiarse", junto al PSOE, de los "favores" del PNV gracias a la tramitación por la vía de urgencia de la financiación ad hoc de "unos cuantos españoles", mientras la reforma del sistema de financiación autonómico "lleva años aparcada" en el Ministerio de Hacienda. "Este procedimiento legislativo hurta a esta Cámara la posibilidad de someter estas iniciativas a un debate adecuado y riguroso", denunció, un argumento que acostumbra a explotar también el PP en otros asuntos de la agenda legislativa del Gobierno.

El apoyo del PP de Feijóo al cupo vasco certifica que el nuevo líder popular mantendrá a flote el compromiso que adquirieron sus predecesores con el régimen foral, y engorda la lista de guiños del político gallego al PNV, en parte para recuperar el vínculo que se rompió con la moción de censura contra Mariano Rajoy. Feijóo ha apostado de forma decidida por restaurar su relación con los jeltzales, que ya apoyaron al citado expresidente del Gobierno y, antes, a José María Aznar. Desde que llegó a Génova, el líder popular ha buscado un acercamiento con Andoni Ortuzar —con el que se reunió oficialmente el pasado mes de octubre—, así como con el lendakari, Iñigo Urkullu.

Génova no duda en dar rienda suelta a ese cortejo pese a las evidentes incompatibilidades con Vox, una circunstancia que incomoda enormemente al partido liderado por Santiago Abascal, cuya única posibilidad de llegar a la Moncloa pasa por firmar un acuerdo con Núñez Feijóo. El PP, por su parte, apuesta por intentar la geometría variable, sin ocultar que prefiere dar carta de prioridad a los jeltzales que al partido ultraconservador. "En muchas cuestiones, es más fácil hablar con Urkullu y el PNV que con Vox", aseguró Feijóo el pasado mes de agosto. Con este panorama, Abascal comienza ya a dibujar sus líneas rojas y mantiene su advertencia al líder gallego: el triángulo entre PP, Vox y el PNV es "imposible".

El PP ha sido una de las fuerzas de la oposición que más han criticado el uso de la tramitación parlamentaria de urgencia por parte del Gobierno como vía para acelerar los pactos del Ejecutivo con sus socios parlamentarios. A juicio de la dirección del Grupo Popular, liderada por Cuca Gamarra, acortar los tiempos implica, en parte, recortar la "participación de la sociedad" por la ausencia de un "debate sereno" en las Cortes. Pero ese razonamiento tiene excepciones. Y la renovación del cupo y concierto vasco es una de ellas. Este martes, el partido de Alberto Núñez Feijóo unió sus votos a los de PSOE y PNV para tramitar el proyecto por este procedimiento y por lectura única, que reduce los plazos y envía la norma directamente al pleno del Congreso, sin pasar por ponencia ni comisión y sin admitir enmiendas.

Partido Popular (PP)
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