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Agricultura da la última estocada a Garzón y entierra su plan para el etiquetaje de alimentos
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Agricultura da la última estocada a Garzón y entierra su plan para el etiquetaje de alimentos

Los choques entre el departamento de Planas y Consumo han sido una constante desde el inicio de la legislatura, hasta el punto de derivar en una nula interlocución entre ambos ministerios

Foto: El ministro de Consumo, Alberto Garzón, junto a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el de Agricultura, Luis Planas. (EFE/J.J. Guillén)
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, junto a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el de Agricultura, Luis Planas. (EFE/J.J. Guillén)

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha trasladado a la industria alimentaria que el Gobierno no implantará durante esta legislatura el plan promovido por el Ministerio de Consumo para hacer obligatorio el denominado semáforo nutricional. Un sistema de etiquetaje de alimentos en función de su calidad nutricional. Se trata de una de las medidas recogidas en el programa del Gobierno de coalición, pero a la que Planas puso objeciones desde el primer momento tras el rechazo del sector, retrasando su implantación. En lo que resta de mandato, no está previsto desarrollarlo y ha dejado de figurar en la carpeta de iniciativas de Alberto Garzón.

De hecho, tanto el ministro de Consumo como los socialistas buscarán también frenar su implantación a nivel europeo. La medida está pendiente de aprobar en el Parlamento Europeo y no es una prioridad del Ejecutivo desatascarla durante su presidencia de turno del Consejo, que al coincidir con la recta final de la legislatura en Bruselas ha fijado parte de sus objetivos en empujar acuerdos pendientes. Desde el departamento de Agricultura, se confía en que no saldrá adelante en los 15 meses que restan hasta las próximas elecciones europeas.

Foto: Pedro Sánchez, durante el acto de este sábado en Zaragoza. (EFE/Javier Belver)

El programa de coalición recoge entre sus medidas que el etiquetado de los alimentos "deberá reflejar la calidad de los productos conforme al modelo del semáforo nutricional". La introducción de este sistema ya se atascó al inicio de la legislatura, provocando varios retrasos, hasta descartarlo ahora finalmente por la oposición de una parte de la industria alimentaria debido al impacto negativo que consideran tendría en su negocio. La medida se planteó para visibilizar de forma clara en todos los productos las calorías, azúcares, grasas, grasas saturadas y sal que aportan por cada ración. En función del color de las etiquetas, que iría del verde oscuro al rojo, se determinaría la calidad nutricional de cada producto.

Los choques entre Agricultura y Consumo han sido una constante desde el inicio de la coalición, y han derivado al punto de haber una nula interlocución entre ambos departamentos. La campaña para reducir el consumo de carne, que lanzó el ministro Alberto Garzón en los primeros compases del mandato, se topó con una oposición frontal de Planas, que encabezó las críticas de la parte socialista y arrastró a ellas a la Moncloa.

Los choques entre Agricultura y Consumo han sido una constante desde el inicio de la legislatura

Los intereses contrapuestos, entre consumidores e industria, se hicieron más evidentes desde entonces. Con menos éxito, el titular de Agricultura se opuso también al aumento del IVA para las bebidas azucaradas y edulcoradas. Otra de las medidas incluidas en el acuerdo de gobierno dentro del apartado de "derechos de las personas consumidoras" y que en este caso sí salió adelante.

Menos suerte tendrá otro de los planes estrella de Garzón para regular la publicidad dirigida a menores de alimentos poco saludables. La Moncloa lo ha eliminado del plan anual normativo del Gobierno después de que se comprometiese para el pasado año. Las resistencias, una vez más, de la industria, y en este caso sumadas a las advertencias de la CNMV para priorizar los mecanismos de autorregulación a la hora de limitar la comunicación comercial, acabaron dando al traste con la iniciativa. En el departamento que lidera Garzón tacharon la autorregulación de insuficiente, basándose en los datos de sobrepeso y obesidad infantil y en las evidencias de la publicidad como una de sus principales causas.

Actividad legislativa

Desde Consumo, se ha acusado directamente a Planas de fagocitar esta medida bloqueándola desde el principio. El texto del decreto, que llegó a publicar el ministerio, recogía que "se prohíbe la aparición en las comunicaciones comerciales sometidas a este real decreto de madres o padres, educadores, docentes, profesionales de programas infantiles, deportistas, artistas, influencers, personas o personajes de relevancia o notoriedad pública, sean estos reales o de ficción, que por su trayectoria sean susceptibles de constituir un modelo o ejemplo para las personas menores de edad". Nunca llegó al Consejo de Ministros.

Unas presiones que el titular de Consumo ya recibió con la ley para limitar la publicidad de las casas de apuestas, pero que finalmente logró sacar adelante "sin medias tintas". Consumo incluso logró endurecer las restricciones publicitarias de las casas de apuestas y los patrocinios en equipos deportivos respecto al proyecto inicial, más centrado en "un paradigma regulatorio y no prohibitivo".

Consumo solo tiene en cartera para lo que resta de legislatura un decreto para regular el etiquetado en alfabeto braille y otros formatos. Asimismo, este ministerio será coproponente de la ley de Justicia para la protección de los intereses colectivos de los consumidores, que adapta una directiva europea sobre aspectos procesales y regula las entidades habilitadas y el control que se debe llevar a cabo desde el Ministerio de Consumo.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha trasladado a la industria alimentaria que el Gobierno no implantará durante esta legislatura el plan promovido por el Ministerio de Consumo para hacer obligatorio el denominado semáforo nutricional. Un sistema de etiquetaje de alimentos en función de su calidad nutricional. Se trata de una de las medidas recogidas en el programa del Gobierno de coalición, pero a la que Planas puso objeciones desde el primer momento tras el rechazo del sector, retrasando su implantación. En lo que resta de mandato, no está previsto desarrollarlo y ha dejado de figurar en la carpeta de iniciativas de Alberto Garzón.

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