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El Congreso retrasa el debate sobre el solo sí es sí: empezará a tramitarse un día antes del 8-M
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EL PSOE QUEDA EN MANOS DEL PP

El Congreso retrasa el debate sobre el solo sí es sí: empezará a tramitarse un día antes del 8-M

Tras la decisión de Unidas Podemos de abstenerse sobre la tramitación de urgencia, los socialistas han quedado en manos de PP y Vox, que sí la han avalado. Para abordarlo el pleno del 21-23 requerían unanimidad, y ERC ha partido la baraja

Foto: La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), conversa con la responsable de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Fernando Villar)
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), conversa con la responsable de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Fernando Villar)

El Congreso de los Diputados no abordará el primer debate sobre la reforma del sí es sí antes del 7 de marzo, sólo un día antes del 8-M. La Junta de Portavoces requería de unanimidad para introducir el debate sobre la admisión a trámite de la norma en el pleno de la próxima semana, y el PSOE, el partido que promueve una proposición de ley unilateral para modificar esta ley, se ha chocado con la decisión del resto de portavoces. Fuentes parlamentarias aseguran que, al ser necesaria la unanimidad para introducir este debate y su votación en el próximo pleno, entre el 21 y el 23 de febrero, ha bastado que ERC y Bildu anunciaran su rechazo. Sus portavoces, Gabriel Rufián y Oskar Matute, habían anticipado una hora antes que, sin un acuerdo en el Gobierno, votarían en contra.

El portavoz del PSOE, Patxi López, ha reconocido en rueda de prensa que la Junta había cerrado este escenario, y ha rechazado la posibilidad de celebrar un pleno extraordinario en la primera semana de marzo. Salvo que se produzca un acuerdo que les lleve a acercar posiciones, la ley no podrá arrancar su tramitación antes del martes 7. La intención inicial del Gobierno era tener aprobada esta reforma antes del 8-M.La tensión entre los partidos del Gobierno es tal que el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha incidido en que su grupo también planeaba votar en contra de llevar esta reforma al pleno del martes 21. "Nos parecería un escenario trágico", aseguró Echenique, que se pudiese iniciar la tramitación de esta norma con el apoyo de PP y quizás, de Vox.

Foto: Irene Montero, en un acto de su partido. (EFE/Sergio Pérez)

Durante la mañana, ERC, Bildu o Más País han reforzado posiciones, reclamando al PSOE un acuerdo con la ministra de Igualdad, Irene Montero, antes de dar su aval a una reforma que permita frenar la sangría de rebajas de penas a agresores sexuales. "Que no cuenten con nosotros", advertía Rufián, tildando de "marciano" que el PSOE plantee reformar la norma "sin las creadoras del texto". Si el PSOE "quiere tirar millas sin el Ministerio", afirmaba, ERC "no va a estar en ello".

El PSOE espera que UP se abstenga

El PSOE confía como mal menor en que, finalmente, sus socios de coalición se acaben absteniendo en su reforma de la ley del solo sí es sí. Así lo deslizaban desde la cúpula del partido, reconociendo este lunes, a escasas horas de que la Mesa del Congreso calificase su iniciativa, la falta de acuerdo, pero haciendo hincapié también en las diferencias internas en los morados. Los posicionamientos con los que llegaban los grupos con representación en el órgano rector de la Cámara a la reunión de esta mañana marcan ya una tendencia. La calificación de la iniciativa se ha apoyado con unanimidad al tratarse de un trámite, pero para su tramitación de urgencia los socialistas han quedado en manos del PP, tras optar Unidas Podemos por la abstención. Formalmente, la votación se efectuará en el pleno de admisión a trámite, pero los grupos ya han dejado claras sus posiciones. De hecho, los populares han rescatado al PSOE adelantando su voto a favor para facilitar la tramitación de urgencia que acorta los plazos a la mitad, aunque reclamaron para ello a los socialistas que presenten una solicitud motivada.

Foto: Pablo Echenique e Ione Belarra. (EFE/Fernando Villar)

"Dependerá del debate en el interior de Unidas Podemos. Entre ellos también se están midiendo", aseguran fuentes cercanas a las negociaciones sobre el sentido del voto de sus socios cuando la reforma llegue a pleno. Se da por descontado que el grupo parlamentario de Unidas Podemos votará unido, al mismo tiempo que se apunta a un rechazo del Ministerio de Igualdad a apoyar su reforma, frente al sector de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, más conciliador. Como resultado de estas dos premisas, podrían acabar absteniéndose para corregir las fallas de una norma que ya ha provocado más de medio millar de revisiones de sentencias a agresores sexuales. Una tendencia que ha quedado hoy reflejada en la votación de la Mesa del Congreso.

La abstención de Unidas Podemos no colmaría el objetivo de los socialistas de no tener que depender del PP, pero suavizaría las consecuencias del choque dentro de la coalición. Al mismo tiempo, evitaría el voto en contra de otros socios parlamentarios que, como EH Bildu y ERC, han avanzado que solo apoyarán una reforma que cuente con el aval del departamento de Igualdad, encabezado por la dirigente de Podemos, Irene Montero. Otros dirigentes de Unidas Podemos no contemplan, a día de hoy, esa abstención.

"No van a dividir el voto", apuntan desde la cúpula socialista para dibujar como opción más plausible una abstención. Aunque desde el PSOE buscan el mayor respaldo posible a su reforma, durante los últimos días han pasado de negar los votos del PP a abrirse a su apoyo y hasta a "hablar" con el principal partido de la oposición. Todo ello, al mismo tiempo que han constatado la falta de avances en las conversaciones con los morados. Tanto es así que las mismas fuentes conocedoras de las negociaciones para la reforma ponen en duda que Igualdad esté a favor de realizar una modificación en el texto.

"Es entendible que le duela corregir su ley", reconocen desde la parte socialista del Gobierno, en referencia a Irene Montero, pero añaden que la única salida pasa por "abandonar el dogmatismo". Se insiste en que su propuesta de reforma mantiene el consentimiento como parte nuclear de la ley y justifican la inclusión de los subtipos penales de intimidación y violencia como la única forma de realizar una "corrección técnica" que evite a futuro las revisiones de penas. En Igualdad, niegan que su propuesta preserve el consentimiento, al obligar a las víctimas a pasar por un "calvario probatorio" para justificar las penas con violencia.

La respuesta del socio mayoritario es que esta salida es la que cuenta con el aval de los técnicos, principalmente de la comisión de codificación del Ministerio de Justicia, y retan a sus socios a presentar una enmienda si creen que hay otras salidas para corregir la ley. De hecho, desde Justicia ya se dejó entrever que las propuestas que les habían realizado desde Igualdad carecían de solvencia jurídica o eran inválidas para evitar las rebajas de penas.

El cruce de reproches en los últimos días no ha favorecido el diálogo entre los socios, que sigue en un punto muerto. Desde Podemos, se ha acusado al PSOE de ser un partido conservador, que ha caído en la presión de la derecha para reformar la ley y "volver al Código Penal de La Manada". La vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se limitaba a responder este lunes en rueda de prensa desde Ferraz que "nosotros sí vamos a cuidar la coalición". Sí reconocía que estas críticas "duras" contra el PSOE "provienen principalmente de la derecha, pero no solo".

Foto: Irene Montero en una foto de archivo. (EFE/Chema Moya)

Los socialistas han pedido en privado a sus socios que rebajen el tono de las declaraciones que, aseguran, sientan mal en parte de sus filas cuando, dentro de unos meses, tras las elecciones, deberán tener que entenderse para sumar. "La discrepancia no la capitaliza nadie", trasladan desde la dirección del PSOE, aun asumiendo que se trata de algo habitual en las coaliciones cuando se acerca el periodo preelectoral.

Estos choques y las tensiones de las últimas semanas han generado hastío en las filas socialistas. Tanto en la Moncloa como en Ferraz y el grupo parlamentario del PSOE han elevado el tono contra sus socios, acusándolos de falta de responsabilidad y de no medir las consecuencias de un choque que no solo agrieta el Ejecutivo, sino que pone en riesgo su reedición tras las elecciones generales.

Foto: Pedro Sánchez durante su entrada al Consejo Europeo en Bruselas. (EFE/Stephanie Lecocq)

Los socialistas señalan entre las causas de esta crisis la propia división interna dentro de Unidas Podemos, por la disputa que mantienen Podemos y Yolanda Díaz respecto al papel de los primeros en una hipotética candidatura electoral conjunta. Esta pérdida de control de la coalición por parte de Sánchez, convertida en un tripartito y con las dos patas de Unidas Podemos pendientes de decidir si concurrirán juntas o por separado a las elecciones, ha acabado por alentar que el PSOE imponga su mayor peso para tomar decisiones unilaterales como la reforma de la ley del solo sí es sí. Queda margen todavía para la negociación, aunque desde el primer partido del Gobierno ya se resignan a que, más que un acuerdo, logren una abstención para evitar así un rechazo explícito con consecuencias imprevisibles para la coalición.

El Congreso de los Diputados no abordará el primer debate sobre la reforma del sí es sí antes del 7 de marzo, sólo un día antes del 8-M. La Junta de Portavoces requería de unanimidad para introducir el debate sobre la admisión a trámite de la norma en el pleno de la próxima semana, y el PSOE, el partido que promueve una proposición de ley unilateral para modificar esta ley, se ha chocado con la decisión del resto de portavoces. Fuentes parlamentarias aseguran que, al ser necesaria la unanimidad para introducir este debate y su votación en el próximo pleno, entre el 21 y el 23 de febrero, ha bastado que ERC y Bildu anunciaran su rechazo. Sus portavoces, Gabriel Rufián y Oskar Matute, habían anticipado una hora antes que, sin un acuerdo en el Gobierno, votarían en contra.

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