7.600 afiliados votarán el futuro Ciudadanos: dos de cada tres han abandonado el partido

La caída de Ciudadanos como uno de los grandes fenómenos de la vieja nueva política puede medirse en debacle electoral, pero también en la pérdida de fuerza militante. Dos de cada tres afiliados que participaron en las últimas primarias, de marzo de 2020, en las que salió elegida líder Inés Arrimadas tras la salida de Albert Rivera de la vida institucional, han dejado ya el partido. La formación afronta una grave crisis de existencia y decidirá su incierto futuro orgánico los próximos días 9 y 10 de enero, entre la lista impulsada por la propia Arrimadas, liderada por el eurodiputado Adrián Vázquez, o la que encabeza Edmundo Bal. Apenas 7.600 afiliados están llamados a votar en las primarias.

Pocos días después de eso, se celebrará el gran acto de refundación. La pérdida de simpatizantes es galopante. Hace dos años había 21.000 inscritos llamados a votar, aunque solo la mitad llegó a hacerlo: 2.750 votos fueron a parar a Francisco Igea, que perdió contra los 9.480 de Arrimadas.

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Solo durante el año 2021, como informó este periódico, uno de cada tres afiliados de Ciudadanos se dio de baja del partido. Perdieron un 30% de sus miembros y, aunque esperaban terminar el año con 18.000 personas, finalmente se quedaron en algo más de 12.300. La proporción ahora es algo mayor, y la caída en los inscritos se ha concentrado en apenas tres años. Los mismos en los que, precisamente, la formación atravesó sus momentos más complejos.

Y, por eso, anda inmersa en un proceso para retomar el rumbo. Aunque el partido tiene una larga trayectoria a sus espaldas, no fue hasta 2015 cuando dio un salto cualitativo y se convirtió en una fuerza parlamentaria de peso. Pero esa travesía duró apenas una legislatura, y desde entonces llevan en crisis. Para tratar de relanzar el proyecto, convocaron los días 14 y 15 de enero una asamblea general que abordará su estrategia definitiva. Será ahí donde la lista elegida se estrenará al frente de Ciudadanos.

En este tiempo no solo perdieron militantes, sino también a muchas figuras clave en el pasado como Toni Roldán, Javier Nart o, más recientemente, Juan Marín e Ignacio Aguado. Cs pretende reflotar con nuevas listas en las que aparecen muchos de sus rostros más conocidos, empezando por los líderes enfrentados, Arrimadas y Bal. Y en las que también cobran peso otros perfiles que, hasta ahora, no tenían un rol protagonista en las decisiones orgánicas de la formación, como Adrián Vázquez o Patricia Guasch.

Entre los partidarios de Edmundo Bal hay diputadas en el Congreso, como Sara Giménez y Mari Carmen Martínez Granados, o el concejal Santiago Saura. También manifestaron públicamente su apoyo al onubense otros líderes locales y territoriales, como el candidato a la alcaldía de Sevilla, Miguel Ángel Aumesquet, o la protagonista de la moción de censura en Murcia, Ana Martínez Vidal. Del otro lado están la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís —que tenía a Saura como número dos pese a que ahora ambos apoyan listas distintas—, el parlamentario nacional Guillermo Díaz o el catalán Carlos Carrizosa, muy cercano a Arrimadas. Pero la clave no estará en ellos: el 70% de afiliados en Ciudadanos no avalaron aún ninguna de las propuestas. Los silenciosos jugarán un rol fundamental para definir el futuro del partido que un día pudo entrar a gobernar.