Ciudadanos naufraga en la búsqueda de unidad: Bal y Arrimadas trocean el partido y ultiman sus propias listas
El abogado del Estado ofreció a la presidenta de la formación mantener la portavocía del Congreso a cambio de liderar él el partido, pero "respondió con una carcajada". Villacís podría salir del partido si Bal se impone en las primarias
Los primeros espadas de Ciudadanos han comenzado ya a tomar partido ante un choque de trenes inevitable. Inés Arrimadas y Edmundo Bal irán a la guerra. Los "esfuerzos" que ambos aseguran haber hecho por buscar una lista de unidad —con la que se especulaba en los últimos días— han saltado definitivamente por los aires, a pesar de que una y otra parte asumen en privado que la batalla intestina enterrará las pocas posibilidades de supervivencia electoral del autodenominado centro político. Arrimadas cuenta con importantes activos para competir con su otrora "amigo y mano derecha" Bal, como Begoña Villacís o Guillermo Díaz. El abogado del Estado ha conseguido arrastrar, por su parte, a la mayoría del grupo parlamentario. Los dos pronostican una derrota sin paliativos del contrario. Las bases decidirán el 11 y 12 de enero. El veredicto condicionará el futuro político de parte de la ejecutiva naranja y redefinirá su vertiente ideológica hacia el centro derecha o hacia el progresismo de cara al próximo ciclo electoral.
En medio de la elevada crispación política por la controvertida agenda legislativa del Gobierno, Arrimadas y Bal han mantenido diferentes contactos en los últimos días para no abrir una profunda herida en un partido que ya lucha por su supervivencia. El principal escollo de la negociación para alumbrar una lista integradora, y que el propio Edmundo Bal puso encima de la mesa en los últimos días, era que Inés Arrimadas renunciase a la portavocía parlamentaria. La negativa de la primera llevó al abogado del Estado a proponer in extremis a la actual presidenta de Ciudadanos otra salida: que siguiese al frente de este cargo, pero que, a cambio, le aceptase a él como líder político de la formación. "Ella respondió con una carcajada", se lamentó.
El último contacto entre los dos dirigentes se produjo el pasado martes. En el entorno de Arrimadas, explican que la oferta ni siquiera la hizo Bal, sino el diputado Juan Ignacio López-Bas, uno de sus afines. "Propuso que él se quedase con el partido, y ella con la portavocía en el Congreso. Una cosa ridícula. Un 'quítate tú para ponerme yo", inciden. El entorno de la líder naranja prevé una victoria en las primarias del próximo enero, convencidos de que los nombres que ha ido incorporando Bal son una especie de retales o rebotados del proceso de desintegración del partido tras las sucesivas debacles electorales. Fuentes de la ejecutiva aseguran, incluso, que Bal ya ha recibido varias negativas de cargos a los que ha tanteado para incorporar a su proyecto.
El candidato que liderará la lista de Arrimadas se hará público esta semana o al principio de la próxima, según fuentes involucradas en el proceso. Todavía no ha trascendido ninguno de los cargos que la integrarán, más allá de la presidenta del partido, aunque el líder ya está decidido. Será alguien con peso en la formación y que ha tenido responsabilidades bajo las siglas de Ciudadanos. En su entorno, insisten en que no será Arrimadas quien lidere la lista con la que se enfrentará a Bal para dirigir el partido, aunque lleve su sello. Si consigue vencer a Bal, lo que sí se plantea es volver a encabezar la candidatura de las próximas elecciones generales.
Inés Arrimadas intentará aglutinar en su equipo a los miembros que han encabezado el proceso de refundación del partido. Entre ellos, se encuentran Guillermo Díaz, fiel escudero de la dirigente; Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid y último gran activo territorial de la formación; su mano derecha en el ayuntamiento, Mariano Fuentes, o la coordinadora del partido en Baleares, Patricia Guasp. Un nombre codiciado, que también formaba parte de la cuadrilla de refundación, es el eurodiputado Adrián Vázquez, que sonaba como tercera vía para el intento ya fracasado de impulsar una lista de unidad. De momento, ha tomado un papel neutral. También se ha quedado al margen María Muñoz, a la que se asimilaba en la lista de Edmundo Bal por su cercanía y conocida amistad y que, por ahora, ha rechazado integrarse en el bloque del abogado del Estado.
Edmundo Bal, por su parte, oficializó su candidatura este miércoles en la plaza de las Cortes y presentó a algunos de los dirigentes que formarán parte de su lista. El nombre más destacado es el de Santiago Saura, número dos de Begoña Villacís en las listas del Ayuntamiento de Madrid, que ha preferido un camino distinto al de la vicealcaldesa. Él ocupará la secretaría general del partido si logran vencer a Inés Arrimadas. Los nuevos estatutos aprobados por el partido hace unas semanas obligarían al dirigente, en caso de ratificarse, a renunciar a su puesto en el consistorio, ya que la secretaría general del partido es incompatible con ningún cargo público.
Por debajo de Bal y Saura se situarían en el organigrama Mari Carmen Martínez y Sara Giménez, ambas diputadas nacionales. En este bloque se sitúan también los diputados Juan Ignacio López-Bas y Miguel Gutiérrez; el único senador de Cs, Miguel Sánchez, o Juan Carlos Bermejo, el afiliado que en su día disputó a Ignacio Aguado las primarias del partido en la Comunidad de Madrid. El exvicepresidente de Castilla y León Francisco Igea ha apoyado también públicamente al dirigente en su batalla contra Arrimadas, pero por el momento no ha decidido si se integrará en la lista de Bal. "Que Paco haya anunciado su apoyo a Edmundo ya es síntoma de fracaso", ironizan fuentes del entorno de Arrimadas, que ya se batió en unas primarias contra Igea por la presidencia del partido.
El futuro de Villacís
La lucha intestina por el control del partido afecta de lleno a uno de los principales activos que mantienen los naranjas: el ayuntamiento de la capital. La incorporación del concejal Santiago Saura en las listas de Edmundo Bal alimenta la percepción de la división en el grupo municipal que encabeza Begoña Villacís. Como la marcha de Sofía Miranda, que ya supuso una crisis interna, el fichaje del edil del Distrito de Retiro ha dejado al descubierto que la imagen de unidad que proyecta la vicealcaldesa no se corresponde con la realidad.
Desde el entorno de Villacís, sin embargo, aseguran que no hay ningún problema con Saura y que ella estaba al tanto de este movimiento. “No afectará al trabajo en el grupo”, señalan fuentes del partido en Cibeles. Lo cierto es que Saura no es el único de los miembros del equipo de Villacís que han tomado partido por Bal. También lo ha hecho Miguel Ángel Lezcano, secretario de Organización de Ciudadanos Madrid.
El resultado de las primarias determinará el futuro de Villacís y del partido en la capital. Fuentes cercanas a la vicealcaldesa aseguran que ella no liderará la lista alternativa a Bal en ningún caso, pero sí la apoyará. Respecto al horizonte que se avecina, una victoria de Bal condicionará, y mucho, la candidatura de la líder naranja en la ciudad. “El proyecto la tiene que representar”, señalan a El Confidencial, dejando claro que si el portavoz parlamentario se impone a los afines de Arrimadas, ella podría salir de la formación.
La propia Begoña Villacís se pronunció este miércoles en esa línea, con una crítica a Bal. "No me parece que sea lo que tenga que hacer Cs, que es un partido constitucionalista, que ha luchado siempre por la unidad de España, porque el PSOE no es lo que tenemos ahora. Ahora lo que tenemos es el partido de Sánchez y nosotros siempre hemos estado en contra del sectarismo, del dogmatismo, sobre todo de pactar con los que quieren romper España. Donde esté ese tipo de política, no vamos a estar nosotros", declaró.
Los primeros espadas de Ciudadanos han comenzado ya a tomar partido ante un choque de trenes inevitable. Inés Arrimadas y Edmundo Bal irán a la guerra. Los "esfuerzos" que ambos aseguran haber hecho por buscar una lista de unidad —con la que se especulaba en los últimos días— han saltado definitivamente por los aires, a pesar de que una y otra parte asumen en privado que la batalla intestina enterrará las pocas posibilidades de supervivencia electoral del autodenominado centro político. Arrimadas cuenta con importantes activos para competir con su otrora "amigo y mano derecha" Bal, como Begoña Villacís o Guillermo Díaz. El abogado del Estado ha conseguido arrastrar, por su parte, a la mayoría del grupo parlamentario. Los dos pronostican una derrota sin paliativos del contrario. Las bases decidirán el 11 y 12 de enero. El veredicto condicionará el futuro político de parte de la ejecutiva naranja y redefinirá su vertiente ideológica hacia el centro derecha o hacia el progresismo de cara al próximo ciclo electoral.
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