Luisa Segoviano, la magistrada acostumbrada a romper techos de cristal
Primera mujer elegida presidenta de Sala en el Tribunal Supremo, la magistrada pasará ahora a integral otro tribunal, el de garantías, donde la presencia de las mujeres ha sido hasta no hace mucho minoritaria
María Luisa Segoviano está acostumbrada a romper techos, moldes y barreras. Este martes, rompió uno más, logrando acabar con el bloqueo que lastraba desde hace meses la renovación del Tribunal Constitucional. Un perfil irrechazable que supuso el empujón definitivo para que los bloques progresista y conservador del Consejo firmaran, al fin, un armisticio. Primera mujer elegida presidenta de Sala en el Tribunal Supremo, la magistrada, que se jubiló hace dos meses, pasará ahora a integrar otro tribunal, el de garantías, donde la presencia de las mujeres ha sido hasta no hace mucho minoritaria, aunque camina cada vez más hacia la paridad.
Natural de Valladolid, llegó al Supremo en 2006 con un largo bagaje a sus espaldas y se fue convirtiendo en una figura imprescindible del derecho del trabajo. El orden social ha sido la especialidad en la que brilló desde un inicio, sin descuidar la perspectiva de género y la igualdad también en el terreno laboral. Feminista y procedente de una familia de tradición judicial, nunca ha callado sus opiniones, ni siquiera las más polémicas. "En la foto de inauguración del año judicial, absolutamente todos son hombres", criticó, por ejemplo, en una entrevista concedida a TVE.
"Todavía faltan pasos. El paso fundamental es que no sea noticia que una mujer accede al Tribunal Supremo, que una mujer accede a la presidencia de una Sala del Tribunal Supremo o que una mujer pueda acceder un día de estos a la presidencia del Tribunal Supremo... Pero, para que deje de ser noticia, antes hace falta que el Supremo tenga una mujer como presidenta por primera vez en su historia", indicaba, en declaraciones a El Confidencial tras asumir su último destino.
Secretaria de Magistratura de Trabajo por oposición en 1974, ingresó como magistrada en la carrera judicial en 1987 por el turno reservado a juristas de reconocida competencia. Sus primeros años en el País Vasco estuvieron marcados por ETA y los asesinatos de compañeros: "Eran los años sombríos. Había cuestiones francamente inquietantes, días que de repente llegaba un aviso de que habían puesto una bomba", señala Segoviano. Cuando Calvo se trasladó de Bilbao a Madrid, el cambio de ciudad también fue motivo de celebración en su familia: "Me has devuelto los 10 años de vida que me habías quitado", le llegó a decir su madre.
Fue presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con sede en Burgos entre 1997 y 2002, y presidenta de la Sala de lo Social del mismo Tribunal Superior con sede en Valladolid entre ese año y 2006, cuando fue nombrada magistrada del Tribunal Supremo. En 2001, ingresó como académica de número en la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Valladolid con la lectura del discurso El derecho a la intimidad en el ámbito laboral. Desde enero de 2016 es presidenta de la citada academia. Ha ejercido la docencia como profesora asociada en el Departamento de Derecho Procesal de la Universidad de Valladolid (1989-2006) y es miembro del consejo asesor de la Revista Jurídica de Castilla y León desde su fundación en 2003.
Autora de varias publicaciones, en especial en materia procesal, de igualdad de género y concursal, ha escrito numerosos artículos sobre derechos fundamentales, utilización de las nuevas tecnologías en el despido, seguridad social y cuestiones procesales. También ha dirigido y participado en diversos cursos de formación organizados por distintos organismos e instituciones. Está en posesión de la cruz de honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
María Luisa Segoviano está acostumbrada a romper techos, moldes y barreras. Este martes, rompió uno más, logrando acabar con el bloqueo que lastraba desde hace meses la renovación del Tribunal Constitucional. Un perfil irrechazable que supuso el empujón definitivo para que los bloques progresista y conservador del Consejo firmaran, al fin, un armisticio. Primera mujer elegida presidenta de Sala en el Tribunal Supremo, la magistrada, que se jubiló hace dos meses, pasará ahora a integrar otro tribunal, el de garantías, donde la presencia de las mujeres ha sido hasta no hace mucho minoritaria, aunque camina cada vez más hacia la paridad.
- César Tolosa se convertirá en magistrado del TC tras ocupar la presidencia de una Sala del Tribunal Supremo Europa Press
- Siete claves para entender el bloqueo del TC, la reforma del Gobierno y el papel del CGPJ Pablo Gabilondo
- Moncloa tendrá en el TC el control sobre sus leyes aunque Campo y Díez se inhiban Beatriz Parera