Vox fía toda su estrategia a la moción de censura: "La gente nos pide que hagamos algo"

La estrategia de Vox a las puertas del año electoral empieza y acaba en la moción de censura contra Pedro Sánchez. El partido liderado por Santiago Abascal fiará su futuro inmediato a este movimiento, incluso en el supuesto de que el PP no se sume a la iniciativa, como repite desde la semana pasada. "La gente nos pide que hagamos algo", señalan fuentes de la formación, conscientes de que es la mejor forma de conectar con el electorado en un momento de máxima tensión, en mitad de una grave crisis institucional y ante un futuro de incertidumbre económica.

Vox plantea un escenario excepcional, "el momento más delicado de la democracia en 40 años", que requiere de medidas excepcionales. Y aunque la dirección sabe que los números en el Congreso no alcanzan, basta con enviar el mensaje de que se ha hecho todo para sacar a Sánchez de la Moncloa. Creen que ni el adelanto electoral que reclama Alberto Núñez Feijóo ni los recursos de inconstitucionalidad que puedan presentarse tienen tanto impacto como una moción de censura, aunque sea fallida. El propio Abascal evidenció este lunes hasta qué punto la iniciativa marcará sus próximos pasos. "Ante la gravedad de la situación, nosotros actuamos en consecuencia. Nosotros nos creemos lo que decimos, no estamos en un teatrillo ni en un paripé", declaró en rueda de prensa desde la sede del partido.

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"Reclamar que haya elecciones está bien, pero no es suficiente", advierten desde la formación ultraconservadora, en alusión a la petición de Feijóo. Así, desde Vox consideran que presentar la moción de censura es una "obligación moral" de todos los diputados del Congreso ante la "deriva totalitaria" del Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos. Y debe hacerse sea cual sea el resultado, porque retrata a todos: "O con Sánchez o contra Sánchez".

Vox rechaza que la aritmética parlamentaria sea un argumento suficiente para despreciar esta idea. El razonamiento que trasladó Abascal es que si se utilizara ese criterio para todo, ninguna de las iniciativas de la oposición se plantearían porque todas están condenadas al fracaso. "Es nuestro trabajo", dijo.

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Como informó El Confidencial, Vox plantea armar una mayoría con un candidato de consenso que se comprometa a convocar elecciones. El perfil que buscan es el de alguien neutral, ajeno a los partidos políticos y con experiencia de gobierno. Fuentes cercanas a la dirección nacional aseguran desde el viernes que ya han comenzado a tantear a los futuribles, con varios nombres sobre la mesa, y que en los próximos días harán lo propio para dar con el representante ideal y sumar adhesiones entre los parlamentarios. Desde el partido, no han confirmado ni los plazos que manejan ni qué diputados están a favor, con la única certeza de que seguirán adelante a pesar de la negativa del PP.

Feijóo confirmó públicamente su rechazo a impulsar o apoyar ninguna moción de censura este lunes, una decisión en la que ha recibido el respaldo de Isabel Díaz Ayuso. "No vamos a brindar a Sánchez una victoria parlamentaria cuando tiene perdida la mayoría social de nuestro país. Sería un inmenso error", pronunció durante la tradicional cena del PP de Madrid. La opción de una moción de censura ni está ni se la espera en Génova.

Rumores sobre nombres

Desde que Abascal expuso esta idea han surgido varios nombres en torno a ese futuro candidato de consenso. El runrún de las conversaciones gira en torno a varios diputados, con Cayetana Álvarez de Toledo, Inés Arrimadas y Carlos García Adanero en boca de todos. Los tres, precisamente, estuvieron este lunes junto a Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros en la presentación del think tank impulsado por Juan Carlos Girauta, Marcos de Quinto, Alejo Vidal-Quadras y Esperanza Aguirre contra la "izquierda radical". La presencia en primera fila de estas figuras alimenta los rumores respecto a quién será el que lidere la moción, si es que finalmente se registra. También han sonado Rosa Díez o Joaquín Leguina, aunque Vox niega cualquier cónclave en ese sentido.

Feijóo, que el día 20 tendrá un nuevo cara a cara con Sánchez, se limitó a pedir un adelanto electoral para frenar el "deterioro" institucional de Sánchez. El discurso sobre la crisis del Estado de derecho es compartido en el fondo con Abascal, pero no hay ninguna coincidencia en las formas. En Génova no quieren ni escuchar hablar de la moción de censura y su única reclamación es la cita con las urnas. "Ha engañado al pueblo, a la gente, a todos, incluyendo a su partido. Si no, fíjense lo que están firmando exministros de Felipe González e, incluso, de Zapatero, pidiendo que no se siga engañando a la gente", subrayó Feijóo este lunes.

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La estrategia de Vox se enmarca en la ofensiva para "recuperar la democracia", supuestamente en su momento más bajo, y capitalizar el desencanto social contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Es el terreno donde más cómodo se siente. El partido combinará la exigencia de la moción de censura con nuevas movilizaciones en la calle, como la de hace 15 días en la madrileña plaza de Colón y la celebrada este fin de semana en Pamplona por la retirada de la Guardia Civil de las carreteras navarras. Todo el plan redunda en lo mismo: dar voz a la "España real" que, según ellos, ha quedado desplazada por las imposiciones del "consenso progre" de la izquierda.

Esta cuestión, precisamente, fue la inspiración de España decide, el programa político de Vox de cara a las próximas elecciones, tanto autonómicas y municipales como generales. Presentado hace dos meses en Viva 22, el macroevento organizado por el partido, es un intento de arrogarse la defensa de la democracia y plantear referéndums sobre "temas trascendentales" que presuntamente son silenciados a conciencia, como la soberanía energética, la inmigración, la educación, la igualdad o la ilegalización de los partidos separatistas, entre otros. Un modelo de inspiración suiza con el artículo 92 de la Constitución española como base.