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Las minas están cerradas, pero las ayudas al carbón aún le cuestan a España 100M al año
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EL COSTE DE LA ESPAÑA POS-CARBÓN

Las minas están cerradas, pero las ayudas al carbón aún le cuestan a España 100M al año

Solo queda abierta una mina, casi todas cerraron en 2019, pero las prejubilaciones e indemnizaciones a mineros siguen suponiendo millones de euros anuales a las arcas públicas

Foto: Mineros del pozo de San Nicolás (Mieres), el único que queda abierto en España, en 2017. (EFE/José Luis Cereijido)
Mineros del pozo de San Nicolás (Mieres), el único que queda abierto en España, en 2017. (EFE/José Luis Cereijido)

El 31 de diciembre de 2018, la Unión Europea le dio la puntilla a la minería de carbón. Todas aquellas explotaciones que habían recibido subsidios tendrían que cerrar o devolver las ayudas recibidas.

El número de trabajadores del sector ha pasado de 30.000 en 1994 a poco menos de mil en la actualidad, de los que solo 300 están realmente en activo, los que siguen extrayendo carbón del Pozo San Nicolás (Mieres, Asturias), el único que permanece abierto en nuestro país.

Aunque abrupto, el fin del carbón no fue realmente un punto final para el erario público, sino unos puntos suspensivos. Para extinguir por completo este combustible fósil —único autóctono y que antaño alimentó e impulsó toda la industria nacional— hicieron falta sucesivos planes de reconversión de las cuencas mineras. Zonas repartidas por Asturias, León, Ciudad Real, norte de Andalucía o Teruel, donde el carbón fue durante décadas una fuente de riqueza, pero cuyo cierre dejó atrás regiones absolutamente deprimidas, una situación que hubo que paliar con las ayudas, prejubilaciones o indemnizaciones que España todavía sigue abonando.

La gran pregunta es cuánto y la respuesta: más de 317 millones de euros entre 2018 y 2021.

Existen principalmente dos partidas, una destinada a los ayuntamientos para la construcción de infraestructuras que supuso 129.032.905 euros. Una gran cantidad de municipios antaño mineros no perciben ya este tipo de ayudas, actualmente delimitadas a un puñado de localidades en Castilla y León, Aragón, Asturias y la ciudad de Puertollano, en Ciudad Real.

La otra partida está destinada a empresas situadas en todas estas regiones, pero también a prejubilados o bajas indemnizadas del sector del carbón en toda España, que recibieron en ayudas por estos conceptos 188.537.719,8 euros entre 2018 y 2021.

Es la respuesta que el Ministerio de Industria ofreció a El Confidencial tras una petición de transparencia, inicialmente denegada, luego recurrida y varios meses después, respondida. La respuesta a este periódico no incluye las ayudas pagadas entre 1997 —cuando se puso en marcha el llamado Plan Miner que repartió, en total, una cantidad estimada hasta en 25.000 millones de euros para sacar adelante a los territorios afectados por el cierre de las minas de carbón— y 2018.

El legado del Plan Miner

Cuando se escucha Plan Miner o ayudas del carbón, la primera palabra que viene a la mente es despilfarro. En los últimos años se han publicado muchas historias sobre el reguero de cadáveres que las millonarias ayudas han dejado en localidades de toda España: polígonos industriales infrautilizados, museos, centros de interpretación de todo tipo, empresas abandonadas... incluso un camping de casi tres millones de euros que apenas genera dos puestos de trabajo tres meses al año en un pueblo berciano de 300 habitantes.

También existen, sin embargo, municipios donde las cosas se hicieron bien y el dinero del Miner ayudó a transformar poblaciones que dependían del monocultivo del carbón. Uno de estos ejemplos es Espiel, un pueblo cordobés ubicado a 50 kilómetros al noroeste de la capital. Este municipio tenía unos 2.500 habitantes cuando comenzó a recibir ayudas mineras. Hoy en día, los sigue conservando.

Puede parecer un logro modesto, pero solo hay que ver la tendencia de los pueblos vecinos en la comarca del Valle del Guadiato: todos han perdido entre un 19% y un 28% de su población entre 1998 y 2021. "Espiel perdió con la minería entre 70 y 80 puestos de trabajo y hemos logrado generar unos 400 empleos en todos estos años", explica a El Confidencial su alcalde, José Antonio Fernández. Con el empleo pasa exactamente lo mismo. Mientras en las cercanas Peñarroya Pueblonuevo, Fuente Obejuna, Belmez o Villanueva del Rey la afiliación ha caído entre el 20 y el 27% en los últimos 13 años, en Espiel ha crecido un 2,6%, algo meritorio, ya que no solo tienen los problemas propios de un pueblo exminero, sino los generales que afectan a todos los pueblos de España: baja natalidad, éxodo de jóvenes, población envejecida, etcétera.

"No sabría decir qué cosas hemos hecho distintas a otros pueblos, lo que sí sé es lo que hemos hecho", apunta el alcalde. Espiel entendió que todas las ayudas debían ir a infraestructura industrial, es decir, a poner suelo industrial barato a disposición de los empresarios que quisieran instalarse en el pueblo. "El ladrillo y el terreno es algo que al empresario no le genera beneficio alguno, y el beneficio el empresario lo mira en función del dinero que pueda ganar, mientras que el ayuntamiento lo que valoramos es la generación de empleo".

Fernández explica que recibió a muchos empresarios con propuestas llamativas, conocedores de que el pueblo tenía acceso a ese dinero del Miner, pero que pronto aprendió a recelar de aquellos que solo le regalaban los oídos con todos los puestos de trabajo que iba a generar en el pueblo. "Llevo ya muchos años como para que me cuentes historias, yo lo que quiero que me digan es que vienen aquí a ganar dinero y que me expliquen cómo, porque eso significará puestos de trabajo para la gente del pueblo", indica. "Yo le doy facilidades y él me da lo que necesito, que son empleos".

Espiel también tiene en común con otros sitios la apuesta por construir una residencia de ancianos con bastante capacidad, tal y como se lo definió "un señor de Bilbao, que me dijo que eso era el negocio del futuro para Andalucía". Así que amplió la residencia que hicieron, inicialmente con capacidad para 32 personas, hasta las 182. "En sitios así, es una generación de empleo seguro y actualmente da trabajo a 75 mujeres del pueblo".

El de Espiel, como casi todos los casos positivos en esto de las ayudas al carbón, es un caso pequeño. De entre los municipios más grandes, solo Laviana (Asturias) con 12.000 habitantes puede presumir de una creación de empleo positiva gracias, en parte, a este tipo de ayudas. El año pasado registraban un 16% más de afiliación que en 2009, eso sí, los trabajos, principalmente en el sector servicios, son hoy muy diferentes. Y la remuneración y otras condiciones, también.

El 31 de diciembre de 2018, la Unión Europea le dio la puntilla a la minería de carbón. Todas aquellas explotaciones que habían recibido subsidios tendrían que cerrar o devolver las ayudas recibidas.

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