Inclusión financia un congreso que invitó a un islamista radical en vías de expulsión de España

La polémica rodea a un congreso sobre islamofobia, financiado por el Ministerio de Inclusión, en el que iba a participar un islamista radical. Primero pronunciaron breves conferencias dos fiscales, después un capitán jefe de la Guardia Civil y, a continuación, estaba prevista la intervención del marroquí Mohamed Said Badaoui, al que el Ministerio del Interior tacha de radical y al que trata de expulsar porque le reprocha, entre otras cosas, adoctrinar a menores de edad. Badaoui, que reside en Reus desde hace 20 años, está encerrado, a la espera de su expulsión, en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona. No pudo tomar la palabra en público, pero sí lo hizo su abogado, Iván Jiménez Aybar, que arremetió contra Interior y contra la Policía poco después de que tomasen la palabra los fiscales y el guardia civil.

El IV congreso nacional Desmontando la islamofobia concluyó el miércoles por la tarde en la Facultad de Educación de la Universidad de Málaga. Lo organizó la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes, implantada en toda Andalucía, que encabeza Ahmed Khalifa. Al congreso asistieron unas 600 personas. Su financiación corrió a cargo del Programa Nacional de Prevención de la Islamofobia del Ministerio de Inclusión, pero también contó con ayudas europeas y del Ayuntamiento de Málaga, en manos del Partido Popular.

El congreso tenía, ante todo, un carácter “académico y profesional”, según reza en su presentación. La mayoría de los oradores fueron profesores de universidad. Los organizadores decidieron, no obstante, introducir al final de la primera jornada, la del martes 8, una entrevista con Mohamed Said Badaoui. “Cuando se elaboró el programa aún no estaba en el CIE”, precisa al teléfono Ahmed Khalifa. Cuando fue internado, le sustituyeron por su letrado, Jiménez Aybar que es profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y también asesor jurídico de los consulados de Marruecos en Tarragona, Lleida y Aragón, según indica su perfil en LinkedIn.

El anuncio de la participación de Badaoui suscitó cierto malestar entre algunos oradores en el congreso en desacuerdo con la invitación que le fue cursada. Solo uno, Antonio de Diego, profesor de historia de la Universidad de Sevilla y representante de Junta Islámica, se dio de baja sin aclarar los motivos. Junta Islámica es una asociación musulmana fundada en los años 70 por conversos españoles al islam, sobre todo andaluces, y que encabeza una mujer, Isabel Romero.

“Si se quiere combatir la islamofobia, es una gran torpeza invitar a dirigentes musulmanes que, aunque quizá sean inocentes, suscitan rechazo en parte de la sociedad española”, comentó un congresista que prefirió que no se desvelase su nombre.

Badaoui fue durante cinco años portavoz de la mezquita As Sunnah, de Reus, perteneciente a la corriente salafista del Islam, una de las más radicales. Después fundó en la misma ciudad la Asociación para la Defensa de los Derechos de la Comunidad Musulmana.

La secretaría de Estado de Seguridad, del Ministerio del Interior, inició el 5 de agosto los trámites para expulsarle a Marruecos acusándole de radicalismo, proselitismo, adoctrinamiento de menores y de representar una amenaza para la seguridad nacional. Su abogado pidió medidas cautelares, a la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, para paralizar así la expulsión, pero esta las rechazó en octubre. Badaoui ingresó entonces en el CIE. Él siempre rechazó esta acusación y en el Parlament de Cataluña recabó el apoyo de ERC, Junts, la CUP y En Común Podem, pero no así del PSC ni de los partidos de la derecha.

Badaoui adquirió una “proyección política bastante considerable y eso le convirtió a ojos de algunos en un radical”, argumentó Jiménez Aybar durante la entrevista que le hizo Ahmed Khalifa. La ley de extranjería que se aplica a Badaoui “posibilita que se pueda inventar una historia sobre una persona”, prosiguió el letrado. “Digo inventar y no que se tergiversen los hechos”, añadió. “Su caso es solo la punta del iceberg de lo que está ocurriendo en este país hace ya muchos años” con las expulsiones promovidas por Interior, concluyó.

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El Ministerio de Inclusión considera que es necesario costear un programa contra la islamofobia sobre todo después de conocer los resultados de la Encuesta sobre intolerancia y discriminación hacia las personas musulmanas en España que encargó y cuyos resultados divulgó hace dos años. Sus autores, los investigadores Rosa Aparicio y Gregorio Marañón, concluyen que “existen en España prejuicios hacia los musulmanes, lo que los sitúa entre los grupos que serían más rechazados y discriminados”.

“Estos prejuicios y sentimientos habrían aumentado en los últimos tiempos, siendo los medios de comunicación y el discurso de los políticos los principales responsables de dicho aumento, aparte de los actos terroristas perpetrados por musulmanes”, señala el análisis de la encuesta. “Lo que los encuestados perciben que más se rechaza de los musulmanes son las ideas que tienen sobre su cultura y valores, considerándolos incompatibles con la cultura y valores occidentales, especialmente el trato dado a las mujeres. Influiría también la imagen que se tiene de los musulmanes como violentos”.