Miles de estudiantes se echan a la calle por la salud mental en una treintena de ciudades

La salud mental cala cada vez más en el debate público. La pandemia fue un punto de inflexión y los jóvenes se han convertido en uno de los grupos que abanderan esta causa. Tanto es así, que este jueves ha habido concentraciones en 11 comunidades autónomas —Madrid, Cataluña, Andalucía, País Vasco, Valencia, Galicia, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y Extremadura— y 30 protestas en distintas ciudades del país, según los organizadores. La huelga estaba convocada por el Sindicato de Estudiantes, pues a la reivindicación del autocuidado se sumaba la mejora de la calidad en las aulas. El órgano sindical cifró en "miles" los alumnos que acudieron a la manifestación, y en "más de un millón y medio" los que no fueron a clase en institutos y universidades.

La protesta puso sobre la mesa varias reclamaciones para el mundo académico y el sanitario: desde aumentar un 10% el gasto en salud mental hasta otras mucho más ambiciosas, como la nacionalización de toda la sanidad privada y también de la industria farmacéutica. "No estamos ante un problema individual, sino del sistema capitalista", aventuró el sindicato en el balance posterior. "Los trastornos mentales, los TCA, el consumo disparado de antidepresivos y psicofármacos, (...) o que el suicidio sea la primera causa de muerte no natural entre los menores de 24 años revelan que algo no funciona", concluyeron.

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Otra de las reivindicaciones específicas que llevaron a las calles ha sido la creación de nuevas plazas de psicología y psiquiatría en los colegios, institutos, universidades, hospitales y centros de salud. "¿Cómo vamos a tener una buena salud mental si hay seis psicólogos por cada 100.000 habitantes?", cuestionaron, en referencia al dato más reciente para España que ofrece la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. De hecho, la misma entidad ya apuntó en un informe publicado hace un año que los jóvenes fueron los que más vieron afectada su salud mental con la pandemia, y también que hasta 11 países miembros de la OCDE tenían entonces solo un psicólogo (o ninguno) para esta misma cifra.

Opinión de los expertos

En España, fue el pasado mes de mayo cuando se aprobó una hoja de ruta para los próximos años. Se trata del Plan de Atención de Salud Mental 2022-2024, que el Ministerio de Sanidad presupuestó en 100 millones de euros y que tiene como líneas maestras la creación de una vía de atención al suicidio —que, según el Gobierno, recibió 15.000 llamadas y detectó 290 suicidios en su primer mes— y otros seis puntos estratégicos. Pero para algunos expertos, es insuficiente. Es el caso del vocal de la presidencia del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (COP), Fernando Chacón. "Este plan se anunció a bombo y platillo, pero están dando 100 millones para solucionar en algo más de tres años un problema sobre el que apenas se había actuado antes. Se queda muy corto", consideró, al igual que arremetió contra la "poca concreción" de las medidas que se proponen.

"El plan del Gobierno para la salud mental es poco ambicioso", declaran desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos

Las seis líneas estratégicas del plan enuncian algunos de los ámbitos a abordar, como el "refuerzo de los recursos humanos" o la "optimización de la atención integral a la salud mental en el Sistema Nacional de Salud". Pero no concreta en qué grado hacerlo, pues la competencia queda en manos de cada sistema autonómico. "Por un lado, se reconoce que debe aumentarse el número de plazas de salud mental, pero no se plasman unos objetivos claros. Es poco ambicioso", indicó Chacón. Este experto cree que atajar los problemas de salud mental a través de la sanidad pública —"no solo con psicólogos, sino también con psiquiatras e incluso otros sanitarios"— es uno de los caminos que hay que seguir.

¿Cuáles serían sus soluciones, o qué causas cree que agravan el problema por el que el jueves salieron tantos jóvenes a protestar? El especialista señaló varias cuestiones. Por un lado, hace falta cortar el tema de raíz. O, en otras palabras, elaborar nuevos programas preventivos que impartir en las escuelas para minimizar esfuerzos a la hora de buscar ayuda. "Es importante saber desde el primer momento cuáles son los síntomas, a qué profesional hay que acudir y tener claro que hacerlo no es extraño", ejemplificó. Además, hace hincapié en las dificultades que existen para coordinar las distintas administraciones que tienen alguna implicación. "La salud mental no se trata únicamente desde el ámbito sanitario, también desde el educativo y los servicios sociales. La actuación sociosanitaria es imprescindible, pero que suponga un trabajo conjunto de distintos departamentos termina ralentizándolo todo", reflexionó.

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Y luego está el tema de los psicofármacos. "En España, tenemos un consumo abusivo de este medicamento, lo hemos cronificado y ya no siempre lo usamos como complemento a la psicoterapia", lamentó Chacón. Algo que, a su modo de ver, está muy ligado a las propias grietas de la red de atención primaria. "Casi no hay psicólogos clínicos en los hospitales, y estos fármacos son lo único que pueden recetar cuando llega alguien con problemas de sueño o ansiedad en el trabajo", comentó, para añadir que "más allá de los hospitales, introducir este tipo de especialistas en los ambulatorios es una forma de acercar la salud mental a la ciudadanía, de hacerla más accesible y ofrecer opciones para los casos menos graves, pero que también dañan".

Sin embargo, el experto señala que en los últimos dos años —coincidiendo con la irrupción de la pandemia— es cuando más se ha comenzado a integrar a los psicólogos clínicos en la atención primaria. Según los datos internos que maneja el COP, muy pocas comunidades cuentan con ellos en algunos de sus centros de salud, y la cifra casi nunca es elevada. El registro lo lidera la Comunidad de Madrid, con 21 de estos profesionales, seguida de Asturias (8), Baleares (3) y la Región de Murcia (2). En Canarias, se ha anunciado un plan para incorporar a 18 especialistas próximamente, y muchos de estos números pueden quedar desactualizados, pues el órgano colegial advierte de que algunos datos son de 2021. "Y, aunque parezca mentira, en apenas un año ha habido bastante movimiento en este sentido", recordaron.

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Precisamente, varias administraciones autonómicas preguntadas por esta cuestión aseguraron que ya cuentan con psicólogos clínicos en sus consultas, o que trabajan en planes inminentes en materia de salud mental. Es el caso de Galicia, Cantabria, Navarra, Valencia o Asturias, por ejemplo. Casi todas estas regiones coinciden en que ha sido especialmente en los últimos años cuando se ha comenzado a trabajar más en salud mental. El Gobierno cántabro, por ejemplo, afirmó que llevan meses trabajando en un plan integral específico para ello, y que verá la luz "en cuestión de días".

El Principado, por otro lado, cifra en 10 sus psicólogos clínicos en atención primaria. La Xunta ya publicó su propia adaptación al plan de acción del Gobierno central. Pero la Consejería de Sanidad navarra advierte: "Que haya más o menos sanitarios especializados es un buen indicador, pero la solución debe ser mucho más transversal". Poco a poco, las demandas como las que este jueves escenificaban los jóvenes convocados por el Sindicato de Estudiantes se van haciendo eco en las actuaciones gubernamentales. Pero aparte de los pequeños o medianos pasos, los manifestantes incidieron en algo que va más allá: un plan de choque "urgente" y efectivo.