ERC planea un adelanto electoral tras las municipales de 2023 con Junts ya fuera del Govern

"Sin noticias". Así resume un dirigente de ERC el punto en que está la crisis con sus socios de Junts en la Generalitat. En los bautizados como posconvergentes, permanece la pugna entre los partidarios de romper jaleados por Carles Puigdemont y los pragmáticos que apuestan por buscar una salida airosa que les permita mantenerse en el Gobierno. Lejos de estar preocupados, los republicanos tienen su propia hoja de ruta, que pasa por una 'demolición controlada' de la coalición. Lo que variarán son los tiempos, según reconocen las fuentes consultadas, en función de los movimientos de Junts. La convicción en ERC es que hay que llegar a las autonómicas y municipales sin socio para ser el partido hegemónico.

Con el paso de los días, coge más fuerza en el entorno soberanista la teoría de que Pere Aragonès ha usado la coartada de la cuestión de confianza para tensar a Junts. El presidente catalán llevaba semanas fraguando la destitución del vicepresidente, Jordi Puigneró, como golpe ante el ala dura de los posconvergentes. Había incluso sustituto pensado, según publicó 'Crónica Global', que apuntaba al ascenso del consejero de Economía, Jaume Giró. "Si no es ahora, será el próximo año", sentencia un diputado republicano en el Congreso sobre el estado del pacto ERC-Junts.

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ERC ha puesto las luces largas. La fecha la marcó la CUP cuando, para favorecer la investidura de Aragonès en marzo de 2021, puso como condición que el presidente se sometiese a una cuestión de confianza en dos años. En 2023 empieza a correr el reloj y en la estrategia de ERC está aprovechar la exigencia para liberarse de ataduras: dinamitar la Generalitat, si Junts sigue dentro, y convocar elecciones después de las municipales, si los resultados, como vaticinan los sondeos, han sido buenos.

El jefe del partido, Oriol Junqueras, ya ha puesto a trabajar la maquinaria electoral. Se le atribuye el golpe en la mesa que Aragonès dio para echar a Puigneró. Una llamada que dejaría en evidencia que los republicanos desprecian a los de Puigdemont. El discurso para ganar votos se va a centrar en la capacidad de gobernar. ERC ha percibido el hartazgo del electorado con el mensaje independentista. Los candidatos a alcaldes no hablarán de referéndum sino de los problemas de los ciudadanos. Harán suyo el argumento de Aragonès de que los catalanes quieren certidumbres ante las precariedades económicas que sufren por el alza de la inflación. "Las instituciones no pueden estar permanentemente en cuestión", manifestó para justificar la expulsión de su número dos.

La consolidación del PSC con el exministro de Sanidad Salvador Illa, que arrebató la primera plaza a los republicanos en la anterior cita con las urnas, es parte de la explicación del abandono de la vía soberanista como prioridad para centrarse en la gobernabilidad. El presidente de la Generalitat es consciente de que se ha extendido que su Ejecutivo es incapaz de gestionar. Los empresarios, incluso los afines a la causa, reconocen que los años del llamado 'procés' han destruido el tejido económico de una comunidad autónoma puntera.

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Los republicanos esperan dar la vuelta a este argumento y a los sondeos. Incluso el CIS catalán, que depende de la Generalitat, publicado el pasado mes de julio, daba una clara victoria al PSC, aumentando la distancia sobre ERC. Si en 2021 los socialistas empataron a 33 escaños con la formación republicana, Illa ganaría ahora con una horquilla de entre 36 y 42 diputados, mientras que los de Junqueras obtendrían entre 31 y 37. En tercer lugar se sitúa Junts, con un claro descenso hasta los 22-27 diputados (ahora tiene 32). Esta caída se explicaría por la movilización del nuevo electorado, que no votó en la pandemia y que se decanta por ERC o el PSC.

Los de Junts aparecen como perdedores en todos los relatos que se hacen desde el equipo de Junqueras, de ahí que no se haya hecho el mínimo esfuerzo por acercar posturas tras el cese de convivencia entre ambas formaciones. Ni el aniversario del 1-O ha servido para buscar puntos de encuentro. Los republicanos hablan de votar, pero, como publicó El Confidencial, se mantendrán siempre en el marco de negociación con el Gobierno. Esta es la prioridad, dado que buscan ampliar su futuro electorado y pescar entre los socialistas que apoyan el derecho a decidir.

Se elevará el tono de cara a la negociación con la Moncloa de los presupuestos y en clave electoral, pero la unilateralidad está descartada de plano. Junts o lo que llegue a los comicios podrá jalear ese discurso que parece solo daría en estos momentos rédito a la CUP, que según el citado CIS catalán sí mejorará en votos. El adelanto electoral en Cataluña se acabará de perfilar en función de los resultados en las municipales. Lograr la alcaldía de Barcelona es fundamental para ERC.