El Gobierno tilda de "destructiva" la política fiscal de Feijóo y el PP señala a Ximo Puig

El Gobierno y el PP han trasladado su batalla fiscal a la sesión de control al Ejecutivo, en el Congreso de los Diputados. Los dos grandes partidos no ocultan que les separa un abismo en sus posiciones, y que ambos están dispuestos a golpear donde más duele. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, afeó al principal partido de la oposición su política fiscal "destructiva", que "desmonta el Estado del bienestar", y se servía del recorte de impuestos anunciado por Reino Unido como espejo del "desastre" que atribuye a las políticas del PP. Los organismos internacionales, recordó, están pidiendo a este país que "cambie una política económica calcada a la del PP".

Por su parte, el diputado Carlos Rojas respondía a las críticas de Calviño a su modelo fiscal sirviéndose de las contradicciones del adversario: "Pregúntele a Ximo Puig", le espetó, en referencia a la decisión del presidente de la Generalitat Valenciana, de filiación socialista, de saltarse el guion de La Moncloa en materia impositiva, abriendo así una grieta al discurso del Ejecutivo.

Hasta el momento, en la Moncloa han reclamado "responsabilidad" a Puig y le han recordado que cuando se rebajan impuestos hay que "recortar", si bien la dimensión de las diferencias de modelo se podrá medir cuando presenten su paquete de medidas fiscales en los próximos días. Por lo pronto, la posición de Puig es un dolor de cabeza para el Gobierno. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha lanzado un órdago velado a su compañero socialista desde los pasillos del Congreso. "Me interesa una competición fiscal a la baja, pero me interesa mucho más una competición del estado de bienestar al alza", subrayó.

Calviño ha sido la máxima representante del Gobierno por segunda semana consecutiva, tras el positivo en covid de Pedro Sánchez. La vicepresidenta primera ha vendido el crecimiento "fuerte" de la economía española y la eficacia de sus recetas, y ha asegurado al PP que no les encontrarán en el camino hacia la desmantelación del Estado del bienestar. El portavoz adjunto del Partido Popular, además, acusaba al Ejecutivo de estar "arruninando el país", de aplicar "políticas populistas y comunistas", y de crear "inseguridad jurídica", además de afearle que no pudiera anticiparse a la inflación. "Su gestión es un fracaso", aseveraba, enfrascándose en nuevas batallas de cifras con Calviño.

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El rifirrafe entre Gobierno y oposición en materia impositiva ha continuado durante las preguntas dirigidas a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha respondido a los ataques del PP desempolvando de nuevo el argumento de que la política fiscal de Feijóo sólo busca beneficiar a las grandes fortunas. "La comunidad donde hay mayor desigualdad entre ricos y pobres es Madrid, donde suprimen el impuesto de patrimonio y donde becan a hijos de familias que ingresan más de 100.000 euros", criticaba la ministra.

Jaime de Olano, responsable económico del PP en el Congreso, aprovechó su turno de palabra para reivindicar el compromiso de partido con las clases populares, en parte para 'pinchar' el argumento del Gobierno de que Feijóo sólo defiende a los ricos. En concreto, solicitó al Gobierno que "copie de una vez" la propuesta fiscal del PP, "como hicieron con el cheque para las familias más vulnerables" o con la rebaja del IVA a la luz y el gas, una medida que ha solicitado extender al menos hasta que finalice el invierno.

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"El problema no son los ricos, el problema es que con ustedes se multiplican las familias que lo pasan mal", se defendió Olano, que volvió a subrayar las "incoherencias" en el discurso fiscal del PSOE por decir una cosa y, después, "hacer la contraria". En este punto, el diputado del PP solicitó al Gobierno que traslade a la arena nacional la deflactación del IRPF para rentas medias y bajas que ahora propone la Comunidad Valenciana, una medida con la que lleva presionando Feijóo desde hace meses. El Gobierno se ha esforzado por subrayar las "diferencias" en el modelo fiscal de Puig y de Feijóo, empezando por el hecho de que los socialistas se plantean gravar a las grandes fortunas, un impuesto que rechaza el primer partido de la oposición.