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El PP se frota las manos con el pulso de Olona a Abascal: "Es el Errejón de Vox"
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TAMBORES DE CRISIS

El PP se frota las manos con el pulso de Olona a Abascal: "Es el Errejón de Vox"

Los populares asumen que la tormenta que se abre a su derecha le pasará factura a Vox a las puertas de un año electoral. Génova ve a Abascal "descolocado" y recuerda que el pulso de Ayuso le costó el puesto a Casado

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la XXV reunión Interparlamentaria del PP en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la XXV reunión Interparlamentaria del PP en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)
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Un nuevo terremoto político se avecina en el bloque de la derecha, pero esta vez el PP verá los toros desde la barrera. El desafío de Macarena Olona ha abierto la primera gran escisión interna en Vox, que puede enfrentarse en las próximas semanas a una batalla interna de la que se conoce el principio, pero no el final. Mientras tanto, Génova se frota las manos. La crisis que acabó con la carrera política de Pablo Casado es demasiado reciente como para haber olvidado las consecuencias políticas de las luchas de poder. Y "Abascal está cometiendo los mismos errores", reconoce un barón del PP.

Ni el partido más compacto es capaz de mantener a raya los líos orgánicos. Vox se ha hecho mayor y, por primera vez en su historia, deberá gestionar un importante cisma interno a las puertas de año electoral y con el PP crecido en las encuestas. Abascal creyó haber dado portazo a las consecuencias del fiasco de Olona en Andalucía cuando esta presentó su renuncia el pasado 29 de julio. Pero nada más lejos de la realidad. Desde que abandonó la política por "motivos de salud", la exdiputada ha hecho de todo menos mantenerse alejada de la vida pública. Al contrario, Olona ha amasado una legión de seguidores para desafiar a Abascal.

El reto no es sencillo. Vox no conoce los "planes" de su excompañera de filas, pero el goteo de enigmáticos mensajes que ha dejado la alicantina en los últimos años sugieren dos posibles escenarios: volver a la formación con sus propias condiciones o plantear un proyecto político alternativo en la derecha, como Giorgia Meloni con Matteo Salvini. Sea cual sea el escenario, las consecuencias pueden ser nefastas para el partido situado a la derecha del PP. Génova no atizará a Vox por sus líos internos, pero sí cree que se beneficiará de su división interna. Es la misma estrategia que siguió Abascal durante la guerra entre Casado y Ayuso: no quiso hacer sangre, pero se postuló como alternativa a Sánchez mientra el PP caía en picado.

Hasta la fecha, Vox se había presentado como un partido compacto, sin fisuras. Nadie había cuestionado públicamente el liderazgo de Santiago Abascal, ni tampoco sus decisiones. Pero ahora hasta él tiene un verso suelto. "Es el Errejón de Vox", ironizan en las filas de los populares, donde llegan a comparar las "discrepancias" de la abogada del Estado con la dirección del partido con las que tuvo el propio Abascal cuando abandonó el PP y fundó una formación alternativa. "Olona ha aprendido del mejor", reiteran.

Foto: La exdiputada de Vox, Macarena Olona; y el líder de la formación, Santiago Abascal. (EFE/Álvaro Cabrera)

Los populares miran desde la experiencia la tormenta política que se avecina a su derecha. Este fin de semana, el partido celebra en Toledo su reunión Interparlamentaria anual, que sirve de pistoletazo de salida para comenzar a configurar el programa que defenderá el PP en las próximas elecciones autonómicas y municipales. Pero más allá de su propia hoja de ruta política, la comidilla entre diputados, senadores y presidentes autonómicos era el pulso de Olona a Abascal y las consecuencias que ello podía tener en el bloque de la derecha. "Vox tiene ahora un gran problema. El enemigo de Abascal ya no somos nosotros. El enemigo lo tiene en casa", analizan en la dirección.

Pese al "punto de inflexión" por el que atraviesa Vox y el aparente frenazo en los sondeos, que podría acuciarse en los próximos meses si Abascal no logra resolver el conflicto con Olona sin derramamiento de sangre, el PP asume que dependerá de Vox en las próximas elecciones autonómicas y municipales. El objetivo pasa ahora por limitar su nivel de influencia, y nada mejor que una crisis interna, subrayan diferentes voces, para dar un empujón a esa estrategia. "Están descolocados. No tienen el ánimo, ni el tirón, ni el entusiasmo que tenían antes. Ahora empiezan a sentir el vértigo", subraya un barón autonómico.

Nadie en Vox se ha movido un milímetro desde que Macarena Olona hiciese público su enfrentamiento con Abascal y le pidiese una reunión para comprobar si pueden "caminar juntos" por "un mejor futuro de Andalucía y del resto de España". En el entorno del líder nacional subrayan que aceptará ese encuentro, aunque los "planes" de la exdiputada siguen siendo una incógnita. El ruido de sables en Vox es ahora más fuerte que nunca, y amenaza con enturbiar la gran convención política del 8 y 9 de octubre, a la que Vox fía encauzar el rumbo y recuperar oxígeno de cara a 2023.

Un nuevo terremoto político se avecina en el bloque de la derecha, pero esta vez el PP verá los toros desde la barrera. El desafío de Macarena Olona ha abierto la primera gran escisión interna en Vox, que puede enfrentarse en las próximas semanas a una batalla interna de la que se conoce el principio, pero no el final. Mientras tanto, Génova se frota las manos. La crisis que acabó con la carrera política de Pablo Casado es demasiado reciente como para haber olvidado las consecuencias políticas de las luchas de poder. Y "Abascal está cometiendo los mismos errores", reconoce un barón del PP.

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