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Cs congela la decisión sobre el recambio de Arrimadas pese al ruido de sables interno
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PROCESO DE REFUNDACIÓN

Cs congela la decisión sobre el recambio de Arrimadas pese al ruido de sables interno

El abandono de Ignacio Aguado reabre el debate en la formación sobre la celebración de un congreso extraordinario para que las bases decidan el liderazgo del partido: "No hay nada decidido"

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Marta Pérez)
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Marta Pérez)

Ciudadanos sigue lamiéndose las heridas del ciclo electoral que dejó al partido con respiración asistida. Inés Arrimadas logró aplacar el malestar interno prometiendo a las bases que, llegado el momento, decidirían sobre su liderazgo. Dos meses después, ese escenario sigue sin estar en el horizonte de la formación. El partido se había tomado un tiempo para impulsar el llamado 'proceso de refundación', orientado más en el sentido programático que en el orgánico, pero un fantasma del pasado rompió esa calma que los naranjas venían experimentando en los meses de verano. Ignacio Aguado decidió romper definitivamente su carné de afiliado y lo hizo con alboroto. En un duro comunicado, criticó la negativa de la cúpula de Arrimadas a convocar un congreso extraordinario, una petición que ha resucitado el debate sobre la continuidad de la sucesora de Albert Rivera.

El varapalo en las urnas el pasado 19-J se saldó con la dimisión de Juan Marín, pero no rodaron cabezas en la ejecutiva nacional. Arrimadas se comprometió a iniciar un periodo de reflexión de seis meses de duración, en el que un comité "externo" se echaría a la calle para "reconectar" con antiguos votantes y recopilar propuestas de parte de una deprimida militancia para tratar de reflotar el proyecto. Todas las puertas estaban abiertas, incluso una actualización del nombre y del color de la marca de Ciudadanos como posible revulsivo electoral. Las conclusiones de las llamadas 'consultas ciudadanas' se someterán a un referéndum interno protagonizado por las bases del partido después de Navidad, aunque aún no se ha concretado en qué formato se materializará esa votación. Tampoco si Arrimadas pondrá o no su cargo a disposición de los suyos.

Foto: Inés Arrimadas, junto con Begoña Villacís. (EFE/Alvarado)

"La dirección del partido ha decidido emprender una huida hacia delante, que no comparto, disfrazada de una refundación en la que no creo", escribió el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid. Aguado rompió así un largo silencio y puso voz a un clamor interno que sigue sacudiendo la formación, incluso de parte de dirigentes que cuentan con asiento en la dirección nacional de los naranjas. Como publicó El Confidencial, importantes cuadros del partido instaron a Arrimadas a dar un paso al lado para dar una oportunidad al proyecto tras el varapalo del 19-J, y señalaban a Begoña Villacís como posible recambio nacional para huir de la inercia derrotista en que se encuentra sumida la formación.

Según trasladan en su equipo, Inés Arrimadas ya puso el cargo a disposición de su núcleo duro el pasado mes de junio, pero tomó la determinación de "pilotar" la refundación de la formación por la creencia de que una salida temprana "traería muchos más problemas" a la marca. En el entorno de la presidenta de Ciudadanos, remarcaron que su salida hubiese provocado una "desbandada" de algunos de sus dirigentes más fieles, con el consiguiente desajuste en el Congreso. La siguiente en la lista de Ciudadanos por Barcelona, circunscripción de Arrimadas, es Carina Mejías, que abandonó Ciudadanos en 2020. La salida de otros 'devotos' de la mandataria, como Edmundo Bal, implicaría la entrada al hemiciclo de Cristiano Brown, expresidente de UPYD.

"No hay nada decidido", resumen varios miembros del núcleo duro de Arrimadas cuando son preguntados por la posibilidad de convocar un congreso extraordinario que decida un nuevo liderazgo para el partido naranja. La cúpula de Ciudadanos no abordará ese escenario al menos hasta principios de 2023, y ni siquiera dan por seguro que vaya a producirse. Se da la circunstancia de que ese eventual recambio de poder se produciría en pleno año electoral, por lo que el partido podría aplazar un nuevo terremoto interno, más si no hay un candidato de peso que decida dar la batalla a Inés Arrimadas. "El problema de Ciudadanos tiene que ver con su organización y con una nefasta comunicación", se sincera un miembro de la cúpula. "Dudo que con un candidato diferente la cosa fuese a mejor", añade.

Foto: Vista de la fachada de la sede de Ciudadanos en Madrid. (EFE/Mariscal)

Conforme el partido iba encadenando derrotas electorales, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, fue posicionándose como la única dirigente capaz de tomar el testigo de la formación si Arrimadas, cuestionada por los pésimos resultados en las urnas, decidía que la catarsis de Ciudadanos afectase también a su liderazgo. Con la salida de Luis Garicano, la dirigente madrileña se ha convertido en uno de los principales baluartes políticos de la formación, con un perfil consolidado que resiste en el Ayuntamiento de Madrid y "con muchas opciones" de resistir en las próximas elecciones municipales, un lujo del que ya no pueden presumir la mayoría de cargos naranjas.

Sin embargo, la presidenta nacional no tardó en dar más galones a Villacís, una maniobra entendida por algunos sectores del partido como un intento de Arrimadas por 'desactivar' a una rival en un eventual congreso. La vicealcaldesa de Madrid ha cerrado filas con la líder nacional, y ha asumido la labor de coordinar el comité asesor externo que ha creado el partido para dirigir el proceso de escucha de la formación. De hecho, ante la salida de tono de Ignacio Aguado rebelándose contra la decisión de la actual ejecutiva de permanecer en el cargo, Villacís partió una lanza a favor de Arrimadas. "Quien no quiera luchar por un proyecto de centro, que se aparte", declaró.

Foto: Inés Arrimadas y Juan Marín, en un acto de precampaña en Córdoba. (EFE / Rafa Alcaide)

Con todo, la crítica de Aguado sobre las fallas del proceso de refundación del partido no es puntual. Tras el naufragio en Andalucía, el partido lanzó un 'G-8' para encontrar las soluciones que permitan a Ciudadanos soñar con la supervivencia, un equipo independiente formado por Begoña Villacís, Guillermo Díaz, Patricia Guasp, Adrián Vázquez, Dimas Gragera, Mariano Fuentes, María Muñoz y Eva Masías. Los ocho dirigentes lanzarán en otoño una gira por toda España para recopilar propuestas de sus afiliados y, además, el partido ha activado este verano una plataforma de participación a la que se han sumado, según los cálculos de la dirección, unos 2.000 simpatizantes naranjas.

Sin embargo, dirigentes de la formación no esconden sus recelos de que el proceso abierto por el partido vaya a traducirse en réditos electorales. "Hay mucha improvisación", sostienen las fuentes consultadas, que denuncian la falta de información con la que cuentan en los diferentes territorios sobre los pasos que está siguiendo la cúpula de Madrid para lograr la resurrección del proyecto liberal. La incertidumbre del proceso se suma a la urgencia de definir las candidaturas de Ciudadanos para las próximas elecciones autonómicas y municipales, una tarea que el partido abordará a partir de septiembre y desarrollará en paralelo a su plan de supervivencia.

Ciudadanos sigue lamiéndose las heridas del ciclo electoral que dejó al partido con respiración asistida. Inés Arrimadas logró aplacar el malestar interno prometiendo a las bases que, llegado el momento, decidirían sobre su liderazgo. Dos meses después, ese escenario sigue sin estar en el horizonte de la formación. El partido se había tomado un tiempo para impulsar el llamado 'proceso de refundación', orientado más en el sentido programático que en el orgánico, pero un fantasma del pasado rompió esa calma que los naranjas venían experimentando en los meses de verano. Ignacio Aguado decidió romper definitivamente su carné de afiliado y lo hizo con alboroto. En un duro comunicado, criticó la negativa de la cúpula de Arrimadas a convocar un congreso extraordinario, una petición que ha resucitado el debate sobre la continuidad de la sucesora de Albert Rivera.

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