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La lenta agonía de Ciudadanos: sus votantes ya prefieren a Feijóo antes que a Arrimadas
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PÉRDIDA DE CONFIANZA

La lenta agonía de Ciudadanos: sus votantes ya prefieren a Feijóo antes que a Arrimadas

El partido naranja no abrirá el debate sobre el liderazgo de su presidenta nacional aunque desaparezca en Andalucía. Los liberales buscan remontar el vuelo en las autonómicas y municipales de 2023

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Marta Pérez)
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE/Marta Pérez)

Ciudadanos transita hacia una nueva apertura de urnas con la moral alta pese a todo. El partido naranja no levanta cabeza desde las últimas elecciones generales y mira a Andalucía como una de sus últimas bazas para sobrevivir en el próximo ciclo electoral, pero rechaza abrir un debate interno sobre el liderazgo de Inés Arrimadas, que comenzó a descomponerse tras el fiasco de la moción de censura en Murcia. "Es un debate ficticio. No existe", coinciden varias voces de peso de la dirección nacional del partido. Además, la confianza en Arrimadas sigue en caída libre y sus propios votantes prefieren a Alberto Núñez Feijóo.

En su barómetro de mayo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) excluyó por primera vez a la líder de los liberales como posible candidata a la presidencia del Gobierno. Además, el estudio revela que sus propios votantes suspenden a la líder con un 4,8, una situación que no se repite en ningún otro partido. En la encuesta correspondiente al mes de abril, los entrevistados que optaron por la papeleta naranja en 2019 aún aprobaban a la jerezana, con casi un 6 de nota, pero la popularidad de la dirigente ha caído en picado.

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, junto al vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. (EFE/Raúl Caro)

Por contra, los votantes de Ciudadanos valoran más positivamente a Alberto Núñez Feijóo que a Inés Arrimadas: en el sondeo más reciente del CIS, el líder popular recibe una nota de un 5,5 de parte de los electores liberales. El Centro de Investigaciones Sociológicas se hace eco del proceso de descomposición del partido, y vaticina que solo el 13% de los votantes que apostaron por Albert Rivera en las últimas elecciones generales repetiría papeleta, mientras que la mayoría iría a parar a la bolsa del Partido Popular y, en menor medida, a Vox.

La jerezana se hizo oficialmente con las riendas de Ciudadanos a principios de 2020 tras arrasar en primarias al exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. Heredó entonces un partido devastado tras perder en pocos meses 47 escaños, una circunstancia a la que se ha invocado de forma recurrente para justificar la aparente deriva sin retorno del partido. Sin embargo, casi tres años después, Arrimadas no ha logrado remontar el vuelo. Cada apertura de urnas se hace más complicada que la anterior y, en cada ocasión, se produce una fuga de afiliados y cargos cuyas peticiones de cambio de rumbo o de liderazgo quedan sin respuesta.

Foto: El presidente de la Xunta y del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Brais Lorenzo) Opinión

Diferentes fuentes de la cúpula de Ciudadanos evitan poner el foco de responsabilidad en la presidenta del partido, y justifican los malos resultados electorales de los últimos tres años en los tiempos "convulsos" por los que ha atravesado no solo la formación, sino la propia política española. Explican que, incluso si desaparecen en Andalucía —cabe recordar que contaban con 21 diputados, cinco consejerías y la vicepresidencia de la Junta— no habrá cambios en materia orgánica, aunque sí apuntan a nuevas estrategias de cara a sobrevivir en las grandes capitales en las próximas municipales y autonómicas. O lo que es lo mismo: Inés Arrimadas tratará de reflotar la marca del partido o su liderazgo morirá con él.

Tal y como adelantó El Confidencial, Arrimadas presidió hace unas semanas una 'cumbre de crisis' en la que trazó una nueva hoja de ruta orientada a mantener el tipo en el ciclo electoral de 2023 con una estrategia basada en el municipalismo y madurada con sus socios liberales europeos durante meses. Emulando el modelo de Emmanuel Macron en Francia, la dirección nacional propuso a los suyos lanzar una cadena de "consultas ciudadanas" y focalizar su eje de acción política en los próximos meses en aquellos ayuntamientos y provincias donde lograron especial fuerza en anteriores procesos electorales. Pero ni rastro de cambios orgánicos o congresos que diriman un nuevo liderazgo para un partido al borde de la desaparición.

Ciudadanos no abrirá el debate sobre el liderazgo de Arrimadas pese a encontrarse al borde de la desaparición

En solo cuatro años, Ciudadanos ha pasado de rozar el sorpaso al PP a tener como único objetivo lograr un margen exiguo de escaños suficientes como para condicionar, en parte, las políticas de sus aliados populares. "Aspiramos a un resultado suficiente como para sacar de los gobiernos a Podemos y Vox", sostienen en la cúpula naranja, un mensaje que, conscientes de sus malas perspectivas electorales, repiten como un mantra en Alcalá 253.

Las fuentes consultadas apuntan a que ese objetivo es posible en Andalucía. Ciudadanos se mueve entre la desaparición o mantenerse en el Parlamento andaluz con tres escaños, los que arañarían en tres provincias donde centran todos sus esfuerzos: Sevilla, Málaga y Cádiz. De lograrlo, aunque no revalidarían puesto en la Junta, lograrían minimizar la influencia de Vox sobre el Gobierno de Juanma Moreno, que roza la mayoría absoluta y se sitúa en alrededor de 50 diputados.

Foto: Arrimadas y Marín, en una comparecencia en Cádiz. (EFE/Román Ríos)

Los naranjas se aferran a la baza de la "gestión" de su candidato y vicepresidente, Juan Marín, pero el último barómetro regional del CIS avala que la descomposición de Ciudadanos es un problema más profundo, que no entiende de territorios ni de candidatos. En concreto, solo el 14,3% de los votantes que apostaron por Ciudadanos en las autonómicas de diciembre de 2018 repetirían papeleta, mientras que casi el 50% se iría al PP. Además, según el mencionado estudio, casi el 70% de los votantes del partido liberal prefieren a Juanma Moreno de presidente de Andalucía, mientras que la apuesta por su candidato baja al 8,3%.

Ni ceses ni autocrítica

El liderazgo de Inés Arrimadas dentro del partido solo se tambaleó realmente tras la operación fallida de la moción de censura en Murcia, una maniobra que no solo le costó el Ejecutivo regional, sino que también precipitó su desaparición de la Comunidad de Madrid que, junto a Cataluña, constituía la joya de la corona del poder autonómico de Ciudadanos. El descalabro en la cuna política del partido liberal ya abrió un intenso debate interno sobre la necesidad de una renovación, pero el estrepitoso fracaso en el intento de arrebatar a Fernando López Miras el mando en Murcia precipitó la petición de dimisiones en bloques, incluida la de la presidenta nacional.

Pero nada ocurrió. Arrimadas convocó un comité ejecutivo de urgencia en el que solo relegó a Carlos Cuadrado y José María Espejo, los dos negociadores de la moción de Murcia. No hubo ceses ni tampoco autocrítica más allá de la asunción de "errores" en la comunicación de su estrategia. La tensa reunión se saldó con la salida definitiva de pesos pesados del partido, como Toni Cantó o Fran Hervías, además de decenas de cargos autonómicos. Más de un año después, Inés Arrimadas se conjura como líder de Ciudadanos junto a un reducido grupo de fieles, con los que tratará de orientar el rumbo hasta las últimas consecuencias.

Ciudadanos transita hacia una nueva apertura de urnas con la moral alta pese a todo. El partido naranja no levanta cabeza desde las últimas elecciones generales y mira a Andalucía como una de sus últimas bazas para sobrevivir en el próximo ciclo electoral, pero rechaza abrir un debate interno sobre el liderazgo de Inés Arrimadas, que comenzó a descomponerse tras el fiasco de la moción de censura en Murcia. "Es un debate ficticio. No existe", coinciden varias voces de peso de la dirección nacional del partido. Además, la confianza en Arrimadas sigue en caída libre y sus propios votantes prefieren a Alberto Núñez Feijóo.

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