España solo enviará armas a Ucrania si es a través de una compra centralizada en la UE

El Gobierno español sigue rechazando enviar armas ofensivas de manera bilateral a Ucrania. De los países europeos, solo Hungría mantiene una posición similar a la de España. La decisión es firme y acordada con los socios de coalición, con quienes, según Moncloa, "hay una única voz" en esta decisión. El argumento que se esgrime desde el Ejecutivo es que se contribuirá a la dotación de armamento militar para hacer frente a la invasión rusa de Ucrania solo si la Unión Europea realizara una compra centralizada.

Sin embargo, este martes la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez, argumentaba en rueda de prensa desde Moncloa tras el Consejo de Ministros que "España va a enviar armas directamente a Ucrania". "Lo haremos dentro del fondo europeo para la paz", ha explicado. Este Fondo se acordó en 2019 y se extiende hasta 2027 con una dotación de más de 5.000 millones de euros. De ellos, en un movimiento inédito, la Unión ha decidido utilizar 450 millones para el envío de material letal a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa y otros 50 millones más para material no letal.

Pero la frase de Rodríguez genera confusión. España, según ha explicado el propio Gobierno y en contra de lo que aseguraba la portavoz, no va a enviar material letal a Ucrania. No hay una compra centralizada como parte del fondo europeo para la paz como sugiere la ministra: son los Estados miembros los que compran aquel material que quieren hacer llegar a Ucrania, y después reciben un reembolso por parte del Fondo Europeo de Ayuda para la Paz (FEAP). De hecho, son elegibles también aquellas partidas de armas enviadas desde el pasado 1 de enero, ya que algunos Estados miembros llevan ya tiempo enviando material a Ucrania.

Es cierto que el FEAP está financiado por el conjunto los Estados miembros (salvo Dinamarca), y que España contribuye según su PIB, un 8,7% del total. Pero ahí termina la parte "mancomunada" de esta idea en particular. El Gobierno sugiere que con su contribución al fondo está financiando también el envío de armas, aunque sea de manera indirecta, al contribuir con parte del reembolso que recibirán los países que apuesten por enviar material letal.

Pero este proyecto es bastante bilateral. Los ucranianos van a enviar una lista de sus necesidades a la Unión Europea y se va a coordinar qué envía cada Estado miembro según su voluntad de aportar material letal o no y según las necesidades de Kiev. Pero las decisiones finales recaen sobre las capitales. Tanto es así, que en el Diario Oficial de la Unión Europea se especifica quiénes son los encargados de ejecutar esta decisión europea: una larga lista con los 27 ministerios de Defensa de los distintos Estados miembros. Incluso tendrán que ser los propios países los que se encarguen del traslado del material hasta Ucrania.

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Un mecanismo centralizado​

El Gobierno habla más bien de un escenario hipotético en el que la UE realizara una compra centralizada con la habitual referencia a la compra conjunta de vacunas. Pero eso, en estos momentos, no se encuentra sobre la mesa. "Apostamos por un mecanismo centralizado, con el claro compromiso de España con Ucrania de aportar también material ofensivo, pero lo queremos hacer en el seno de la Unión", ha recalcado Rodríguez.

"Creemos que la mejor forma de contribuir es actuar de forma coordinada en la UE, lo que da fuerza es la unidad", aseguran fuentes de Moncloa, con una posición que dicen que está alineada con la manifestada por Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y de Seguridad. El Ejecutivo defiende que se mantengan la unidad de actuación como hasta el momento, en referencia al cierre del espacio aéreo de Europa a los vuelos procedentes de Rusia o a las sanciones económicas. A pesar de ello, el Ministerio de Defensa sí ha enviado de manera unilateral 20 toneladas de material defensivo y humanitario.

En Moncloa insisten en la unidad entre los socios de Gobierno y evitan explicar si la decisión de España de no contribuir con armas de forma bilateral se debe a las presiones de sus socios. Este lunes, el coportavoz de Podemos y miembro de la Mesa del Congreso, Javier Sánchez Serna, se mostró contrario a contribuir a la escalada militar. En una comparecencia desde la sede del partido, sostuvo que “no se puede hacer la guerra en nombre de la paz”. La parte socialista del Gobierno enmarca esta posición dentro de la autonomía de los partidos, que "tienen iniciativa propia", pero negando que sea la posición de los representantes de Podemos en el Consejo de Ministros.

El tono de los morados lo rebajaba este martes el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, abriéndose al envío de armas, pero también dentro del marco de la UE y por la legitimidad dentro del derecho internacional. "La resistencia del Ejército ucraniano a la invasión es legítima, por eso también nos parece legítimo que la comunidad internacional preste ayuda a un Estado que ha sido agredido". Eso sí, priorizó la vía humanitaria y la de las sanciones económicas a Rusia, al tiempo que mostró su respaldo a las decisiones que está adoptando el presidente del Gobierno.

Desde el inicio de la invasión, los socios del Gobierno acordaron dejar sus discrepancias a un lado en política exterior, mostrándose dispuestos a ir de la mano en las decisiones que se vayan adoptando junto al resto de aliados europeos. Ahora hay una agresión en marcha contra la soberanía de Ucrania, algo que no ocurría, explican fuentes moradas, cuando el pasado mes de enero censuraron el anuncio de la ministra de Defensa de poner a disposición de la OTAN cazas del Ejército del Aire y adelantar el envío de dos buques de la Armada al mar Negro. La máxima pasa por no mostrar ningún tipo de división dentro de la coalición en esta situación crítica.

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La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, participó el pasado jueves junto a Pedro Sánchez y otros miembros del Gobierno en el Consejo Nacional de Seguridad que presidió el Rey, y está sentada también en el Comité de Situación que preside el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Su posición, como ya ha avanzado en otras ocasiones, es clara y se basa en que la política exterior la determina el presidente del Ejecutivo. De hecho, Díaz ya intervino para que se limasen asperezas entre los socios por las diferencias cuando asomó el conflicto entre Rusia y Ucrania y los morados enarbolaron el 'no a la guerra'.

Este miércoles, Sánchez llevará al Congreso un paquete de propuestas para mitigar los efectos en la economía española de las sanciones a Rusia como consecuencia de su invasión de Ucrania. Medidas que se centrarán en dar una respuesta económica a la crisis tanto a nivel doméstico como para hacer frente al impacto en la industria. En el plano europeo, el jefe del Ejecutivo ha abogado por hacer frente a los efectos en el precio de la energía que tendrá la situación bélica con Rusia a través de una reforma del mercado energético y avanzar en la autonomía energética. El objetivo se centraría en frenar la evolución de los precios, para que el gas no condicione el coste de la electricidad, y en garantizar las fuentes de suministro. A pesar del efecto bumerán de las sanciones contra Rusia, Sánchez ha defendido que no aplicarlas tendría un coste mucho mayor y "sería absolutamente inaceptable e inasumible".