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El tibio apoyo de Yolanda Díaz a Garzón tensa las relaciones en Unidas Podemos
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Ante las críticas del aparato del PSOE

El tibio apoyo de Yolanda Díaz a Garzón tensa las relaciones en Unidas Podemos

La relación entre la vicepresidenta y el ministro de Consumo no atraviesa su mejor momento. Hay tensiones por las elecciones que vienen. Ella se fue de IU por discrepancias con su gestión

Foto: Yolanda Díaz y Alberto Garzón en el Senado. (EFE/David Fernández)
Yolanda Díaz y Alberto Garzón en el Senado. (EFE/David Fernández)
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La crisis desatada en los primeros días de año en el Gobierno de coalición o, mejor dicho, la arremetida en tromba por parte de varios ministros socialistas y algunos barones autonómicos contra el ministro de Consumo, Alberto Garzón, por unas declaraciones en 'The Guardian' sobre la ganadería intensiva, ha provocado un cisma de diferente voltaje en varios sentidos. En primer lugar, entre los propios socios, con un socialismo que "ha humillado", o querido humillar, al líder de Izquierda Unida, consideran fuentes de Unidas Podemos. En segundo término, en el propio PSOE, ya que en el seno del partido también hay dirigentes que se preguntan dónde está la ministra de Transición Ecológica en esta polémica. Y, en último lugar, en la formación morada, donde consideran que Yolanda Díaz debería hacer algo más que el tibio apoyo en público que ha desplegado hacia su compañero del espacio confederal.

Díaz, en efecto, se ha limitado a publicar un tuit en el que afirmaba: "Nuestro país debe seguir apostando por la ganadería sostenible, en línea con los ODS de la Agenda 2030 y el F2F, y denunciar aquellas prácticas minoritarias que agravan la crisis climática. Un Pacto Verde Europeo socialmente justo repercute positivamente en la salud pública". Su entorno asegura que con ese gesto la vicepresidenta ya ha fijado posición. Pero en UP le reclaman algo más de beligerancia, especialmente porque el fuego de sus socios no ha cesado y ha llegado de miembros del Gobierno que se sientan a apenas unos metros de distancia en el Consejo de Ministros. Isabel Rodríguez, Pilar Alegría y Margarita Robles. El propio Sánchez fue sutil este viernes al afirmar en el Comité Federal del PSOE, el primero tras el Congreso de Valencia, que su Gobierno "cumple con los agricultores y ganaderos" aprobando las ayudas de la PAC y la Ley de la Cadena Alimentaria, "una reivindicación del sector".

Foto: El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada)

¿Por qué Díaz no ha citado siquiera a Garzón durante los últimos días? La vicepresidenta considera que la polémica es ficticia, indican fuentes de su entorno. Recuerdan estas voces que "la expansión masiva de las macrogranjas es contraria a la reciente estrategia Farm to Fork presentada por la UE que tiene como objetivo mejorar las condiciones laborales, el bienestar animal y promover la agricultura sostenible". Es decir, la ministra de Trabajo defiende la misma postura que el titular de Consumo, pero no quiere generar un conflicto en público con el PSOE. Remarcan en su equipo que su postura es la misma que sostiene Teresa Ribera.

Pero esta tibia defensa del ministro de Consumo ha encendido algunas alarmas en Unidas Podemos. No es que la relación entre Díaz y Garzón atraviese su mejor momento a día de hoy. Al contrario, no es fluida. O no lo es, al menos, como debería serlo en el área morada de la coalición. O como sí lo es con Ione Belarra, secretaria general de Podemos. Con el coordinador general de Izquierda Unidas hay divergencias que quedaron evidenciadas en la marcha de Díaz de la formación en el verano de 2019, en plenas negociaciones para conformar el Gobierno. Unas conversaciones que no cristalizaron, pero que sí provocaron que la ahora vicepresidenta segunda se diera de baja de IU y mantuviera su carné del Partido Comunista. Luego vino el Ejecutivo de coalición y Díaz y Garzón fueron ministros. Hoy IU apoya sin fisuras el "proceso de escucha" de la gallega.

En Unidas Podemos no están de acuerdo con sus meteduras de pata. No comparten las formas o el momento elegido por el ministro de Consumo para abrir determinados debates, pero, a su vez, reclaman poner pie en pared con el PSOE. "Están humillando a Garzón", consideran estas fuentes, que recuerdan que llueve sobre mojado sobre un ministro al que ya se le dejó en mal lugar durante la crisis del chuletón, el pasado verano.

Foto:  El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE/PSOE Alfredo Arias Horas)

Yolanda Díaz y Garzón hablaron al inicio de la polémica. Y la vicepresidenta segunda conversó con Sánchez. Aceptaron sus diferencias y quedaron emplazados a seguir remando juntos. Incluso Moncloa no hizo 'casus belli' de la reafirmación de Garzón. Pero el PSOE tampoco ha dado orden de frenar, hasta este viernes, sus comentarios hacia sus socios. En UP lo ven "grave" y hablan de "deslealtad". "¿Qué pasaría si fuera al revés?", se preguntan.

Unidas Podemos está volcada con Yolanda Díaz y las miradas en este momento de todos los partidos se dirigen hacia Castilla y León. Unas elecciones no trascendentales pero sí importantes. Todos se volcarán, salvo la líder del espacio confederal. En su entorno aseguran que las autonómicas del 13-F no serán la primera parada de su proyecto político, aunque sí se dejará ver para apoyar al candidato de Unidas Podemos, Pablo Fernández. Luego vendrá Andalucía y ahí las miradas se dirigen también hacia Garzón, que fue cabeza de lista por Málaga. El ministro de Consumo debería tener un rol protagonista en esos comicios aún sin fecha.

Foto: Pedro Sánchez conversa con el ministro de Consumo, Garzón. (EFE/Mariscal)

Hay algunas diferencias en UP, como también las hay en el PSOE, pero el puesto de Garzón en el Consejo de Ministros está asegurado. Sánchez, con base en el acuerdo de coalición que llegó con Pablo Iglesias hace ahora dos años, no puede cesar a cargos del área morada. Es Yolanda Díaz quien debería hacerlo. El PSOE, por cierto, no tiene previsto apoyar las peticiones de comparecencia que ha registrado la oposición en el Congreso y da por zanjada la crisis de las granjas.

El fuego teóricamente amigo ha marcado el ecuador de la legislatura. Pese a que Sánchez y Díaz se han conjurado para amarrar los cuatro años de coalición, las tensiones son cada vez más evidentes y en Unidas Podemos empiezan a ver demasiadas zancadillas por parte del PSOE. En el último Consejo de Ministros del año se evidenciaron, cuando el presidente insistió en que la reforma laboral no va a sufrir ningún cambio, pese a que ello suponga alterar los equilibrios con los socios de investidura. En Moncloa y Ferraz empiezan a mirar a otros lados del arco parlamentario.

Y así lo explicó Sánchez este viernes en el Comité Federal socialista, reclamando a toda la oposición que convalide este mes el acuerdo entre empresarios y sindicatos. Díaz, por su parte, va a priorizar a ERC y Bildu. Después se entrará en campaña electoral y ahí cada uno mirará con más énfasis por lo suyo.

La crisis desatada en los primeros días de año en el Gobierno de coalición o, mejor dicho, la arremetida en tromba por parte de varios ministros socialistas y algunos barones autonómicos contra el ministro de Consumo, Alberto Garzón, por unas declaraciones en 'The Guardian' sobre la ganadería intensiva, ha provocado un cisma de diferente voltaje en varios sentidos. En primer lugar, entre los propios socios, con un socialismo que "ha humillado", o querido humillar, al líder de Izquierda Unida, consideran fuentes de Unidas Podemos. En segundo término, en el propio PSOE, ya que en el seno del partido también hay dirigentes que se preguntan dónde está la ministra de Transición Ecológica en esta polémica. Y, en último lugar, en la formación morada, donde consideran que Yolanda Díaz debería hacer algo más que el tibio apoyo en público que ha desplegado hacia su compañero del espacio confederal.

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