Es noticia
De bastión conservador a sóviet castellano: Valladolid es la ciudad de moda de la izquierda
  1. España
BATERÍA DE REMUNICIPALIZACIONES

De bastión conservador a sóviet castellano: Valladolid es la ciudad de moda de la izquierda

El Gobierno de izquierdas de Valladolid ha remunicipalizado varios servicios públicos convirtiéndola, según su alcalde, en un referente progresista. Pero la oposición critica que detrás esconde una mala gestión

Foto:

En el mes de septiembre, han reventado varias tuberías en Valladolid, pero sus ciudadanos no se ponen de acuerdo en las causas. Para muchos votantes de izquierdas, son una muestra más de la desidia de la empresa privada que había tenido la concesión del agua durante 20 años porque no había invertido sus beneficios en arreglar la red; para otros tantos de derechas, sin embargo, es el símbolo de que la remunicipalización del agua emprendida por el ayuntamiento del socialista Óscar Puente en 2017 ha fracasado.

El agua, junto con el el soterramiento de las vías del tren, es el gran elemento polarizador de la política local vallisoletana. “El servicio del agua para el ciudadano medio no ha cambiado: sabe igual y cuesta lo mismo, pero lo que les gusta a unos les disgusta a otros”, resumía un periodista local que ha cubierto durante años este tema.

A finales de la década de los noventa, el ayuntamiento del alcalde Javier León de La Riva, del PP, privatizó el servicio del agua en una de las sesiones más broncas que se recuerdan en Pucela. La sesión acabó con gritos, abucheos y lanzamientos de monedas de simpatizantes de izquierdas contra concejales del PP. Veinte años después, gracias a los votos del PSOE, Valladolid Toma La Palabra (Izquierda Unida y Equo) y Sí Se Puede (antes una confluencia de Podemos), el ayuntamiento de izquierdas remunicipalizó el ciclo integral del agua y constituyó la empresa pública Aquavall tras 11 sentencias judiciales favorables.

Foto: Imagen aérea de Puerta del Ángel, a la izquierda del río. (Ayuntamiento de Madrid)

El agua no ha sido la única remunicipalización que ha emprendido el Gobierno de izquierdas en Valladolid. Este año, el consistorio ha comprado a una filial de Ferrovial el 49% de la funeraria de la ciudad (tenía el otro 51%) por casi cinco millones de euros y ahora se propone remunicipalizar el 'parking' del centro, convirtiendo Valladolid en el inesperado faro de la izquierda española en políticas públicas.

“Los ayuntamientos debemos recuperar la autonomía municipal perdida durante la crisis, porque cuando privatizas te relajas y no controlas nada”, defiende María Sánchez, concejala delegada general de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible y portavoz del grupo Valladolid Toma La Palabra. "Honestamente, creo que nos hemos convertido en un referente en este sentido y algunas ciudades nos llaman para que expliquemos nuestro caso", asegura.

Sánchez, quien también es presidenta de Aquavall, rechaza las críticas por las averías y pide tiempo para juzgar la empresa pública. Gracias a la remunicipalización, asegura, dedicaron más de 28 millones de euros de inversión hasta 2020, una cifra que ya superaba el dinero invertido durante 20 años en el sistema concesional —pero que aún no alcanza los 15 millones anuales que prometieron en 2017—. “Es muy lícito que las empresas privadas tengan beneficios, pero no tienen por qué comprometer un servicio público y esencial como el agua, antes no reinvertían lo que ganaban”.

Los ayuntamientos debemos recuperar la autonomía municipal perdida durante la crisis

La oposición, sin embargo, critica que no hayan aprovechado para bajar el precio del agua, asegura que la gestión es menos eficiente con el ayuntamiento entre medias e insiste en que el dinero invertido apenas se nota.

"Desde que gobierna, Óscar Puente y su equipo no han hecho nada nuevo en Valladolid y lo que hay lo han conservado bastante mal”, dice Pilar del Olmo, portavoz del PP en Valladolid, en una terraza al sol frente al ayuntamiento. Ella no se opone de primeras a las remunicipalizaciones, pero insiste en hacer un análisis de sus beneficios. "¿Qué hemos ganado con la remunicipalización del agua? Nada. Los reventones de las tuberías siguen sucediendo y no ha bajado el precio”.

El dilema del agua

En España no es inusual que una empresa pública municipal se encargue del abastecimiento del agua. De hecho, el 35% de la población es abastecida por entidades públicas y el 10% por servicios municipales, frente a un 33% por empresas privadas y el 22% por empresas mixtas. Pero remunicipalizar un servicio es menos común, porque requiere un desembolso del ayuntamiento que muchos no pueden realizar. Además, cuando se privatiza un servicio se sabe cuánto va a durar por la concesión mientras que cuando se remunicipaliza no, porque se puede volver a privatizar con la llegada de un gobierno de corte ideológico distinto.

“Cuando se habla de remunicipalización, hay que distinguir la gobernanza y la gestión del agua”, señala Jorge Chamorro, ingeniero especialista en tratamiento y depuración de aguas y en desalación. “El problema de tener una gestión enteramente pública es que no puedes ser parte y juez. Y además, no puedes optimizar costes tan fácil porque la gestión es muy tecnológica. Pero, al mismo tiempo, si no hay una buena gobernanza es mejor que todo sea público, porque la privada no suele hacer un buen mantenimiento de los equipos públicos como ocurrió en este caso”.

Yo siempre les he dicho a los del agua: si queréis mandar, presentaros a las elecciones

Un informe realizado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada aseguraba hace un par de años que la gestión pública del agua en Valladolid se había transformado “en un sistema multiprivado", porque se habían licitado más de 40 contratos por valor de 23,5 millones de euros. El instituto afirmaba que la promesa de convertir la gestión del agua en pública “se había antojado falsa” y se había puesto al descubierto “la falacia de la remunicipalización".

Desde el ayuntamiento rechazan los ataques y afirman que, gracias a la renovación de filtros el agua "tiene más calidad" y siguen licitando contratos a empresas privadas pero con reglas "públicas": "Yo siempre les he dicho a los del agua: si queréis mandar, presentaros a las elecciones. Yo no digo que no hagáis negocio, yo me tengo que entender con vosotros. Pero el que manda soy yo, no al revés", afirma Óscar Puente, alcalde de la ciudad.

Foto: El monumento a Onésimo Redondo, a las afueras de Valladolid, fue derribado en 2016 (EFE)

El nuevo referente de la izquierda

—Señor alcalde, ¿cómo es posible que Valladolid haya pasado de ser conocida como Fachadolid a ser ahora la nueva ciudad...?

—¿Bolchevique?

Nada más empezar la entrevista, el socialista Óscar Puente se presenta a sí mismo como uno de los enemigos públicos de las empresas privadas del agua. “El ejemplo de Valladolid es un ejemplo muy peligroso por el efecto contagio que puede producir en el resto de España”, subraya en su despacho. Puente insiste en que los informes de grandes empresas como el citado anteriormente forman parte del "lobby' del agua” y que le atacan a él porque puede sentar “un precedente” con otras remunicipalizaciones.

“Las remunicipalizaciones que hemos llevado a cabo son el elemento más llamativo, porque no se han producido en otros sitios”, afirma Puente

Si no hay elecciones anticipadas, el PSOE va a cumplir ocho años al frente del Gobierno junto a Valladolid Toma La Palabra en una ciudad que tiene el servicio de limpieza, recogida de basuras, abastecimiento de agua y saneamiento, funerarias y transporte públicos con gestión directa municipal. “Las remunicipalizaciones que hemos llevado a cabo en los últimos años son el elemento más llamativo, porque no se han producido en otros sitios”, afirma Puente. “Yo he oído mucho a Ada Colau y a esta gente hablar sobre remunicipalizaciones, pero en esas ciudades no he visto grandes cambios. Nosotros, como hormiguitas, vamos recuperando lo que es nuestro y, además de las remunicipalizaciones, somos una ciudad eferente en políticas verdes”.

Pero si estas remunicipalizaciones son un signo para el PSOE y Valladolid Toma La Palabra del giro progresista de la ciudad, para la oposición es una forma de ocultar la “mala gestión” del ayuntamiento en otros ámbitos como el de la movilidad o el del urbanismo.

“La política que está haciendo Óscar Puente con Valladolid Toma La Palabra es totalmente populista, hay cosas que el PSOE no habría hecho”, afirma la líder del PP en la ciudad, quien ya ha adelantado que no volverá a ser candidata de los populares a la alcaldía. “La deriva de los últimos seis años de Valladolid hacia la decadencia es muy notable”, destaca por su parte Javier García Bartolomé, el único concejal de Vox en el ayuntamiento.

placeholder Óscar Puente, alcalde de Valladolid. (EFE)
Óscar Puente, alcalde de Valladolid. (EFE)

La oposición también centra sus ataques en la promesa incumplida del soterramiento de las vías del tren, que divide barrios como Pajarillos o Pilarica-Los Santos, creando una frontera urbana que favorece, según ellos, la desigualdad. En su lugar y por falta de presupuesto, el consistorio ha decidido hacer túneles, unos túneles que han recibido el apelativo de “los túneles del miedo” por la inseguridad que está viviendo Valladolid en esos barrios.

"Puente firmó ante notario el soterramiento, pero ahora no lo ha hecho y divide los barrios y fomenta la inseguridad”, asegura García Bartolomé. Sin embargo, el alcalde actual se comprometió a hacer este proyecto antes de ver las cuentas del ayuntamiento. La deuda de la sociedad Valladolid Alta Velocidad S.A con los bancos ascendía a 400 millones de euros. "Bastante tuvimos con evitar la quiebra de la sociedad", recuerda el alcalde.

Otro de los elementos más polarizadores ha sido el transporte y las políticas de movilidad. Por primera vez en la historia de Valladolid, aseguran fuentes de la oposición, hay atascos después de que el ayuntamiento creara algunos carriles bici. “Quiere convertir a Valladolid en Ámsterdam con esto de las bicis… ¡Pero Valladolid no es Ámsterdam!”, dice del Olmo.

Puente se defiende: “Estamos procesando un cambio de cultura, pasar de tener dos carriles para coches y ahora solo uno por la bici. Es normal que genere controversia, pero la gente se tiene que acostumbrar”. Hace unos meses, presume el alcalde, Valladolid recibió el premio ‘The Climate Reality’ por su lucha contra el cambio climático de manos de la fundación presidida por el estadounidense al Gore, en un claro signo de que Valladolid se ha convertido, según este alcalde socialista de 52 años, en una ciudad “referente en políticas progresistas”.

El PP sigue dividido por decidir quién va a ser candidato y Vox, que acaba de estrenar nueva sede en la ciudad, mantiene un perfil bajo

De momento, el PP sigue dividido por decidir quién va a presentarse como candidato y Vox, que acaba de estrenar nueva sede en la ciudad, mantiene un perfil bajo. Pero la oposición de derechas se ve con confianza para acabar con esta ola de izquierdas pucelana. En 2019, recuerdan, se quedaron a tan solo 240 votos de arrebatar un concejal al PSOE y tener mayoría absoluta con el partido conservador. “El hartazgo de las tuberías rotas y los atascos nos va a dar el ayuntamiento”, afirma la portavoz del PP.

En su despacho, Puente se muestra cauto con el futuro de Valladolid, pero incide en que el próximo ayuntamiento será “similar” al actual porque la gente “ve que defendemos lo público”. Preguntado por si cree que Valladolid se ha convertido en la nueva ciudad de moda de la izquierda en España, Puente se lo piensa y, con su habitual desparpajo, culmina. “De moda no… ¡porque las modas pasan!”.

La injustificada moda de Fachadolid

En 1981, el periodista Fernando Valiño escribió un artículo en la revista ‘Interviú’ “Valladolid es Fachadolid” por los ataques ultraderechistas de Fuerza Nueva. El mote se quedó en el imaginario colectivo de España. Tampoco ayudó que, pese a que el primer alcalde en democracia fuera el socialista Tomás Rodríguez Bolaños (1979-1995), el popular Francisco Javier León de la Riva estuvo 20 años convirtiéndola en un feudo inexpugnable de la derecha castellana.

Y mucho menos que, hasta hace poco, cuando viajabas de Madrid a Valladolid en carretera sabías que habías llegado cuando veías el imponente monumento a Onésimo Redondo en el Cerro de San Cristóbal —donde algunos pucelanos presumen de haber tenido relaciones sexuales—. Redondo, apodado el Caudillo de Castilla, fue uno de los fundadores de las JONS y su monumento lo inauguró el dictador Francisco Franco en el 25 aniversario de su muerte, en 1961.

Foto: Entrevista al catedrático Ramón Mahía Casado. (Isabel Blanco)
TE PUEDE INTERESAR
Los motivos por los que tenemos mucho paro aunque siempre hacen falta trabajadores
Ángel Villarino Fotografía: Isabel Blanco

“Ya entonces la etiqueta era inexacta”, recuerda el historiador Enrique Gavilán, profesor de la Universidad de Valladolid. “Durante los últimos periodos del franquismo, yo estaba en el Partido Comunista en la clandestinidad y había muchas organizaciones ilegales de izquierdas, pero un puñado de ultraderechistas hizo mucho ruido".

En 2016, un año después de que Óscar Puente llegara al ayuntamiento y tras varios tiras y aflojas por la Ley de Memoria Histórica, la estatua y el yugo y las flechas fueron retirados. “Fue simbólico que se hiciera casi al mismo tiempo que la llegada de la izquierda”, recuerda Álvaro Martín Sanz, director de cine y autor del cortometraje ‘Fachadolid’, en el que grabó cómo retiraban la estatua de Onésimo Redondo junto con grabaciones del NO-DO. El Ayuntamiento de Valladolid, que había paralizado cualquier obra allí por la pandemia, ha presentado ahora un anteproyecto para construir un parque con un mirador y zonas de ocio con la ayuda de los fondos europeos.

placeholder Retirada de la estatua de Onésimo Redondo en 2016. (EFE)
Retirada de la estatua de Onésimo Redondo en 2016. (EFE)

Pese a las remunicipalizaciones, el giro a la izquierda y a la moderación de los conservadores, el concepto Fachadolid sigue atormentando a los pucelanos cuando salen de su ciudad. Entre los vallisoletanos apenas se usa por el tono despectivo. De hecho se escuchan más otras expresiones como 'Valladolor', especialmente entre muchos jóvenes, que sí que creen que Valladolid sigue siendo una ciudad conservadora. "Cuando la izquierda recuperó el ayuntamiento, la gente joven estaba muy ilusionada, pero ahora detecto desencanto porque tampoco hay tanta diferencia”, afirma Martín Sanz.

Actualmente, dos de cada tres jóvenes menores de 25 años de Castilla y León se plantean emigrar para mejorar su futuro. “No hay trabajo, no hay ocio nocturno y la ciudad es una ciudad muy envejecida”, destaca, pese a que actualmente Valladolid lidera la bajada de paro en España. Para él, como para tantos vallisoletanos, el sambenito de Fachadolid es historia. Pero, tenga un Gobierno de izquierdas o de derechas, con servicios públicos o no, "esta ciudad sigue sin tener dinamismo".

En el mes de septiembre, han reventado varias tuberías en Valladolid, pero sus ciudadanos no se ponen de acuerdo en las causas. Para muchos votantes de izquierdas, son una muestra más de la desidia de la empresa privada que había tenido la concesión del agua durante 20 años porque no había invertido sus beneficios en arreglar la red; para otros tantos de derechas, sin embargo, es el símbolo de que la remunicipalización del agua emprendida por el ayuntamiento del socialista Óscar Puente en 2017 ha fracasado.

Valladolid
El redactor recomienda