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"Hay 110 familias esperando en Kabul, los talibanes nos van a matar"
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Los 'afganos españoles' ruegan ayuda

"Hay 110 familias esperando en Kabul, los talibanes nos van a matar"

El final de los trabajos de evacuación de Afganistán ha dejado en tierra a multitud de personas que colaboraron con España. "Todas nuestras vidas están en riesgo", claman

Foto: Una multitud se agolpa en el exterior del aeropuerto de Kabul. (Reuters)
Una multitud se agolpa en el exterior del aeropuerto de Kabul. (Reuters)

Haroon A., 36 años, se salvó de una de las explosiones en el aeropuerto de Kabul por 150 metros. En la misma zona estaba Qandigul, 50 años, quien también puede contarlo de milagro. Los dos son extrabajadores de España en Afganistán. Ellos representan la cara trágica de la evacuación. Son los que se han quedado en tierra. En declaraciones a El Confidencial dicen que ya solo esperan a que los maten los talibanes y piden una solución de urgencia a España. “En este momento hay 110 familias [que trabajaron para las autoridades españolas] esperando en Kabul, todas nuestras vidas están en riesgo”.

Los dos prestaron servicios para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en Qala-i-Naw, capital de Badghis. Allí estuvieron las tropas españolas desplegadas durante años. Haroon llegó a Kabul hace diez días y durante cuatro jornadas estuvo acudiendo al aeropuerto con su familia. Tiene tres hijos de nueve, seis y tres años. “Había demasiada gente, no era posible llegar a la puerta”, lamenta en perfecto inglés. Dice que apenas había militares españoles y que hicieron colas de ocho horas seguidas sin éxito. “Había más de 100 familias planeando llegar hasta los españoles”, narra.

Este jueves, se enteraron estando allí que había riesgo de atentado suicida por lo que decidió abandonar la zona, pero había demasiada gente y apenas podían moverse. Avanzados 250 metros, escucharon una explosión. “Mi familia y mis hijos estaban llorando, había demasiadas personas heridas, asesinados, todo el mundo sangraba”, describe Haroon. En varias ocasiones muestra tristeza y rabia por que sus hijos hayan tenido que ver esa escena de tanta gente muerta siendo tan pequeños: “Toda la familia está psicológicamente y físicamente muy dañada”.

“Había mucha gente y pocos recursos”. De este modo resume el caos vivido en el aeropuerto internacional Hamid Karzai. “Nos encontramos muy mal, a la espera de que los talibanes nos maten. Nos están buscando, realmente no me puedo quedar en Afganistán, los talibanes no nos dejarán con vida, por eso estamos intentando salir”, insiste.

"Estamos preparados para que nos maten en Kabul, pero no para volver a Abbey Gate"

Asegura que un amigo suyo ha sido asesinado por los talibanes esta semana. A través del móvil manda una fotografía -que pide no difundir- en la que se les ve a los dos con otras personas. Minutos después manda el vídeo de la ejecución de su amigo. Haroon A. insiste en visualizar hasta el final. Un hombre, con las manos atadas y los ojos cubiertos por un pañuelo, recibe un disparo en la cabeza y se desploma en el suelo.

Este afgano confirma la información que publicó El Confidencial sobre un plan que trasladaba en autobuses al aeropuerto a personal afgano. Afirma que amigos suyos que trabajaron para EE.UU llegaron de ese modo hasta los aviones: “No iban al aeropuerto, iban a un hotel en Kabul muy famoso. Allí les chequeaban los documentos y los correos y los subían en los autobuses que iban al aeropuerto. No tuvieron que esperar en las puertas”.

Él y su familia están ahora en una casa de huéspedes en Kabul. “No nos sentimos seguros aquí, especialmente porque todos los días íbamos al aeropuerto y volvíamos, nos conocen [los talibanes] saben quiénes somos, nos preguntaban por qué nos íbamos del país”, cuenta este afgano. Pide al Gobierno español que piense en opciones para sacarles de ahí, quizá por los países limítrofes. Plantea incluso que dialoguen con los talibanes: “Hemos escuchado que EE.UU va a ayudar a los alemanes en el aeropuerto. Quizá esa sea una oportunidad. No somos muchos, cien familias quedamos en Kabul”.

A primera hora de este viernes, el Gobierno ha emitido una nota de prensa titulada “España da por concluida la evacuación de personas de Afganistán”. Horas después, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido ante los medios. Además de cifrar en más de 2.000 personas las personas rescatadas ha manifestado su voluntad de continuar las gestiones para sacar a los colaboradores de España que no llegaron a subir a los aviones del Ministerio de Defensa.

Haroon A. trabajó dos años para España, entre 2008 y 2010. Cita por su nombre de pila a la persona de la AECID que ha estado en contacto con él estos días. También la persona para la que trabajaba cuando prestó servicios a España. Pide no tener que volver al aeropuerto y dice que prefiere morir: “Abbey Gate era un desastre total para cualquiera. No volveremos, estamos preparados para que nos maten en Kabul, pero no para volver a Abbey Gate”. Pide que les citen en algún punto y les lleven en los autobuses.

Haroon y Candigul mandan vídeos del atentado de ISIS-K en el perímetro del aeropuerto. Unos se los han mandado previamente otras personas, pero también hay imágenes grabadas por ellos. Todos son dantescos. Cadáveres apilados o sumergidos en un canal con aguas residuales que se ha teñido de rojo por la sangre. Se aprecia heridos graves que deambulan con la mirada perdida cubiertos de sangre entre los cuerpos. “Transmita nuestra voz a las autoridades pertinentes”, pide Qandigul, con cinco hijos es una de las cien familias para las que el fin de los vuelos de evacuación ha supuesto un mazazo.

A través del móvil comparte la documentación que ha estado llevando encima todos los días al aeropuerto. En ella aparecen los nombres de sus cinco hijos junto al membrete del Ministerio de Asuntos Exteriores. “El Gobierno de España amablemente solicita a todas las autoridades que les permitan pasaje seguro para que puedan alcanzar el HKIA (Hamid Karzai International Airport) sin retraso. La embajada de España en Kabul puede confirmar esta información si es necesario”, dice el papel, que recoge un número de teléfono. Lleva fecha del 22 de agosto lo que muestra que Exteriores siguió haciendo salvoconductos días después de que empezasen las evacuaciones. Qandigul dice que solo de trabajadores de la AECID se han quedado en tierra 52 personas con sus familias.

En su caso tardó tres días en llegar a Kabul desde la provincia de Badghis. “Esperamos cinco días y cinco noches frente a la puerta del aeropuerto, bajo las instrucciones del representante de AECID, dentro del canal de alcantarillado del aeropuerto con nuestros hijos, donde no había pan ni agua, ni comida”, cuenta. Advierte de que mientras hacían cola, muyahidines talibanes les sacaban fotos. Se queja de que había personas en cambio a las que se les transportó “a través de vehículos de tránsito por otras puertas hacia el aeropuerto”. “Gracias a Dios que estoy vivo con mi familia, esta es la historia de nuestro viaje a Kabul”, dice.

Haroon A., 36 años, se salvó de una de las explosiones en el aeropuerto de Kabul por 150 metros. En la misma zona estaba Qandigul, 50 años, quien también puede contarlo de milagro. Los dos son extrabajadores de España en Afganistán. Ellos representan la cara trágica de la evacuación. Son los que se han quedado en tierra. En declaraciones a El Confidencial dicen que ya solo esperan a que los maten los talibanes y piden una solución de urgencia a España. “En este momento hay 110 familias [que trabajaron para las autoridades españolas] esperando en Kabul, todas nuestras vidas están en riesgo”.

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