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Felipe González da el salto al 'prime time'
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Reaparece en horas críticas para el PSOE

Felipe González da el salto al 'prime time'

Acude el miércoles a ‘El Hormiguero’ por el 25 aniversario de su salida del poder y en plena caída electoral del PSOE. "Tiene ganas de hablar y quiere hacerse oír", avanza su entorno

Foto: El expresidente del Gobierno Felipe González. (Reuters)
El expresidente del Gobierno Felipe González. (Reuters)
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Felipe González reaparece esta semana en la primera línea de la parrilla televisiva. Y lo hace, como siempre, reivindicando su derecho a hablar sin tapujos, le duela a quien le duela, concernido por el complejo momento político español y la deriva de un partido, el suyo, que apenas reconoce. “Yo soy militante, pero no simpatizante”, suele decir el expresidente socialista, opositor a Pedro Sánchez desde la primera hora. Tras más de un año de reclusión forzosa en su finca de Extremadura por la pandemia, acude este miércoles al plató del ‘El Hormiguero’, el exitoso programa de entretenimiento nocturno de Pablo Motos en Antena 3, donde esperan reventar las audiencias. Su presencia allí, en un formato alejado de otros foros más serios que frecuenta, ha disparado la rumorología sobre sus intenciones. ¿Qué tiene González que decir a toda España en horario de máxima audiencia?

El pretexto de la entrevista es el 25 aniversario de su salida de Moncloa, el 26 de mayo de 1996, aseguran en el equipo de Motos. "Llevaban mucho tiempo detrás de él y le pareció una bonita oportunidad para hablar", confirma una colaboradora del expresidente. Pero lo cierto es que González, que tiene 79 años y está recién vacunado, salta al ‘prime time’ en el momento más delicado para los socialistas desde que Sánchez llegó al poder. Soplan vientos de cambio político en España. Las elecciones madrileñas del 4-M han puesto de manifiesto que el proyecto del PSOE actual es mucho más endeble de lo que hasta ahora aparentaba. Y las encuestas detectan un creciente trasvase de votos al PP que va más allá del 'efecto Ayuso' en Madrid.

Foto: felipe-gonzalez-entrevista-gobierno-coalicion-estado-derecho
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La reaparición televisiva de González, además, coincide con la escisión de la vieja guardia socialista con la actual dirección del PSOE. Estos días, Ferraz maneja expedientes de expulsión contra dos históricos, Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros, por posicionarse con el PP de Ayuso. Y Pablo Casado se ha lanzado a pescar en río revuelto tentando a esa socialdemocracia desencantada con el sanchismo, que no quiere pactos con la ultraizquierda y los nacionalismos más radicales. El propio González ha declarado su "orfandad política" por culpa del sanchismo. El miércoles, pondrá cara y voz a ese desencanto del viejo socialismo.

De todo le preguntarán y a todo responderá. "Tiene ganas de hablar y quiere hacerse oír", señala alguien que ha estado recientemente con él. "Felipe es un político de raza. Prometió que no volvería a ningún otro cargo público, y eso que le ofrecieron ser dos veces presidente de la Comisión Europea. Pero nunca hizo voto de silencio", comenta un excolaborador de aquel otro PSOE.

Un hormigueo nervioso recorre el PSOE cada vez que Felipe habla: “¿Que quiere alargar su figura? ¡Pues que le hagan un 'Informe Semanal'!”

Aunque hace meses que en la dirección del partido dan por amortizadas las duras críticas de quien fue su gran líder, cada vez que González habla, el PSOE siente un hormigueo nervioso. “Está claro que no va al programa a hacer bromas”, señalan desde la ejecutiva federal. “¿Pero a qué va? Seguro que es para decir algo contra el partido. ¿Que quiere alargar su figura? ¡Pues que le hagan un 'Informe Semanal'!”, deslizan, confirmando que la desconexión política y emocional de la dirección con quien fue su gran líder es total. “Flaco favor se hace a sí mismo. Es una pena, pero Felipe ha dejado de ser un referente del partido. Así lo vemos la inmensa mayoría”, aseveran las fuentes consultadas.

“Los socialistas somos muy críticos, pero en casa. No debería salir a jorobar al partido de esa forma”, remarcan estas voces, que no entienden que González, antes de estallar la pandemia, compartiera varios actos con José María Aznar o Mariano Rajoy. "Solo hay que ver a quiénes contenta cada vez que ataca a Sánchez, a la derecha y al PP de Ayuso y Casado", critica otro socialista que ostentó altas responsabilidades de Estado.

Foto: Susana Díaz y Juan Espadas, en una foto de archivo. (EFE)

La relación de González con Sánchez comenzó gélida y hoy es nula. El expresidente guio la rebelión en aquel dramático comité federal del 1 de octubre de 2016, que descabalgó al actual secretario general. González acudió a la Cadena SER para criticarle con dureza. Denunció que Sánchez le engañó: le prometió en privado que el PSOE se abstendría ante Mariano Rajoy para evitar unas terceras elecciones generales en España, pero no. Tras aquello, Sánchez fue derrocado, pero se recuperó y volvió con más fuerza, segando bajo sus pies toda hierba crítica. Desde entonces, González formula una enmienda total contra su sucesor, al que acusa de gobernar con un acuerdo ‘anti natura’ con formaciones que pretenden la disolución de la España del 78, desde Podemos a ERC y Bildu.

"Nadie me manda callar"

La portavoz parlamentaria de los socialistas, Adriana Lastra, quiso jubilar al 'padre' político reivindicando que es el turno de su generación. Y el expresidente se revolvió visiblemente enojado con su familia política: “Hace 24 años que salí del Gobierno y no represento a nadie, pero no voy a consentir nunca que me manden callar”, dijo en noviembre en Onda Cero. La vicepresidenta Carmen Calvo ha tratado de contrarrestar las continuas críticas de González al Gobierno Frankenstein asegurando que "la España que toca gobernar hoy es diferente a la de hace 20 años". Que la realidad parlamentaria es "más compleja". Pero que tiene "derecho a opinar". Faltaría más.

A nadie se le escapa que González ha elegido un escenario inusual, alejado de otros foros más serios desde los que suele sembrar de titulares la actualidad política. En los últimos meses, ha concedido varias entrevistas, entre ellas a El Confidencial, y ha participado en conferencias y actos como el de la presentación de la biografía sobre Alfredo Pérez Rubalcaba. Siempre con tono grave ante la deriva de los socialistas. Pero ahora "desea llegar a un público más amplio, aunque no va ni contra nada ni contra nadie en concreto", deslizan desde su círculo estrecho, donde niegan con rotundidad que González esté impulsando una corriente crítica contra Sánchez dentro del PSOE. Desde que gobierna, la vida orgánica del socialismo español ha entrado en un letargo del que ni siquiera el dirigente histórico sevillano puede sacarlo.

Foto: Pablo Motos. (Atresmedia Televisión)

González tendrá 50 minutos de entrevista en 'prime time' para hablar de la situación política y también de la intensa actividad de la fundación que lleva su nombre. El formato se adaptará al entrevistado, no habrá números especiales ni sorpresas. Aun así, hay quien duda del encaje: "Felipe mantiene conversaciones de tracto largo y le será difícil explayarse", destacan los suyos.

Antes que él, otro expresidente, Mariano Rajoy, pasó por 'El Hormiguero' para presentar su libro de memorias y se desenvolvió con gran agilidad con las famosas hormigas moradas Trancas y Barrancas. También desfilaron Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y, últimamente, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Tal fue el éxito de audiencia de este último que, tras él, varios candidatos al 4-M se postularon para ir al programa de Pablo Motos.

En el entorno del expresidente expresan su estupor por el hecho de que se ponga en cuestión que un expresidente del Gobierno salga a la palestra a manifestar sus opiniones. Las de González siguen siendo de gran impacto, también en Latinoamérica, adonde solía viajar con frecuencia antes de la pandemia. "Allí sigue siendo un líder de referencia", explicitan los suyos. “No se entiende el revuelo. Mira Tony Blair, que ha salido en todos los titulares asegurando que o el Partido Laborista cambia radicalmente o se muere. Ese papel se asume con total naturalidad, otra cosa es que no se esté de acuerdo con lo que dice”, replican desde la fundación que lleva su nombre y que cultiva su legado político.

Foto: El Confidencial Diseño.

De telón de fondo, además del vuelco electoral provocado por el 4-M, emergen la gestión de la pandemia, para la que ha pedido una auditoría, y la crisis diplomática con Marruecos. “Ha tenido responsabilidades en crisis importantísimas. Marruecos ha sido un quebradero para él y para todos los presidentes. ¿No habría que escucharles?”, se preguntan en su entorno, donde cargan contra el “adanismo” de la nueva clase dirigente. “Felipe también cortó con el pasado en Suresnes. Y ahí sí que se rompió cualquier tipo de ligazón”, responden los de Ferraz soltando amarras.

La Fundación Felipe González mantiene una intensa actividad para alargar la figura de quien más tiempo ocupó la jefatura del Gobierno (1982-1996). En la página web de la fundación, se han volcado miles de textos manuscritos, anotaciones del Consejo de Ministros, su correspondencia personal y otra documentación que condensa el legado político del presidente socialista. Se acumulan 40.000 papeles de cartas: solo de su relación epistolar con Gorvachov hay unas 850 páginas. Llevan catalogadas unas 15.000, pero el proceso es lento, afirma un portavoz. La idea es ampliar el legado con la aportación de otros personajes que formaron parte de sus gobiernos. Una dedicación aparte merece Alfredo Pérez Rubalcaba, cuya viuda donó a la Fundación Felipe González su archivo completo tras la repentina muerte del exministro y ex secretario general.

Foto: La candidata a las primarias del PSOE andaluz, Susana Díaz. (EFE) Opinión

Su última aportación es una serie de 'podcasts', 'Sintonías infrecuentes', que son conversaciones largas de González sobre el momento actual con otros interlocutores. Esta pasada semana charló con Manuela Carmena, sobre la polarización y el deterioro del sistema democrático, y antes lo hizo con el analista y columnista de este periódico Ignacio Varela, sobre la crisis de liderazgo político y el caudillismo en los partidos. Está claro que el expresidente se ha subido a la tendencia de los nuevos formatos de comunicación directa con la ciudadanía. Y el miércoles, desde 'El Hormiguero', conectará con una enorme audiencia por mucho que Ferraz cambie de canal.

Felipe González reaparece esta semana en la primera línea de la parrilla televisiva. Y lo hace, como siempre, reivindicando su derecho a hablar sin tapujos, le duela a quien le duela, concernido por el complejo momento político español y la deriva de un partido, el suyo, que apenas reconoce. “Yo soy militante, pero no simpatizante”, suele decir el expresidente socialista, opositor a Pedro Sánchez desde la primera hora. Tras más de un año de reclusión forzosa en su finca de Extremadura por la pandemia, acude este miércoles al plató del ‘El Hormiguero’, el exitoso programa de entretenimiento nocturno de Pablo Motos en Antena 3, donde esperan reventar las audiencias. Su presencia allí, en un formato alejado de otros foros más serios que frecuenta, ha disparado la rumorología sobre sus intenciones. ¿Qué tiene González que decir a toda España en horario de máxima audiencia?

El pretexto de la entrevista es el 25 aniversario de su salida de Moncloa, el 26 de mayo de 1996, aseguran en el equipo de Motos. "Llevaban mucho tiempo detrás de él y le pareció una bonita oportunidad para hablar", confirma una colaboradora del expresidente. Pero lo cierto es que González, que tiene 79 años y está recién vacunado, salta al ‘prime time’ en el momento más delicado para los socialistas desde que Sánchez llegó al poder. Soplan vientos de cambio político en España. Las elecciones madrileñas del 4-M han puesto de manifiesto que el proyecto del PSOE actual es mucho más endeble de lo que hasta ahora aparentaba. Y las encuestas detectan un creciente trasvase de votos al PP que va más allá del 'efecto Ayuso' en Madrid.

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